A raíz del artículo anterior
recibí una reprimenda bien merecida por parte de uno de mis apreciables
lectores. Decía: “deberías escribir cosas buenas de la comunidad latina en
Estados Unidos y no las negativas”. Así que me puse a indagar cosas positivas.
Por cierto, coincide en cierta manera el tema con las recientes declaraciones
de Barack Obama sobre el caso Martin-Zimmerman.
Rogelio Martinez F. |
Durante el verano es cuando
se puede apreciar a los paisanos en toda su plenitud. Ya es una tradición
recurrir a los parques públicos o donde hay canchas de futbol, allí todo mundo
nos puede ver tal cual.
Así que me dirigí a los
“Forest Preserve”, Reservas Forestales o ecológicas que se encuentran
localizadas primordialmente en los suburbios de Chicago. Espacios muy
concurridos por nuestra comunidad pues cuentan con bosques y espacios verdes
para “picnics”. Por lo regular con lagos, algún arrollo o río. Además, tienen
estacionamiento amplio y baños. Todo para pasársela bien entre familia.
Son lugares donde se ven
animales en su hábitat natural con aves en el lago o venados que se asoman
tímidamente entre los árboles. Y también para donde se mire se ve el humo de
las parrilladas, llega el olor de las arracheras y las hamburguesas.
Y aunque la población
“hispana” en esos lugares es menos densa que en la ciudad, el espacio dentro de
los Forest Preserve está ocupada en gran mayoría por nuestra raza. Uno que otro
güerito y negrito. Por supuesto no falta la música de banda y los
narcocorridos, obligando a nuestros “huéspedes” a escucharlas. Digamos que en
gustos se rompen géneros. Pero se convierten en tributos a la virgen de la
banda, Jenni Rivera, o al narco más osado.
Pero el lado positivo es que
también en la comunidad latina hay gente que gusta de las áreas forestales y no
necesariamente para bajarse los tacos a tamborazos, o con chelas (cervezas)
tarareando una melodía de despecho o venganza. Van a esos lugares en horas y
días que no están atiborrados por la raza. Gente que va sin carne para asar, ni
tortillas, ni elotes, ni abren la cajuela para que la música se oiga en toda la
área forestal.
Su actividad consiste en
recorrer el parque para recoger servilletas, platos desechables, botes y
botellas de cerveza, bolsas de plástico y una que otra arrachera en el pasto
que ahora es el picnic de las hormigas y de animales del área.
Esa es una acción positiva y
loable que hay que destacar, que no solo deberíamos imitar en grupo, sino como
sociedad en general y que todo mundo debería saber. Se podrá recoger el
tiradero–y a medias- una vez que se retira del parque, pero la imagen negativa
queda en la memoria de todos, no así la de estas personas que hacen el esfuerzo
de contrarrestar la mala imagen, incluidos los que fomentan el deporte
organizando torneos de futbol. Que después son llamados por las autoridades de
las reservas forestales para mostrarles las condiciones en que dejaron el
parque.
Podríamos justificar nuestra
conducta debido a que la mayoría somos de origen humilde o de pueblos donde ni
siquiera hay calles, sin reglas de urbanidad, o de barriadas marginales donde
no se tiene la cultura del orden.
Pero increpamos cuando nos
niegan una civilizada reforma inmigratoria, y el argumento que siempre
utilizamos es: “yo solo vine a trabajar, no le hago daño a nadie”. Sí, pero
también a “chupar” en lugares públicos, oír música estridente de un gusto muy
particular, tener la basura alrededor, usar lenguaje arrabalero, que no tiene
nada que ver con lo racial, aunque esta conducta sea coincidente con nuestra
raza. Porque si se tratara de razas más “fellitas”, los asiáticos, los de la
India, incluso los musulmanes, por sus aspectos físicos deberían de ser motivo
de mayor discriminación.
Sin embargo, si vamos a las
universidades, nos daremos cuenta que las razas, en particular los asiáticos,
además de atiborrarlas, son estudiantes destacados, así que ¿qué razón habría,
no digamos por rasgos raciales, para discriminarlos? Es más, muchos de ellos se
regresan a sus lugares de origen después de sacar provecho y hasta abusar de
las facilidades que les brinda Estado Unidos para superarse, lo que nosotros no
aprovechamos a plenitud. Y sí, tenemos estudiantes en las universidades, pero
proporcionalmente muy por debajo en comparación a las demás.
En otra área también tenemos
presencia positiva a la vista de todos, por ejemplo en los medios de
comunicación de habla inglesa, donde la diversidad racial ya es muy evidente.
En Chicago contamos con una Danielle Guzmán –entre otros- del canal 5 de NBC.
Con aspecto latina y de vestir con colores llamativos, con una personalidad
agradable, y es una de las mejores presentadoras de noticieros. Y es bilingüe.
O sea, ser o parecer latino o hispano, no debe de ser sinónimo de mala nota.
Que podría ser lo que merma el ánimo de los opositores para sacar de las
“sombras” con una reforma inmigratoria, a quienes imponemos muy a nuestra
manera la presencia en pleno solazo.
En el caso de los
afroamericanos, donde Obama declaró que él podría ser Trayvon Martin, el joven
negro de 17 años que murió de una disparo a manos de George Zimmerman, un
latino-anglo vigilante voluntario comunitario. En que Obama señala que la
mayoría de los negros ha sufrido el estigma de ser visto como una amenaza. Y
que en el pasado él también padeció de ese estigma. Pero se le olvidó mencionar
que Chicago es la ciudad del crimen. Y quienes tienen el mayor índice de robos
y asesinatos son los afroamericanos. Que ha habido hordas de adolecentes negros
que se aparecen en el centro de la ciudad, en la avenida Michigan conocida como
la Milla Magnifica, donde atacan con violencia y despojan de sus pertenencias a
los transeúntes en su mayoría blancos, mujeres y turistas.
Aún así, Obama dejó entrever
que no se hizo justicia porque se trató de alguien de raza negra. Son
declaraciones que incitan a la violencia tratando de manchar la verdad. Mejor
debería de recoger el basurero que va dejando mucha de su gente en lugar de
echarle la culpa al pasado. Definitivamente habló un alborotador y no el
presidente.
Y por supuesto, agradezco la
observación del respetable lector.
rogeliofaz@yahoo.com