domingo, 7 de julio de 2013

LA NETA DEL PLANETA Karmelynda Valverde

‘’Entonces me llamarán pero no les responderé, me buscarán pero no me encontrarán, por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor’’ PROVERBIOS 1:28-29

LA OTRA EDUCACIÓN
Anteriormente con el simple hecho de mencionar que estudiábamos en alguna escuela particular y muy en especial en colegios manejados por religiosas, se infería que éramos chicas o chicos muy bien portados. No se nos hubiera ocurrido ¡ni siquiera echarnos un buche de chicha! Pero da la impresión que la Educación y las buenas costumbres se han relajado en el Siglo XXI . Hoy en día los niños de los Colegios  de educación conservadora, dan la función en cualquier fiesta de XV años, o cualquier otra celebración. El alcoholismo no solamente ha aumentado en los jóvenes defeños, sino que se ha convertido en uno de los principales problemas de las familias ometepequenses.

En los tiempos actuales la vida transcurre a tal ritmo, que los padres de familia vivimos inmersos en actividades que nosmantienen bien alejados de lo que debería ser nuestra prioridad: nuestros hijos, quienes crecen en medio de sirvientes y en total desapego a la familia. Son los amiguitos y compañeros de escuela los que llenan los vacíos familiares.  Pretendemos que sea en la escuelas o colegios donde reciban la otra educación., o ya de perdida que les concluyan la que no terminamos de darles en el hogar. Y si se trata de hijos o nietos de políticos son los guaruras los que se convierten en sus damas de compañía  ¡y en sus alcahuetes!. Son estos mismos guaruras quienes incluso les hacen los mandados para conseguirles bebida y estupefacientes. Es verdaderamente alarmante checar el dato de la forma en  que los ‘’chavos bien’’ ometepequenses se alcoholizan incluso (dicho por ellos mismos) en las mismas instalaciones de los Colegios a donde asisten. Con horror escuché en la Plaza Cívica hace unos días,  la conversación de un grupito de adolescentes con uniforme del Carey Breton ; hablaban de sexo con palabras soeces refiriéndose a algunas chavas con exceso de groserías. El guarura de uno de los chavitos escuchaba divertido la conversación.  Relataban con pelos y señales  episodios de alcohol ¡y de drogas!.  Así mismo he visto salir de un Oxxo a chavitos que estudian en el Juana de Matel con un six pack de cervezas en la mano y subirse a un auto donde otros jovencitos lo esperan.


Las chavitas no se quedan atrás. Aún no cumplen 15 años y ya hablan de experiencias de sexo con escandalosa naturalidad. Fuman y también le entran a la copita. Viven muy aprisa, no bien aprenden a caminar por la vida y ya quieren correr. Duele ver a esos jóvenes envenenándose. Pero más duele ver que algunos padres parecen no darse cuenta de que sus hijos han iniciado el camino hacia un mundo de desesperación y obscuridad. Y en otros casos son los últimos en enterarse.  Sin embargo, hay quien a pesar de que pudiéramos notar en nuestros hijos ciertas actitudes que pudieran convertirse en alertas,  no ha de faltar quien piense que para eso lo manda a buenos colegios, pero la tarea, precisamente esa tarea, la de cuidarlos, guiarlos y aconsejarlos corresponde antes que nadie a nosotros los padres.  Los educadores poco pueden hacer si la educación familiar es fallida. Y el entorno social y la idiosincrasia costachiquense tampoco ayudan.  Aunado todo esto a la falta de educación espiritual.  No hay espiritualidad en nuestros hijos porque les inculcamos que deben ser exitosos, estudiar una carrera y hacer maestrías y doctorados, pero descuidamos el lado espiritual. Ignoramos que La Biblia es el código de fe y conducta  a través del cual  Dios nos habla y nos da sabiduría que viene de lo alto, entre otras muchas cosas, para saber educar a nuestros hijos  con amor y temor reverente hacia Él.  Hoy más que nunca necesitamos a Jesucristo y su enseñanza.