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sábado, 22 de abril de 2017

OPERADOR DE MORENO VALLE YA SE REÚNE CON LOS CHUCHOS PARA PONER AL SUCESOR DE BARRALES Por Milagros Oreja



Se vencieron los plazos para que el INE intervenga en la elección interna del PRD. La jugada.

La puja por definir al sucesor de Alejandra Barrales se transformó en un territorio sinuoso y políticamente estratégico. Ya vencidos los plazos para que un organismo neutral como el INE fiscalice el proceso, será el propio PRD quien defina los tiempos y el formato de la interna. Y todos los saben: los consensos no son la especialidad del Sol Azteca.


Por eso, una vez más, el movimiento sutil de piezas requerirá de la inteligencia política que más de un ajedrecista ambicionaría tener. "Lo ideal hubiera sido que el INE fuera el arbitro, pero eso ya no es viable porque tendría que haberse convocado en marzo", admitieron desde la sede de Benjamin Franklin 84.

Y agregaron: "Ahora es imposible porque el organismo debe comenzar con los registros y trámites para 2018 y no pueden coincidir los dos procesos, el interno de un partido y el federal. Eso es por ley. Esa opción ya queda descartada".

Ahora queda todo en manos del propio partido, donde las corrientes ya dividieron las aguas en dos. Por un lado, Nueva Izquierda busca, con todas las herramientas posibles, acelerar la renovación de autoridades, que por estatuto deberían ya haberse iniciado. En ese sentido, incluso han presentado una denuncia al Tribunal Electoral para que intervenga.
 
Ya hay reuniones en el DF entre Jesús Ortega y uno de los máximos operadores de Rafael Moreno Valle. Quieren poner al sucesor de Barrales.
Por el otro, ADN, Vanguardia Progresista e IDN -el polo que construye la candidatura de Miguel Ángel Mancera- quieren poner en pausa el cambio, para sostener todo el tiempo que puedan la presidencia de Barrales y posicionar, pasadas las elecciones del Estado de México, a su propio candidato.

Pero, ¿qué es lo que se juega verdaderamente detrás de esta tensión de fuerzas? Una vez más, la clave está en el 2018. Y allí aparece un actor externo clave: el siempre escurridizo Rafael Moreno Valle.


Para las presidenciales, Los Chuchos -con el apoyo de Foro Nuevo Sol y Los Galileos- quieren retomar el control del partido que perdieron con la llegada de Barrales para lograr la deseada alianza con el PAN. Para lograrlo, cuentan con el apoyo del poblano. "Ya hay reuniones en el DF entre Jesús Ortega y uno de los máximos operadores del poblano", confirmaron fuentes perredistas.