Así le gritaron a Su Alteza Serenísima en Washington, pero él no les llamó héroes.
¿Será que ese pequeño
grupo congregado frente al Hotel Lombardy, donde se alojó la pareja imperial,
era de acarreados mas no indocumentados o inmigrantes avecindados en Estados
Unidos?
Mire usted.
Ha sido imagen recurrente
de apoyadores a Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I en los 4 viajes que ha
realizado a Estados Unidos, junto con el iniciado este lunes 11 de julio de
2022, el primero de ellos a Washington el 8 de julio de 2020 para reunirse con
el entonces presidente Donald Trump, en la celebración de la entrada en vigor
del T-MEC. ¿Y los “héroes”?
Luego fue a Nueva York,
los días 8 y 9 de noviembre de 2021 para participar en la sesión del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, cuando el embajador Juan Ramón de la Fuente
asumió la presidencia de ese organismo de la ONU que hace 40 años encabezó
Porfirio Muños Ledo. ¿Y los “héroes”?
Y ese mismo año, 2021,
pero los días 18 y 19 de noviembre volvió a Washington para participar en la
Cumbre de Líderes de América del Norte. En esa ocasión se reunió con Justin
Trudeau, Primer Ministro de Canadá, y Joe Biden, a quien le había regateado el
reconocimiento como presidente electo de Estados Unidos e incluso no le llamó
para felicitarlo. ¿Y “los héroes”?
En el periplo que realizó
por Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba, entre el 5 y 8 de mayo de
este año de 2022, no hubo ese reconocimiento a los mexicanos que viven en esos
países porque simplemente no son parte de esos “héroes”, como los llama de
rigor porque contribuyen con miles de millones de dólares a la economía del
país.
¿Quién convoca a ese grupo
de gritones apoyadores en Estados Unidos?
¿En serio acuden por
propia voluntad a loar al licenciado Andrés Manuel I?
Usted disculpará la
pregunta, pero en Morena han demostrado esa enorme capacidad de parecerse al
priismo del que reniegan por ser culpable del pasado neoliberal mexicano.
Aunque en su ADN, especialmente el licenciado presidente y su primer círculo de
cómplices en el poder, llevan al PRI.
Bueno, bueno… lea usted.
--Estamos con usted,
Presidente. ¡Adelante! Aquí estamos, presidente. ¡Es un honor estar con
Obrador!—le gritó un hombre entre ese grupo que coreo la arenga.
Y Su Alteza Serenísima,
desde la ventana de la recámara en la que se alojó con su la doctora Beatriz
Gutiérrez Müller, les gritó:
“¡Los queremos muchísimo,
en México! Por todo o que hacen, porque trabajan aquí y envían apoyos a sus
familiares. Gracias a eso nuestra economía se está levantando. Con lo que
ustedes envían a sus familiares. Son… migrantes excepcionales…
--¡Somos chingones,
presidente! ¡Usted también es chingón! Que descanse presidente—volvió a alzar
la voz el mismo individuo no identificado.
--Los quiero
mucho—respondió Andrés Manuel I y se despidió.
--Que descanse,
presidente—le deseó la misma voz secundada por otras que no fue coro.
Pero resulta que el
presidente chingón se negó a llamar “héroes” a ese pequeño grupo de hombres y
mujeres, dizque inmigrantes o indocumentados avecindados en Washington, que
fueron a gritarle su apoyo y hasta le regalaron un ramo de rosas que cachó en
el aire la doctora Gutiérrez Müller.
No cabe duda de que, a
menos que el presidente Biden lleve cabildeado el respaldo del Congreso de
Estados Unidos, el tema migratorio tendrá la misma respuesta de tiempos
anteriores en la Casa Blanca, cuando el licenciado presidente se reúna y cumpla
con lo dicho en la víspera en México.
Porque, en la mañanera de
este lunes, antes irse al aeropuerto, adelantó:
“Y sí vamos a tratar el
tema migratorio, pero ya ustedes saben cuál es nuestra propuesta, nosotros lo
que queremos es que la migración no sea forzosa, nosotros queremos que la
migración sea opcional y desde luego legal, completamente legal, y que se
llegue a un acuerdo en ese sentido. Ordenar el flujo migratorio, legalizarlo,
tanto para los que ya están allá, que trabajan honradamente, viven en Estados
Unidos, contribuyen al desarrollo de esa gran nación, como los que por necesidad
tienen que ir a Estados Unidos”.
O sea, la “enchilada
completa” que Vicente Fox buscó con su entonces canciller Jorge Castañeda, en
busca de legalizar la residencia de millones de mexicanos en Estados Unidos.
Por supuesto, el intento fracasó y Castañeda se quedó con la ganas de lograr
con la Casa Blanca el apoyo y aprobación congresista de la “enchilada
completa”.
¿Estamos?
¿Y los “héroes” Andrés
Manuel?
Bueno, el Duce evitó
entrar en detalles y sustentó su propuesta en líneas del marxismo leninismo.
Quizá recordó que en algún momento debió chutarse El Capital, como era
obligatoria en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM por allá
de 1974.
“Y hay algo que se tiene
que tomar en consideración: no se puede crecer sin fuerza de trabajo. La mano
de obra, la fuerza de trabajo es igual de importante que el capital o que la
actividad de una empresa.
“Entonces, si queremos
enfrentar la crisis económica, tenemos que producir. La inflación puede
originarse circunstancialmente por la pandemia, por la guerra, pero en lo
estructural tiene que ver con la falta de producción.
“Entonces, ¿cómo se
produce, si no hay fuerza de trabajo? ¿Por qué negar que hace falta fuerza de
trabajo, que hacen falta trabajadores?”, disertó Andrés Manuel I frente a ese
público al que también asisten periodistas en la mañanera y se quedaron con cara
de what?
Lo cierto es que soñó con
emular al presidente Franklin Delano Roosevelt, en cuya administración en
tiempos de la Segunda Guerra Mundial firmó el Programa Bracero. Y el licenciado
presidente recordó:
“O sea, se acepta que
necesitan fuerza de trabajo y van mexicanos a ayudarles no sólo a producir
alimentos, sino a construir el ferrocarril en Estados Unidos. Son otros
tiempos, pero hay circunstancias parecidas. Entonces, ¿por qué no dar ese
paso?”
Sin duda sería un
excelente logró legalizar a millones de “héroes” que sigan sosteniendo a la
economía nacional, aunque ya sabe usted que Andrés Manuel I no da paso sin
huarache y le dio el enésimo raspón a los conservadores mexicanos, en caso de
que ese Programa Bracero, o la enchilada completa ocurriese.
--¡Ah!, que van a dar, que
van a dar el grito en el cielo, van a poner el grito en el cielo los
conservadores. ¿Y?--- citó para luego alzarse como el salvador de la patria:
--Es como si yo aquí no
hiciera nada, no cambiáramos el horario de verano, porque ponen el grito en el
cielo los financieros; o no ayudáramos a los pobres porque los conservadores
hablarían de paternalismo, de populismo. No--dijo.
¿Entonces, señora y
señores qué hay que hacer?
Su Alteza Serenísima
sostuvo que, “sin arrojo, no hay porvenir; sin cambios de fondo, no se
resuelven los problemas. Se requiere transformaciones, ese es el planteamiento,
o sea, vamos a cambiar”. ¡Sopas!
Bien, bien por esa
reflexión, pero ¿y los “héroes”? En su cuenta de twitter el licenciado
presidente prometió: “los defenderé como siempre”. ¿Cómo siempre? Otro viaje a
Washington con la misma promesa, el mismo rollo.
¿Y qué de los “héroes”
muertos en San Antonio? ¿Lo tratará con
míster Biden? Ya explicará el dialéctico Duce, el jueves en la mañanera. Digo.
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