Jesús Núñez Rendón tiene doce años de edad; María del Carmen Hernández tiene seis, comparten en común su alegría por la vida, por la diversión y su interés de aprender; son alumnos de la escuela primaria Siervo de la Nación de esta ciudad, y forman parte de los niños atendidos de manera especial en la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) debido a la discapacidad que ambos padecen.
En el plantel, son 22 alumnos los atendidos de manera personalizada en la USAER, por docentes que coordina a profesora Martha Gómez Vélez, que con paciencia y vocación de servicio, educan a menores con problemas de discapacidad motora, auditiva, intelectual, debilidad visual, déficit de atención, hiperactividad, lenguaje y conducta.
Tanto el director de la escuela, Francisco Ruano Mateo como la responsable de la USAER, coinciden en señalar que la atención que se brinda a estos niños es integral, ya que además de las actividades propias del plan de estudios que exige su respectivo grado, son atendidos con dinámicas propias de su discapacidad.
Guidalthy Núñez Villalva, jefa del Departamento de Servicios Educativos de Educación Especial de la SEG, señaló que en la entidad se cuenta con 155 Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular que aglutina a 855 escuelas de educación básica, para atender a 12 mil 175 alumnos de los niveles de preescolar, primaria y secundaria.
De este universo de niños con necesidades educativas especiales, mil 921 asisten a planteles de educación preescolar; 9 mil 655 de primaria y 599 de secundaria, y actualmente están integrados a escuelas regulares, apoyados a través de las USAER.
Núñez Villalva señaló que para brindar una atención integral a los niños, las unidades están integradas por un director, un equipo de apoyo, un psicólogo, maestro de comunicación y maestros de apoyo que brindan atención a un máximo de diez escuelas regulares, dependiendo de la estructura ocupacional que tenga.
La integración de niñas y niños con discapacidad a las escuelas regulares permite su desarrollo y su integración a través de la convivencia cotidiana, se fortalece el trato igual, la autoestima, el respeto y se elimina la discriminación, por lo que el exhorto de las autoridades educativas hacia los padres de familia que tienen niños con alguna discapacidad es que de ninguna manera les impidan acudir a la escuela, para no interrumpir su desarrollo personal y por el contrario, enseñarles a vivir y enfrentar sus propios retos.