Miércoles
2 de febrero
un
día de la Candelaria
Genaro
Vázquez Murió.
Cómo
lloran las campanas
Ay
de duelo como tocan,
gritando
a los cuatro vientos
hay
balas que se equivocan.
En
Tenerife, territorio de las Islas Canarias donde también tienen su moreneta, que
se le apareció a un Juan Diego canario, nace la celebración mariana de la
Candelaria. Basado en el antiguo testamento, Jesús es presentado en el templo y
María es purificada después del parto. Si Cristo fue hijo de Dios, de nada
valió que María fuera purificada, ni el niño Dios presentado en el templo, pero
bueno. Eso dice la ley mosaica.
Acá
entre nos, el 2 de la Candelaria, o de la Luz, se celebra en Zumpango del
Río. Y en toda la grey católica, que
pese a la cuesta de enero, se levanta al Niño Dios y se hacen los tamales.
Pero
en el templo de la política, se han tramado provocaciones. El gobierno federal,
puso en jaque mediático a los tres reyes magos tamaulipecos: Manuel Cavazos Lerma, Tomas
Yarrington Ruvalcaba y Eugenio Hernández Flores. La triada panista: Chepina,
Cordero y Chago Creel, no le atinan al gordo ni con billetes cibernéticos
cargados. Se profetiza una alianza entre dos, para tumbar al uno.
En
Guerrero, la provocación, tiene nombres y apellidos. Las huestes que bloquearon
la autopista del sol y la carreta federal 95 el martes 31 de enero durante seis
horas, no precisamente fueron por honor a la justicia, sino por amarres
electorales. Otra embestida contra el gobierno de Aguirre. Una provocación
burda y fácilmente detectada. El contingente llegó de Acapulco. Y mientras
escribo este comentario, en la oscuridad, se prepara la marcha de hoy 2 de
febrero. Presión bajo el influjo de esquemas ya superados.
El
aniversario del maestro Genaro Vázquez Rojas, debería de desenmascarar a los
que utilizan su nombre para servir a los intereses más oscuros de Guerrero.
Genaro es el pretexto, no la bandera. La lucha del maestro de Acatlán, tuvo su
tiempo y su circunstancia histórica. Los
intereses que mueven a los que en unas horas se manifestarán, no son los mismos
que llevaron a Genaro a la clandestinidad, en un tiempo distinto, con
coordenadas de lucha igualmente diferentes. Genaro no le sirvió a nadie ajeno
al pueblo.
Él
se lanzó a la sierra. Los de hoy, se quedan cómodamente en su casa a esperar
los resultados. No hay congruencia ni comparación. No los merece Genaro. Nunca
entrarían a la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y posteriormente con
Lucio Cabañas al Partido de los pobres.
Los
provocadores, llevan en la frente la señal de la traición. El pueblo lo sabe. Que
no sea tarde para que lo entiendan.