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sábado, 22 de abril de 2017

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

ENTENDIDA COMO LA OPINIÓN FAVORABLE en la que una persona o grupo es capaz de actuar de forma correcta en una determinada situación, la confianza es la seguridad que alguien tiene en otra persona o en algo.  Y en sociología y psicología social, la confianza es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos, que se verá más o menos reforzada en función de las acciones.

La sociedad civil reposa en una relación de confianza entre pueblo y autoridad. Las autoridades son los depositarios de la intimidad, de tal forma que las bases del gobierno civil son la confianza y el consentimiento de la mayoría de los que son parte de la sociedad.

La confianza tiene, entre otros sinónimos, el de seguridad, y es precisamente en ésta, que conlleva capacidad para hacer las cosas, y entregar los resultados deseados, la que, pese a la situación actual, tiene el gobierno del estado. Precisamente por la confianza que representa, es que Héctor Astudillo Flores ganó la elección para ser gobernador del estado.

Es cierto. Muchos de los problemas que tiene Guerrero no se han resuelto. La inseguridad, es uno de estos. Y es indudable que no es por falta de empeño, trabajo y dedicación, sino porque el problema de la inseguridad, y la violencia que ésta genera, es, además de compleja, estructural, de tal forma que habrá de resolverse, o mejor dicho, disminuirse, cuando las causas que la originan, sean resueltas.

¿Quién no quisiera que la inseguridad y la violencia, que ha costado miles de vidas, incluyendo de niños inocentes, y dejado también miles de familias enlutadas, se resolviera de la noche a la mañana? ¿Quién estaría en contra de que la marginación y pobreza fuera cosa del pasado, o de que todos los guerrerenses, por situarnos en el estado, tuvieran empleos dignos y bien remunerados, educación y servicios de salud de primer nivel? Ninguno, por supuesto.

Y en eso, sin duda, está empeñado el gobierno del estado. Cierto es que por el nivel de violencia existente en Guerrero hay preocupación, desesperanza y congoja entre la población, y en consecuencia, es normal las demandas de mejores resultados. Eso es entendible, como lo es también que, pese a todos los esfuerzos que se hacen, la violencia parece no acabarse.

Todos, ni duda cabe, aspiramos en Guerrero a un estadio mejor. Y todos, creo, confiamos en que las autoridades de gobierno hagan su mejor esfuerzo. Sin duda, lo están haciendo, y por eso es que el gobierno de Héctor Astudillo Flores aún tiene la confianza, sino de todos, de la gran mayoría de los guerrerenses, de que con las acciones que lleva a cabo, pronto habrá mejores resultados.

El “Yo confío en Astudillo” que en las redes sociales se ha viralizado, más que ser un cheque en blanco al mandatario estatal, principalmente en el tema de la inseguridad y la violencia, que en los últimos días ha tocado a actores políticos, es la confianza depositada en las autoridades de gobierno, encabezadas por Héctor Astudillo, de que puede revertir la situación, en base al trabajo que ha realizado en otros rubros de la administración estatal, como lo es la gobernabilidad social y el funcionamiento de las instituciones públicas,

Hay que decirlo. Antes de Astudillo Flores el estado de Guerrero estuvo al borde de la ingobernabilidad por la violencia política y social, como consecuencia de malos gobiernos, que desembocó en los hechos de Iguala. Antes de Astudillo Flores la toma de carreteras, bloqueos de calles y toma e incendio de edificios públicos, así como el saqueo de comercios, era la constante. Antes de Astudillo Flores, hay que decirlo, el gobierno no funcionaba (me refiero al del estado), y los ayuntamientos municipales estaban solos. Antes del gobierno de Astudillo Flores, hay que puntualizarlo, no había obra pública.

Por eso, ciertamente, hay confianza en su gobierno, a pesar, ya lo dijimos, de los hechos de violencia. Su administración ha estado dando resultados en otros rubros, y sin duda, va a entregar buenas cuentas en materia de seguridad. Ciertamente las voces que se manifiestan por los hechos de violencia, tienen razón, pero es también muy cierto que la descomposición del estado en que fue encontrado, hace difícil que las cosas cambien en un mes o en un año.

Todos los guerrerenses queremos vivir en paz, con orden y tranquilidad, pero es innegable que para salir de este estado de cosas, falta mucho por hacer. Lo importante es que se está trabajando en ello. En estos tiempos, hay que decirlo, parece difícil confiar en las autoridades, pero si no confiamos en ellas, entonces ¿en quién?

Concluyo. En estos tiempos de violencia, la tragedia, el dolor, la desesperación, si bien son motivos de enojo y de división, hay que buscar el hilo conductor de la unión. El Estado, como tal, hace su parte, y solo falta que la sociedad también ponga su contribución. Quedarse expectante, y solo exigiendo, no parece ser el mejor camino para acabar con el flagelo de la inseguridad.

Comentarios: julio651220@hotmail.com