Un simple juego de niños terminó bruscamente cuando el pequeño dedo índice de la mano derecha de Juan Carlos, de 10 años de edad, quedó atrapado en el orificio de una cerradura de una perilla, ocasionándole de forma inmediata dolor y angustia, ya que fue imposible liberarlo de la trampa.
Por más de cuatro horas, la madre del niño trató de liberarlo, sin obtener algún resultado, ocasionándole cambios importantes en la coloración de la extremidad, informó la Delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guerrero.
Posteriormente, fue trasladado al área de Atención Médica Continua de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 29 con Unidad de Atención Médica Ambulatoria (UMAA) para ser apoyado por médicos y enfermeras.
La directora de esta UMF, Minerva Gatica Medina, explicó que el paciente, no beneficiario del IMSS, fue atendido de forma inmediata al ingresar, sin embargo fue imposible liberarle el dedo con instrumental médico.
Personal de Conservación y Mantenimiento de la unidad acudió al lugar con herramientas, siendo la madre informada sobre el intento de romper la cerradura para liberar el dedo.
En esta acción conjunta, en la que participaron trabajadores del IMSS en el área de Conservación y Mantenimiento y médicos, se requirió más de una hora para liberar la extremidad evitando mayor daño, y al término del procedimiento y recibir atención médica, se registró el aumento excesivo de volumen del dedo, que había adquirido una coloración violácea, pero con llenado capilar presente en su totalidad.
La madre del niño Juan Carlos reconoció la prontitud de atención de médicos, enfermeras y personal de Conservación y Mantenimiento de la Unidad, quienes actuaron con gran calidad y calidez, aun cuando ella y su hijo no son derechohabientes.
Después de una hora, el menor fue dado de alta, ya sin dolor y con una visible disminución de los edemas e hinchazón. Asimismo, fue referido a la Secretaría Salud para el seguimiento médico.