martes, 6 de mayo de 2014

CTM: Cacicazgos y excesos. Por Gaby Carmona Astudillo

El cacicazgo y los excesos han sido - en la Confederación de Trabajadores de México en el Estado de Guerrero - la panacea para quienes en su tiempo y en su momento,  han venido ejerciendo el poder; en donde algunos de sus dirigentes caciquiles, se han hecho millonarios a costilla de la clase trabajadora y han alcanzado todas las canonjías políticas habidas y por haber.
GABY CARMONA ASTUDILLO
Afiliados todos al Partido Revolucionario Institucional, los dirigentes de la CTM fortalecieron sus lazos con la clase política guerrerense al obtener posición política a las presidencias municipales, regidurías, diputaciones locales, diputaciones federales, senadores de la república y cargos en la administración pública  como en las mejores familias.
La CTM en Guerrero, -al igual que el SNTE- fue en su tiempo y en su momento,  la fortaleza que el Partido Revolucionario Institucional necesitaba para inclinar la balanza en los triunfos electorales de sus candidatos a cargos de elección popular.
Sin embargo, con Filiberto Vigueras Lázaro,  la CTM en Guerrero, se encargaría de obstruir la candidatura de José Francisco Ruiz Massieu a la gubernatura del estado,  generando al priista un verdadero dolor de cabeza, sin embargo, el triunfo de Ruiz Massieu fue contundente y asumió el poder.
Corría el año de 1988, el Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza, buscaba ganar la presidencia de la república al candidato priista Carlos Salinas de Gortari, en Guerrero José Francisco Ruíz Massieu estaba dispuesto a combatir con la ley en la mano a los caciques entre ellos al priista y dirigente de la CTM  Filiberto Vigueras Lázaro, quien era el candidato a la diputación federal por el distrito de Iguala.
Ruiz Massieu no tuvo que mover mucho las piezas, pues el candidato del FDN Félix Salgado Macedonio, sería el encargado de armarle la fiesta de los costales a su adversario,- ahí en plena Cámara de Diputados- a quien derrotó deforma apabullante.
La debacle de la CTM en Guerrero apenas empezaba; la crisis obrera se dejó venir, problemas en la poderosa sección 20 fue la señal esperada, debilitada y dividida, los chicos se hicieron grandes y de nuevo volvieron los eternos dirigentes cetemistas, bajo el amparo de los gobiernos estatales  y del eterno Fidel Velázquez, surgió  Porfirio Camarena Castro, un liderazgo gris pero con ambiciones de poder económico y político fuertes.
De todos conocidos, los enfrentamientos a balazos, los desalojos, las agresiones físicas, las bombas molotov, mientras los cercanos al poder se fueron haciendo más ricos y poderosos, ya no importaba la lucha laboral, la protección al trabajador, lo importante era y es la negociación económica con la clase patronal bajo la oscuridad y estar cercanos al poder político para seguir gozando de las canonjías pero siempre fiel a su militancia con el Partido Revolucionario Institucional.
En los tiempos actuales, la dirigencia de Antelmo Alvarado García está más preocupada  en que sus dirigentes seccionales le cubran las cuotas sindicales, y le paguen todos sus gastos, que en atender las problemática que enfrentan sus agremiados.
La renuncia de dos de sus líderes seccionales, no a la CTM nacional, sino a la CTM en Guerrero y a su militancia priista, es serio,  porque significa que el liderazgo de Antelmo Alvarado está dejando mucho que desear en la entidad, en donde la CTM ha perdido posiciones políticas en regidurías, diputaciones locales, federales y senador de la república, está claro que de la CTM no saldrá nunca un gobernador.
Minimizar la salida de Raúl Ramírez Gallardo y Rodrigo Ramírez Justo, no es correcto y  los priistas no deben verlo como un asunto menor, por el contrario, la lectura es que más allá de las presuntas ambiciones personales, como lo calificó Alvarado García, hay un problema de marginación y traición al interior de la CTM.
No olvidemos que Alvarado García traicionó al entonces candidato del PRI a la gubernatura del estado y bajo la mesa, comenzó a negociar el voto cruzado a favor del que hoy está en el poder estatal, sin embargo, astuto como es Alvarado García jamás definió su preferencia electoral públicamente, lo que lo salvó de una virtual expulsión.
Hoy los dos ex priistas y dirigentes sindicales han formado su propia organización a la que han denominado Confederación de Trabajadores Progresistas, la cual tiene un padrón de agremiados de ocho mil trabajadores, mismos que habrán de ser parte de las filas del Partido de la Revolución Democrática.
Solo el tiempo les dará la razón a quienes hoy en día, decidieron abandonar las filas de la CTM en Guerrero y renunciaron a su militancia priista.

Ojalá Antelmo Alvarado y la clase priista comprenda que los trabajadores ya están artos de que su líder estatal sea cómplice y comparsa del sistema político actual y se nieguen a elevar la voz en asuntos tan delicados como las modificaciones en las cotizaciones del IMSS, en la Reforma Laboral y en el Seguro de desempleo. Veremos que pasa.