‘’Entonces
me llamarán pero no les responderé, me buscarán pero no me encontrarán, por
cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor’’ PROVERBIOS
1:28-29
LA
OTRA EDUCACIÓN
Anteriormente
con el simple hecho de mencionar que estudiábamos en alguna escuela particular
y muy en especial en colegios manejados por religiosas, se infería que éramos
chicas o chicos muy bien portados. No se nos hubiera ocurrido ¡ni siquiera
echarnos un buche de chicha! Pero da la impresión que la Educación y las buenas
costumbres se han relajado en el Siglo XXI . Hoy en día los niños de los
Colegios de educación conservadora, dan
la función en cualquier fiesta de XV años, o cualquier otra celebración. El
alcoholismo no solamente ha aumentado en los jóvenes defeños, sino que se ha
convertido en uno de los principales problemas de las familias ometepequenses.
En
los tiempos actuales la vida transcurre a tal ritmo, que los padres de familia
vivimos inmersos en actividades que nosmantienen bien alejados de lo que
debería ser nuestra prioridad: nuestros hijos, quienes crecen en medio de
sirvientes y en total desapego a la familia. Son los amiguitos y compañeros de
escuela los que llenan los vacíos familiares. Pretendemos que sea en la escuelas o colegios
donde reciban la otra educación., o ya de perdida que les concluyan la que no
terminamos de darles en el hogar. Y si se trata de hijos o nietos de políticos son
los guaruras los que se convierten en sus damas de compañía ¡y en sus alcahuetes!. Son estos mismos
guaruras quienes incluso les hacen los mandados para conseguirles bebida y
estupefacientes. Es verdaderamente alarmante checar el dato de la forma en que los ‘’chavos bien’’ ometepequenses se
alcoholizan incluso (dicho por ellos mismos) en las mismas instalaciones de los
Colegios a donde asisten. Con horror escuché en la Plaza Cívica hace unos
días, la conversación de un grupito de
adolescentes con uniforme del Carey Breton ; hablaban de sexo con palabras
soeces refiriéndose a algunas chavas con exceso de groserías. El guarura de uno
de los chavitos escuchaba divertido la conversación. Relataban con pelos y señales episodios de alcohol ¡y de drogas!. Así mismo he visto salir de un Oxxo a
chavitos que estudian en el Juana de Matel con un six pack de cervezas en la
mano y subirse a un auto donde otros jovencitos lo esperan.
Las
chavitas no se quedan atrás. Aún no cumplen 15 años y ya hablan de experiencias
de sexo con escandalosa naturalidad. Fuman y también le entran a la copita. Viven
muy aprisa, no bien aprenden a caminar por la vida y ya quieren correr. Duele
ver a esos jóvenes envenenándose. Pero más duele ver que algunos padres parecen
no darse cuenta de que sus hijos han iniciado el camino hacia un mundo de
desesperación y obscuridad. Y en otros casos son los últimos en enterarse. Sin embargo, hay quien a pesar de que
pudiéramos notar en nuestros hijos ciertas actitudes que pudieran convertirse
en alertas, no ha de faltar quien piense
que para eso lo manda a buenos colegios, pero la tarea, precisamente esa tarea,
la de cuidarlos, guiarlos y aconsejarlos corresponde antes que nadie a nosotros
los padres. Los educadores poco pueden
hacer si la educación familiar es fallida. Y el entorno social y la
idiosincrasia costachiquense tampoco ayudan.
Aunado todo esto a la falta de educación espiritual. No hay espiritualidad en nuestros hijos
porque les inculcamos que deben ser exitosos, estudiar una carrera y hacer
maestrías y doctorados, pero descuidamos el lado espiritual. Ignoramos que La
Biblia es el código de fe y conducta a
través del cual Dios nos habla y nos da
sabiduría que viene de lo alto, entre otras muchas cosas, para saber educar a
nuestros hijos con amor y temor
reverente hacia Él. Hoy más que nunca
necesitamos a Jesucristo y su enseñanza.