domingo, 11 de mayo de 2014

Entresemana Turismo social Moisés Sánchez Limón

Hace 38 años, sin la asistencia del Presidente de la República, el entonces secretario de Turismo, Guillermo Rossell de la Lama, el gobernador Rubén Figueroa Figueroa y el presidente municipal de Acapulco, Virgilio Gómez Moharro, en esos días de la primavera de 1997, inauguraban en el Centro de Convenciones la segunda edición del Tianguis Turístico de Acapulco, con la expectativa de lograr que este puerto fuese insignia del impulso de la llamada industria sin chimeneas en México.
Por esos años, a partir del impulso que le dio el presidente Luis Echeverría Álvarez, Cancún, Quintana Roo, dejaba de ser un pueblo de pescadores y comenzaba a llamar la atención como un foco captador de divisas del turismo estadunidense, principalmente.
José López Portillo gobernaba al país y junto con Acapulco, Cancún se ponía al frente de los proyectos de desarrollo económico, político y social para quienes, en el primero, eran muestra del contraste ofensivo e indignante de los dos Acapulco, el de la Costera Miguel Alemán y aquel rumbo a las faldas de los cerros y atrás de ellos.
Rubén Figueroa iría a las laderas de esos cerros, en La Laja donde la palabra del Rey Lopitos era ley, para convencer a punta de pistola a las miserables familias que habitaban la zona que oteaba hacia el Pacífico las playas de la Bahía de Santa Lucía, de que o se bajaban del cerro y se iban a vivir a la zona denominada como Renacimiento, o se morían.
Miles aceptaron irse a aquella naciente zona de casas prefabricadas en zona de manglares. Y se convirtió en ciudad dormitorio, porque la inmensa mayoría de sus jefes de familia y jóvenes trabajaba en los hoteles y restaurantes del Acapulco del primer mundo. Y nada se hizo por llevar la modernidad y la justicia social a quienes hicieron de Renacimiento un lugar de rompe y rasga.
Por supuesto hay una gran mayoría de familias dedicadas al trabajo y contrarias a la delincuencia que floreció por esos rumbos en ciudades perdidas y pueblos contaminados de extraños que llegaron a hacer de las suyas y meter en el crimen organizado a jóvenes ninis, a adultos desempleados y a quien se dejara. Situación que no dista mucho de lo que ocurre en barrios y colonias próximos al centro acapulqueño e incluso a unos pasos de la moderna Costera.
¿Qué ocurrió en 39 años? Bueno, amén de que el turismo nunca derramó beneficios reales para el municipio, salvo dos o tres vialidades, su condición política lo convirtió en botín de priistas viejos, nuevos y arribistas y oportunistas que abandonaron las siglas tricolores y se echaron en brazos de la oposición que hizo más daño que todos los gobiernos del PRI contemporáneo juntos.
Y lo peor, es que en 2011 el entonces presidente Felipe Caderón decidió que Acapulco no sería más la sede del Tianguis Turístico y, con ello, le quitó un tanque de oxígeno a la economía local y estatal, zarandeada por el crimen organizado que ahuyenta al turismo.
Empero, el presidente Enrique Peña Nieto como candidato ofreció el retorno de la sede de dicho Tianguis, aunque con carácter itinerante que implica alternar cada dos años la sede, pero con asiento en Acapulco.
Y ¿qué cree usted? Pues que el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, por diferencias políticas con su contraparte de Quintana Roo, Roberto Borge, no acudió a la clausura de la XXXIX edición en Cancún, para recibir la estafeta. Berrinche político, diferencias personales o lo que usted quiera, lo cierto es que en más de tres décadas Acapulco sigue siendo el de las dos caras, dos sociedades, los contrates y las ausencias, las desgracias y los arrepentimientos.
Los acapulqueños no se merecen ese trato. Porque con la enorme tradición turística, el estado de Guerrero frente a Quintana Roo, palidece en vocación por el turismo, como se demostró en la 39 edición del Tianguis Turístico de México.
Usted dirá que también el municipio de Benito Juárez-Cancún, en Felipe Carrillo Puerto e incluso en la capital, Chetumal, hay pobreza. Sí, indudable, mas no olvido en ese joven estado.
Algo hay, en esa vocación turística que, en este 39 Tianguis, por citar frutos, se generaron grandes expectativas respecto al número de compradores, expositores, países y todo lo relacionado con este evento y, sin duda, se rebasaron todas.
Incluso, el compromiso del gobernador del estado, Roberto Borge, para apuntalar esta actividad turística, posibilitó alcanzar una derrama económica de más de 800 millones de dólares. Se realizaron  38 mil 182 citas de negocios, participaron 61 países y 847 empresas compradoras.
De acuerdo con quienes saben de estos asuntos de la industria sin chimeneas, nunca se había realizado una edición tan exitosa, bien organizada y, sobre todo, que asombrara a todos los touroperadores, mayoristas y expositores en general.
Con la realización del Tianguis Turístico, Borge Angulo contribuyó al posicionamiento de esta actividad que representa la tercera fuente de captación de divisas y que encabeza la Secretaria Claudia Ruiz Massieu. ¿Podremos hablar de un escenario similar en el 40 Tianguis Turístico de Acapulco 2015? ¿Lo permitirá Ángel Heladio Aguirre Rivero? Digo.
LUNES. Deshojando la margarita en el Congreso de la Unión. Habrá o no habrá extraordinario. A nadie beneficia posponer la reforma político-electoral. ¿O sí? Conste.
@msanchezlimon