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viernes, 17 de junio de 2022

Entre la verdad y la ficción. LA LÓGICA DEL POLÍTICO, ES PECADO DEL GRILLO. Por Jorge Luis Falcón Arévalo*


A mis compañeros del Club de Periodistas, A.C.

 

“La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio”.

-Enrique Jardiel Poncela, dramaturgo español-

 

¿El Partido Revolucionario Institucional (PRI) va como oposición o a negociar?

Como oposición no se puede o debe enfrentarse con los mismos mercenarios que le dieron el poder a Morena en el 2018. Aquellos que fraguaron quedar libres de pecados financieros al convocar a sus huestes tricolores a sufragar el voto por la 4T, pensando que los iban a librar de sus deudas al hacer mal uso de los recursos obtenidos de manera ilegal a través de múltiples vías.

 

A pesar del aparente desapego de los políticos por el dinero, en la vida real no se puede hacer política sin dinero… ajeno, principalmente. El pillaje de los grillos. El agandalle.

Sin recursos financieros vengan de donde provengan, los políticos no tendrían posibilidades de convertirse en “opciones” de poder a través de las vías electorales o decisiones del cacique de la región o grupos de poder que, son receptores, también, parte de ese botín.

 

¿Qué personaje con calidad social, moral y ética, pedirá el voto para el tricolor para el venidero proceso electoral del 24? ¿Quiénes formarán parte en su corte faraónica para acompañarlo? Unos para bien; ¿otros, para informar al oponente de las actividades del enviado priista? ¿Quién escribirá los discursos y a quienes estarán dirigidos? Pues en casi tres años, los tricolores no han dado muestra de ser una opción en sus posturas y mensajes, como para aparecer en las boletas electorales.

 

En algunos estados federativos del país, las bases priistas han sido traicionadas por hábiles negociadores. Diplomáticos de la ingratitud. Exhiben ser despiadados canallas y delatores. Sus acciones demuestran sus bajos instintos de supervivencia política, endosando así el destino incierto del partido en aras de salvar su pellejo, sus dineros mal habidos y su pútrida permanencia en el poder, aunque hieda en su entorno familiar su felonía. Esos no son ni serán políticos, son padrotes de la grilla. Son bucaneros.

 

La preocupante laxitud moral de algunos “políticos” ávidos de dinero fácil en una actual crisis económica donde el dinero de la nación está en una sola persona soberbia, déspota y analfabeta. Donde el presidente AMLO, un usurero que carga cientos de delitos sobre el lomo trasfiere a diario inconvenientes y complicaciones para emprender negocios o desarrollar industrias. Frena a la sociedad trabajadora, le cerca el paso. Y la más agraviada es la sociedad de la clase media. Es por ello que, la actual prevaricación continuará mientras no se produzcan cambios radicales por auténticos y reales políticos que busquen caminos democráticos para el grueso de la población.

 

¿Qué confianza puede haber en un PRI, que entregó y sacrificó a la sociedad productora a una secta llamada Morena y a un bunker de codiciosos marxistas-leninistas sin oficio ni beneficio de la 4T?

 

Por el propio panorama y semblante que muestran los tricolores cuyas familias laboran en las sórdidas oficinas de Morena, ¿Qué confianza se puede tener en los mismos ingratos del 2018? ¿Con qué dinero u origen de éste, se enfrentarán en el próximo proceso, sin andan juaneados, según sus propias palabras?  Ojalá que las prerrogativas sirvan para el bien de la próxima elección y no quede en manos de los que vayan a negociar. ¡Tengo otros datos!

 

¿Habrá acaso un discurso disruptivo de los “políticos” que nos lleve a los aforismos, que es el camino de esa alocución, para entender que es el arte de no terminar nada? Pero si, ¿dejarnos una lección y que cada quien la interprete según sus campos de conocimiento? Pues de ser así entraremos a un nuevo esquema de la política.

 

Recordemos la frase del científico y escritor George C. Lichtenberg “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. Así no se construye ciudadanía. Vale.

 

Postdata: Si gustas puedes cambiar el nombre del PRI, por el del PAN, PRD, PES, Verde Ecologista, etc.