Esta noche de jueves
pozolero y mezcalero, corre fuerte el run run de que la Fiscal General del
Estado ha presentado o va a presentar su renuncia a su cargo.
Las causas no se saben.
Es más, no se sabe si es
cierto, pero el rumor está acompañado de que los motivos serían que no ha
podido ofrecer resultados ante el incremento de hechos de sangre.
No ha podido realizar las
investigaciones ni encontrar los culpables. Esos serían los factores
determinantes de tal decisión.
Es cierto que en el estado y
en especial en los municipios de Acapulco y Chilpancingo se han incrementado
los hechos de violencia, pero tal parece que los encargados de atender los
hechos de violencia y criminalidad han preferido adoptar la actitud de los avestruces
y esconder la cabeza bajo tierra para no mirar lo que pasa alrededor suyo.
Vemos pues que le han dejado
toda la carga a la gobernadora para ser la que contenga y atienda este clima de
zozobra, cuando los ayuntamientos deberían de encargarse de las acciones
preventivas y no lo están haciendo como se debe, por eso el discurso de Evelyn
Salgado conminando a las autoridades municipales a desarrollar su trabajo y
coordinarse con los tres niveles de gobierno.
Y hasta parecer que hay
concurso de quien contesta las cosas más absurdas, y la de Acapulco, Abelina
López, siempre se lleva las palmas en sus respuestas, como cuando recurrió a
señalar a “la calor” como la causa de la violencia en el puerto, omitiendo su
responsabilidad en tal fenómeno, aunque en campaña prometió que daría fin a
éste.
Pareciera que es cierto lo
que la gobernadora señalara, cuando el día martes en Petaquillas detuvieron a
los militares y policías del estado, de que había quienes apostaban a que
hubiera enfrentamiento, a una salida violenta, pero que ella privilegió el
diálogo y el entendimiento para resolver y evitar un derramamiento de sangre.
En ocasiones y esta es una
de ellas, a la gobernadora de le percibe sola, pues la Fiscalía no investiga ni
detiene a nadie de los que están generando violencia criminal en el estado, más
cuando se suponía que traía todo el apoyo de la Sedena.
Y también se ve que nada va
a reducir la violencia y los crímenes en Guerrero si la Guardia Nacional sigue
siendo testigo de palo y se dedica a proferir abrazos para evitar lastimar a
aquellos que son humanos y deben ser cuidados al extremo para que ni un rasguño
reciban.
La gobernadora debe
deshacerse de quienes no le ayudan y solo simulan trabajar en materia de
seguridad pública.