Mi madre se fue temprano, Yaz también; en el breve tiempo que una y otra me compartió, con estilo propio me enseñaron a ser libre pensador, no envidiar el éxito ajeno y privilegiar el respeto a las mujeres.
Por eso entiendo lo que es un festejo sin
festejada. Pero las festejo y dedico este espacio a mis colegas que cubren la
doble función de reporteras profesionales y doctoradas madres de familia;
porque ser madre no es sencillo y menos cuando al unísono se ejerce el
periodismo en los diarios, la tele y la radio; hoy hasta en las redes y por la
misma chuleta.
¿Cuántas colegas partieron con la pandemia? Hubo
quienes enfermaron y vencieron al virus; dichosas que hoy festejan la segunda
vida.
Y nadie en ese enorme espacio de la comunicación
las recuerda, quizá porque el gesto en un ramito de flores puede ser
considerado acto de corrupción. Bueno, bueno, hay quienes por lo menos una
tarjeta les envían.
¿Por qué no una iniciativa de ley que devuelva las
guarderías para hijos de reporteras que la administración Fox canceló? Por
ejemplo.
Hubo diputadas y diputados que en su momento
ofrecieron atender con prioridad el caso. Dolores Padierna, Malú Micher y et al
de dizque oposición legislativa dijeron que sí pero no dijeron cuándo y los
niños de entonces, son los jóvenes de hoy.
Difícil, por tanto, en estos tiempos en los que las
estancias infantiles fueron satanizadas como centros de corrupción.
Déjeme le cuento en alcance de la fecha que todo el
mundo recuerda y, egoístas, los menos tiempo le regatean como borrachos de buró
que temen al qué dirán y se embriagan de cursilería que no es pecado. ¡Vivan
las reporteras que son madres y, por cierto, muchas!
Le confieso que hoy no tengo ánimo para seguir los
pasos del licenciado presidente que manda al carajo una elemental cortesía a deudos
de inocentes víctimas de la tragedia L12 y menos ofrece en persona el apoyo a
madres, padres e hijos que curan sus heridas, las físicas y del alma que más
huella dejan.
¿Sabrá Su Alteza Serenísima que más ofende con un
recital en la mañanera, cuando el espacio de los medios públicos no lo ven las
madres que trabajan y menos las que, por millones, sobreviven a esta galopante
carestía? ¡Ah!, dijo que se trataba de un festival. ¡Sopas!
Andrés Manuel no va al tianguis menos al súper; por
eso no sabe cuánto cuesta un kilo de tortillas ni el de aguacate o frijol, pero
despacha un recital que sin duda pagó la Presidencia, a menos que la admirada
Eugenia León lo haya ofrecido de a grapa.
¿Sabrá el esfuerzo de las reporteras que son
madres, incluso madres solteras que cada día salen a partirse el alma en busca
de la nota informativa, de elementos para la crónica o el reportaje, en correr
atrás del político y del funcionario público para obtener una entrevista?
¿Sabrá cuánto ganan las reporteras que festejaron el
Día de las Madres trabajando? ¿Estará enterado del horario que cubren las
periodistas para ganar un salario mínimo profesional o un poco más que les
permite una vida digna?
No, no creo que Andrés Manuel tenga la menor idea
del daño que provoca en el gremio periodístico y en especial de las colegas,
cuando lo acusa de ser corrupto, chayotero, pagado por los conservadores y
aliado de los neoliberales.
Por fortuna ha dejado de llamar “corazoncito” a las
reporteras y tratarlas con adjetivos que ofenden, por más que justifique el
trato cariñoso. “No nos quiera tanto”, dirían las colegas que obligadamente, en
cumplimiento de su trabajo, cubren las mañaneras y los periplos del licenciado
presidente.
Y seguramente le dijeron que metió la chancla con
su desplante que fue contradicción a eso que tanto le gusta: las fotos, las
fotos y los videos con las señoras y las niñas a quienes mordisquea en la
mejilla. ¿Al carajo? ¿Por eso no fue a la zona cero de la L12 del Metro?
¿Al carajo quién? Porque, sin duda, muchas, muchísimas
madres de familia de aquella zona de la alcaldía de Tláhuac se ofendieron con
el dicho presidencial.
Así que, pretendió lavar la ofensa y ofreció, en
lugar de la siempre interesante, por falaz y marrullera, conferencia-homilía
mañanera lo que llamó algo así como “Festival del Día de las Madres en Palacio
Nacional”. Y de su pecho que no es bodega anunció:
“El día de hoy, lunes de 10 de
mayo, enviamos nuestra felicitación, sincera, cariñosa, a todas las madres de
México, a las mamás que nos acompañan (¿hubo invitación?), que están entre
nosotros y a las que se han ido y están en el cielo o en el lugar de la
felicidad y del amor, y que las recordamos y las vamos a recordar eternamente.
Muchas, muchas, muchas felicidades a todas las mamás en este día.
“Por eso esta conferencia, esta
mañanera va a ser especial, no vamos a informar nada (¡bravo!), no vamos a
contestar preguntas de ustedes, porque las mamás son primero. Entonces, es un
día muy especial y queremos ofrecer a todas las mamás un festival. Hoy, día de
las madres, la mañanera va a ser un festival para todas las mamás y vamos a
llevar a cabo este festival.
“Estoy hablando más despacio que
de costumbre para que las mamás se sienten, se acomoden, vean la televisión, el
internet, escuchen el radio, por el medio que sea, porque va a ser un festival
inolvidable con Eugenia León, una mujer, una cantante excepcional, llena de
arte y sentimientos.
“Eugenia León con nosotros y
todo, todo, todo dedicado a las madres.
“Felicidades y le dejamos el
escenario a Eugenia León”.
Y Eugenia cantó,
casi una hora, ante selecto auditorio. ¿Su Alteza Serenísima dedicó el
“festival” a las reporteras? Nada. ¿Cuántas madres estaban en el Salón de la
Tesorería y frente al televisor siguiendo al Eleven Channel y el 14 o el 22?
¿Hartas?
Día
de las Madres y mis colegas que son madres lo festejaron como solo las
reporteras saben festejarlo: en la chamba.
Felicidades
a mis colegas Maru Rojas, Maxi Peláez, Claudia Ramírez, Paty Torres y Paty
Ramírez, Yvonne Reyes Campos, Georgina Howard, Martha Elba Torres Martínez, Gisela
Ramírez, Verónica Valdés, Aracely Aranday, Rosa Elena S. Barrios, Mónica García
Durán, Carla Contreras, Karina Aguilar, Silvia Durand, Beatriz Alfaro, Bertha
Fernández, Rebecka Lizárraga, Pilar Mansilla, Sara Lovera, Perla Xóchitl
Orozco, Irma Pilar Ortiz, Marcela Jiménez, Martha Cabrera, Alejandra Pérez
Bernal, Melesia del Carmen, Cecilia Hernández Delgadillo y mis comadres Ercilia
Feria y Maricela Nieto y quienes me faltaron, respetables madres periodistas.
En
otros tiempos, sin duda como un detalle obligado, hasta el Presidente felicitaba
a mis colegas reporteras. El actual dice que no se parece a los de antes pero,
¿alguien extrañó una felicitación desde su ronco pecho?
Mientras
más las recuerdo, mamá, Yaz, más admiro y respeto a mis colegas reporteras…
COMO
ME LO PLATICARON. El llamado “efecto Hank” se agudizó el pasado fin
de semana en diferentes partes de Baja California. Así se conoce ya a la
decisión tomada y manifiesta en la propaganda y actos de campaña de diversos
candidatos a diputados y alcaldías se esa entidad fronteriza, en particular del
PAN, PRI y PRD, amén de Fuerza por México, que promueven el denominado voto
cruzado para que la ciudadana vote por ellos en la elección del próximo 6 de
julio, pero en la boleta para gobernador lo hagan no por el candidato o
candidata de su partido o alianza, sino por el abanderado del Partido Encuentro
Solidario (PES), Jorge Hank Rhon. Otra prueba del crecimiento en las encuestas
de quien fuera alcalde de Tijuana y casi seguro vencedor en la próxima
contienda para gobernador del estado. Se reciben apuestas. Digo.
@msanchezlimon
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