Ninguno de los tres partidos políticos que buscaban consolidarse como agrupaciones electorales logró la votación mínima requerida para sobrevivir.
El Partido Encuentro Social
(PES), Redes Sociales Progresistas y Fuerza por México, no convencieron a la
ciudadanía cansada de partidos políticos vacíos, sin oferta ideológica, sin
liderazgos y sin estructura social.
El Instituto Nacional
Electoral (INE), será responsable del proceso de liquidación de estos tres
partidos de efímera vida.
Se supone que los partidos
habrán de transparentar todos sus gastos y entregar al INE sus activos, pero
esto no será fácil ni rápido, cabe recordar que el Partido Humanista, surgido
en 2014, hasta el momento no ha sido legalmente liquidado, cuando apenas tuvo
una vigencia de 12 meses.
Igual sucede con el viejo
PES, que con los comicios del 2018, perdió su registro. Ahora Hugo Eric Flores
habrá de trabajar en dos liquidaciones, la de ese partido y la del actual,
aunque no faltan los vivales que quieren quedarse con todo lo que queda.
Entre las patas suelen
llevarse los derechos laborales del personal que contratan, sin prestaciones y
bajos salarios, en el caso del Partido Humanista todavía enfrenta 196 juicios
laborales.
Otro segmento perdedor de
estos partidos es el de los proveedores, empresas que prestaron servicios o
facilitaron productos sin la paga correspondiente y hoy sufren en juicios
mercantiles a los que no se les ve fin.
Con mucha precisión deberá
trabajar el INE para que se controle la liquidación y no se pierda más, tal
como lo marca la ley, porque de acuerdo a las normas del Instituto electoral,
la liquidación implica un orden de prelación en el pago de adeudos, liquidación
de trabajadores, pago de multas al propio INE, adeudos fiscales y el finiquito
a proveedores.
Y veremos qué sucede con
estos nacidos para perder.
SUSUROS
El partido Morena entrará en
un intento proceso de reorganización como objetivo de su dirigente nacional
Mario Delgado Carrillo.
Sin embargo, no se ve fácil
el camino ante muchos grupos que no quieren someterse a una disciplina y orden
necesario para cualquier partido.
Lo primero debe ser precisar
su plataforma política e ideológica, a la que todo militante debe ajustarse, y
que a la vez sea su bandera ante la sociedad, sin dudas ni hacia dentro ni
hacia fuera.
Contar con la mayoría de los
gobiernos estatales le da mucha fuerza a Morena pero también abre el riesgo de
confrontaciones internas guiadas por la ambición política personal o de grupo,
por encima de un proyecto de nación que los cohesione y les dé su verdadera
razón de ser.
Morena debe ser no sólo el
partido en el gobierno, sino el partido de izquierda que impulse los cambios de
fondo.
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