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martes, 4 de agosto de 2015

Epístolas Surianas (Carta al Gober) De Julio Ayala Carlos

Sustitutazo…
SI ES CIERTO QUE en Guerrero, 243 mil personas dejaron de estar en la extrema pobreza, habría que preguntarle al delegado estatal de la Sedesol federal, José Armenta Tello, dónde están. Y es que, al menos en Mártir de Cuilapan, mejor conocido como Apango, no.

Y eso que ese municipio, que fue escogido como “municipio piloto” en Guerrero, para llevar a cabo la Cruzada Nacional Contra el Hambre, sigue igual de marginado, y sus habitantes viven con la misma pobreza de antes.
Por ello, dijo, disminuyó en Guerrero la población en pobreza extrema, en 7.2 puntos porcentuales, según una nota del periodista Gilberto Guzmán.
Dice el delegado en cuestión, con supuestos datos del Coneval, que Guerrero se colocó en el primer lugar nacional en combate a la pobreza extrema, “gracias a la intervención de la millonaria inversión que realiza el Gobierno federal a través del Plan Nuevo Guerrero”.
Armenta Tello puntualiza: la pobreza extrema disminuyó en Guerrero, pues la prioridad del gabinete social del Gobierno federal siempre ha sido llegar a los más pobres y garantizar que su condición social mejore, “y en Guerrero damos resultados favorables: hoy nuestros niños tienen qué comer y las jefas de familia son beneficiadas de manera directa con proyectos productivos”.
Lo anterior, a pesar de las circunstancias complicadas por la destrucción que provocaron los huracanes Manuel e Ingrid en 2013, los sismos de Semana Santa del 2014, la tormenta Trudy en el mismo año, y el gran deterioro social que de manera histórica persiste en Guerrero.
“En Guerrero disminuyeron las carencias sociales en la pobreza extrema, no hay duda de que la política social que impulsa el Gobierno de la República protege a los grupos sociales más vulnerables”, concluyó Armenta Tello.
Agregó que parte importante en estos logros ha sido la Cruzada Nacional contra el Hambre y la coordinación con las dependencias federales que la integran, porque se impulsó como nunca la producción del campo, se protegió el derecho a la alimentación y con los comedores comunitarios se atiende a miles de familias que vivían en pobreza extrema. Sin duda así es, pero la pregunta es, ¿dónde diablos están esos menos pobres, si en Apango, que es el municipio modelo dónde se implementó la mentada Cruzada, siguen igual que antes?
No. Seguramente el mencionado delegado no sabe que no se sale de la pobreza con pintarle su casa a quienes menos tienen, como tampoco dándoles de comer. Tampoco, por supuesto, la pobreza se combate entregando gallinas o chivos.
¿Dónde están esos 243 mil guerrerenses? ¿Dónde carajos están esos proyectos productivos? ¿Dónde están esos comedores comunitarios, por ejemplo, en Chilpancingo? Es cierto. La medición de la pobreza que lleva a cabo el Coneval puede decir una cosa, pero lo cierto es que los guerrerenses siguen igual de pobres. Seguramente el delegado de la Sedesol en Guerrero, José Armenta Tello, no sabe que en Apango, en donde el presidente Enrique Peña Nieto arrancó la Cruzada Nacional Contra el Hambre, la pobreza sigue igual.
Habrá que recordarle al delegado de la Sedesol federal en Guerrero, aquella anécdota de un presidente mexicano que fue a presumir a Europa que su gobierno entregaba miles de becas. “Aquí no hay necesidad de eso, porque hay empleo, y las familias tienen cuentas en los bancos”, le contestaron.
Es indudable que Armenta Tello no sabe que la pobreza tampoco se combate con becas, o acaso cree, que porque se acceda, por ejemplo, al Seguro Popular, el beneficiario ya es menos pobre? Y por último, cómo es que hay menos pobres, si de todo el estado siguen saliendo jornaleros? Cómo diablos puede decir eso si sigue habiendo niños en la calle? Quién carajos le dijo a José Armenta Tello que por consumir leche Liconsa, los pobres ya son menos pobres? Jijo.
Comentarios: julio651220@hotmail.com