En días pasados, una de las
notas más sobresalientes en algunos medios de comunicación era la siguiente: “Minera
canadiense cede concesiones en el territorio protegido de Wirikuta” ó “Gana
Wirikuta, minera canadiense cede área sagrada de los huicholes al gobierno
federal”. Lo anterior justo antes de que se realizara un concierto masivo a
favor de la defensa de esta zona sagrada. ¿Qué tan veraz es la información
destacada en los principales medios de circulación nacional?
En 1998, la UNESCO integró a
la zona de Wirikuta (que consta de 140 mil hectáreas) a la Red Mundial de
Sitios Sagrados Naturales, y en 1994, el gobierno de San Luis Potosí la declaró
Área Natural Protegida. El gobierno federal ha otorgado al menos 38 concesiones
mineras a empresas trasnacionales para la explotación de un área simbólica para
el pueblo huichol; de las más de 6 mil hectáreas concesionadas, 4 mil forman
parte del territorio de Wirikuta, que además de integrar elementos
indispensables de la identidad cultural de los huicholes, representa también un
ecosistema único. Las protestas por parte de organismos internacionales, de
asociaciones civiles, y de ciertos
sectores de la sociedad, en torno a la defensa del patrimonio de las
comunidades indígenas, han sido cada vez más enérgicas, sin que el gobierno
federal llegue aún a un consenso con las partes involucradas.
En Febrero pasado, el Poder
Judicial de la Federación entregó al pueblo huichol Wixárika, la suspensión
temporal, sobre uno de los proyectos mineros comandado por la empresa
canadiense First Majestic, a raíz de un amparo interpuesto por la comunidad
indígena. Sin embargo, lo anterior no significaba la cancelación de las
concesiones, sino solamente una revisión de los elementos jurídicos que
integran este caso.
Tras la nota publicada en
días pasados, el Frente en Defensa de Wirikuta llamó a una conferencia de prensa,
donde argumentaron que efectivamente, una de las empresas canadienses cedió
concesiones al gobierno federal, sin embargo, ésta equivale a 761 hectáreas, lo
que representa sólo el 0.56% de la totalidad del territorio concesionado.
Existe una total desinformación
a través de dos vertientes: hacia la ciudadanía en general sobre lo que en
realidad está ocurriendo en Wirikuta; y hacia las comunidades indígenas sobre
las acciones específicas que las autoridades federales están llevando a cabo en
este territorio. Es importante que en los comunicados de prensa se retomen los
siguientes puntos que están pasando desapercibidos:
1.
¿Cuál es la verdadera situación de la empresa
canadiense First Majestic Silver corp. en territorio nacional? Sólo devolvió
parte de sus concesiones, sin que el resto hayan sido canceladas del todo, sólo
suspendidas temporalmente con la decisión de los tribunales judiciales.
2.
¿Cuál es el status de la suspensión
dictaminada por los tribunales judiciales? Dentro del comunicado, no se hizo
mención alguna sobre la existencia del amparo que demandó el pueblo huichol y
la decisión tomada por el Poder Judicial de la Federación
3.
¿De qué manera se consensó con el pueblo
Wixarika, lo anunciado en el comunicado de prensa? ¿Se realizó la consulta con
la asamblea y autoridades indígenas correspondientes?
4.
El gobierno federal ha anunciado, a la
prensa, una serie de acciones hacia Wirikuta, incluyendo el de la generación de
empleo y protección de la zona sagrada. ¿Por qué esta información es desconocida
por gran parte de la comunidad indígena?
5.
¿Cuál es el compromiso del gobierno federal
hacia Wirikuta ante el próximo cambio de estafeta (independiente de partidos
políticos) en los altos mandos, una vez que el nuevo Ejecutivo Federal tome
protesta?
Es imprescindible la necesidad
de información transparente y detallada, Wirikuta aún no ha ganado nada, las
concesiones como tal no han sido canceladas, por lo tanto, el riesgo de que las
áreas naturales sean afectadas aún prevalece. Es grave que a estas alturas,
cuando hay más actores involucrados en el rescate de esta zona sagrada, la
desinformación y la atención mediática sea la que predomine y no, la del
diálogo y consenso.