Un año después
(Agosto 2011) de que anunciara
públicamente su interés –ya conocido-
por la candidatura a la presidencia municipal de Acapulco, cuando anunció que
“No volvería a declinar”, Fermín Alvarado Arroyo, candidato priísta a la
alcaldía, se ha convertido en un candidato profundamente mediatizado por los grandes
intereses que tiene que proteger, cubrir y callar, y que son el costo de su propia
candidatura, la compra del infierno, al
mejor estilo de Fausto, de Johann Wolfang von Goethe, quien en su clásica obra
del genio alemán, decidió –Fausto-
entregarle su alma a Mefistófeles –léase Manuel Añorve Baños- a cambio de alcanzar, en este caso y en este 2012, la presidencia
municipal de Acapulco.
Un año y una
semana después de haber comenzado su campaña, Fermín Alvarado Arroyo, se da
cuenta, según su propio ·boletín de prensa- “que Acapulco está en crisis”, que
la violencia ha provocado el resquebrajamiento del tejido social y ha provocado
el abandono de los espacios públicos, pero Fermín, cómo es que se ha dado
cuenta de ello?, cómo es que sabe eso? Y si lo sabe por qué no da nombres de
los responsables o del responsable de la crisis de violencia que vive Acapulco
y los acapulqueños.
Por qué calla
Fermín, cuál fue el trato por la candidatura, cuál fue el convenio que hizo con
Manuel Añorve, ya que si como él mismo
lo ha afirmado, que él va hacer el mejor presidente municipal que ha tenido
Acapulco, por qué no señala lo que a voces afirman los acapulqueños de Manuel
Añorve Baños: el peor presidente que ha tenido Acapulco.
Por qué pide
que nos sumemos al rescate de Acapulco, cuando se niega a señalar ha los responsables de la violencia, la inseguridad,
el desempleo, cierre de negocios y migración que sufre el principal destino
turístico de México. Fermín sigue el “guión” que le marcan sus asesores, del
cual no se desprende ni una línea, para evitar
confrontarse con el grupo político que le dio la candidatura y que tiene
al PRI acapulqueño, y sin nos atrevemos, al propio priísmo en Guerrero,
desestructurado, pulverizado, pero Fermín en esta innoble decisión también decidió al aceptar, llevar agua a su
molino, incrustando en su planilla a sus más cercanos familiares, los que le
permitieron, dejando atrás en el tiempo su coraje, ese coraje con el que en el pódium del H. Congreso de la
Nación, como diputado federal representante de Guerrero, fue capaz, de no estar
de acuerdo con las políticas federales en cuanto a seguridad, poca atención a los grandes problemas de su
entidad, falta de recursos a la educación y a la gran falta del líquido vital:
el agua que sufre no sólo Acapulco, sino la propia capital del Estado,
Chilpancingo, entonces por qué vive de rodillas?
Por qué no es
capaz de deslindarse del guión que le marcan y que con dificultad lee ante los
medios, como si careciera de propia conciencia, de propios principios
políticos, dónde quedó su ética y su moral.... o acaso su moral será, como la
definió el “Gran Gargaleote”, Gonzalo N. Santos “el Alazán Tostao”, la moral
expresó: “es el árbol que da moras”.
Cómo entonces dice que puede ofrecer…”un gobierno transparente
y abierto a la participación ciudadana”, cuando lo tienen atado, y se
encuentra, ciego, sordo y mudo a los reclamos sociales, a hacer suya las
demandas populares en cuanto a seguridad, desempleo, falta de servicios, cuando
no responde, ni enfrenta con coraje, y deja a un lado los intereses políticos
que tienen, como el mismo lo ha expresado, “tienen Acapulco en crisis”. Cómo encabezar un proyecto, que tiene el
propósito de sumar a todos, cuando él, Fermín Alvarado Arroyo, está además de
“atado, ciego, sordo y mudo”. Email: gernestorivera@gmail.com