
La mayoría de los conocedores de la Reforma Energética (me excluyo) han concluido que sin cambios en el 27 constitucional que permitan asociaciones mayoritarias de Pemex con empresas privadas nacionales y extranjeras tanto upstream como downstream, compartir el riesgo y la inversión en aguas profundas, permitir algún incentivo para pequeñas empresas como las 22,000 que han proliferado en EU para explotar las enormes reservas de shale gas en México, y algún tipo de acuerdo tácito con la Securities and Exchange Commission (SEC) mediante el cual las empresas extranjeras que entren a México puedan realizar el equivalente de booking reserves sin tener la propiedad del subsuelo; cualquier reforma se asemejará a la de 2008. No atraerá enormes cantidades de inversión y tecnología; no incrementará, ni siquiera en un horizonte de 5 a 7 años, la producción y exportaciones mexicanas de crudo, gas seco y shale gas; y no mandará el mensaje a los mercados internacionale s de una transformación radical de las tradicionales actitudes mexicanas en esta materia. El país puede prescindir de todo esto y seguir como va. Como hemos insistido Aguilar Camín y yo, seguir como vamos desde 1997, con la excepción de los muertos y desaparecidos de la guerra, no está mal.
Ahora bien, a menos de que uno crea en Santa Claus, el PRD jamás aprobará una reforma energética de estas características. Ello significa que la sacan Peña y el PRI con el PAN, o no la sacan. El PAN ya formuló su moneda de cambio: una reforma política que incluya reelección de diputados y senadores, segunda vuelta en la elección presidencial, federalizar los IFE's estatales y, así lo espero también, contemplar referenda constitucionales y vinculantes. Todas estas posturas son anatema para Peña y el PRI, pero ya entrados en gastos, podrían aceptarlas.
En estas condiciones, confieso que no entiendo la lógica de golpear al PAN demandando a Nava por corrupción. Más allá de los desencuentros personales que pudo haber tenido Nava con su jefe Felipe Calderón, fue secretario particular del Presidente durante dos años y presidente del PAN durante año y medio, y la opinión pública verá el golpe a Nava como un golpe al PAN. Pemex se fue por la libre, o la demanda es el garrote para que el PAN se alinee, o se trata de un peligroso instrumento de negociación, en un litigio de cientos de millones de dólares que no debiera salir de su ámbito.