Algo no checa. Los
resultados de las cinco elecciones llevadas a cabo en el estado de Guerrero
arrojan la contundente realidad: las alianzas son veneno puro para el PRI. Pero
también dicen que ese partido goza de cabal salud. No ha muerto y será un feroz
contendiente para el proceso electoral que se llevará a cabo dentro de dos años
con ocho meses, y en el que habrán de renovarse todos los poderes de nuestra
entidad.
¿Cómo va a ser
posible? Dirán los que festejan que Guerrero se pintó de amarillo, cuando en
realidad se vistió de los multicolores de una alianza conformada por priístas,
petistas, convergentes y perredistas. Será posible tal afirmación cuando leamos
de nueva cuenta los resultados de cada una de las cinco elecciones que se
llevaron a cabo hace una semana.
Es un hecho que
Andrés Manuel López Obrador ganó en Guerrero. Es igual de objetivo que los
candidatos al Senado postulados por las alianzas vencieron en buena lid. Lo
mismo que diputados federales, locales y presidentes municipales. Pero también
es un hecho que algunas cifras son engañosas.
Comparemos los
resultados de la elección de Presidente de México y la de los Senadores. La
diferencia entre uno y otro es de cien mil votos. Justifican tal argumento
quienes sostienen que el voto cruzado castigó a René Juárez Cisneros y Claudia
Ruiz. Sentimos decepcionarlos. Quien asi lea los números comete terrible error
de apreciación.
Chequemos, por
ejemplo, el dato de los votos nulos
entre una y otra elección. En la de Presidente de México, en Guerrero, se
anularon el tres por ciento de los votos. En la del senado la cifra crece a
casi ocho por ciento. ¿Por qué tan abultado porcentaje que representa algo asi
como los 200 mil votos de diferencia entre ganadores y perdedores?
A los priístas les
jugaron chueco desde las oficinas centrales del Instituto federal Electoral. En
los promocionales previos a la elección, el IFE anunció que los ciudadanos
podrían votar tanto por el PRI como por el Partido Verde y que, como iban en
alianza, los votos contarían de cualquier manera para sus respectivos
candidatos al Senado. Pero no fue asi.
En estados como
Guerrero o Baja California, el PRI postuló candidatos al senado. Lo mismo hizo
el Partido Verde. En ambas entidades miles de
priístas cruzaron los emblemas de ambos partidos en la boleta electoral,
creyendo en el promo del IFE pero, ¡0h sorpresa! De esa manera anularon su voto.
En Baja California el
PRI ganó sus siete diputados federales, pero perdió el Senado. En Guerrero
perdieron todo pero, en el Senado, los votos anulados por esa falla del IFE y
la ausencia de información real a los simpatizantes priísta, dejó a los
candidatos priístas con 210 mil votos anulados que, irónicamente, significaron
su derrota.
El caso es que
perdieron. Pero también es caso de estudio que la votación del PRI frente a los
aliados no es tan escandalosa como se creyó. Las cuentas, vistas asi las
cifras, son distintas y permiten avizorar que en la elección intermedia del 2015
vendrá la revancha tricolor. Porque Ni René ni Claudia están muertos. Gozan de
cabal salud.
TRASCENDIÓ
QUE Cuauhtémoc
Salgado, figueroista de hueso colorado, saldrá de la dirigencia estatal del PRI
ante la derrota de su partido. Pero no saldrá mientras Mario Moreno exija su
destitución. El ganador de la elección de Chilpancingo fue acusado de traición
y, al parecer, se ha comprobado tal en el CEN del PRI. Asi que mientras Don
Mario exija destituir a Salgado éste quedará mas fuerte que la quijada de arriba.