Parece que se acabaron las vacaciones para los trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento.
Con la llegada de las nuevas
autoridades se han dado las indicaciones que con el cambio a Semáforo Verde, es
momento de que regresen a trabajar a sus respectivas áreas.
Este día martes es cuando
mil 500 trabajadores deben estar ocupando su lugar, los mismos que desde que
inició la pandemia de Covid en Guerrero se mantuvieron en sus casas para
asegurar su salud, mientras otros hacían su trabajo.
Esta medida debe ser
aplaudida, porque ese riesgo parece no existir, pues esos trabajadores
estuvieron en los plantones, bloqueos y manifestaciones.
Así que si estuvieron
aglomerados en los plantones y manifestaciones, también pueden trabajar,
guardando la debida distancia y cumpliendo las medidas sanitarias implementadas
por Salud federal.
Además es necesario que el
ayuntamiento cumpla todas sus funciones, cobros y servicios para tener los
ingresos necesarios en este momento de arranque de este gobierno, que encabeza
la morenista Norma Otilia Hernández Martínez.
Varios son los asuntos que
deben enfrentar de manera inmediata los nuevos gobiernos de Acapulco y
Chilpancingo.
El tema de la basura, el
agua, los pagos a la CFE, y la inseguridad, siendo Acapulco el municipio más
afectado hasta el momento, ya que Chilpancingo como municipio está fuera de las
ciudades de mayor peligro.
No obstante Abelina López
Rodríguez ha manifestado que se ocupará en regresar la seguridad en el puerto,
y ha dedicado los primeros días a coordinar los esfuerzos para mantener limpia
la ciudad, ya que Adela Román, además de perder el control de la seguridad en
el puerto, también se le fue de las manos la recolección de la basura, y la
ciudad pronto se vio inundada de montones de desechos de todo tipo.
El problema de estas
ciudades grandes, es que cuentan con población que no mantienen arraigo ni
compromiso con la ciudad, por lo que se vuelve común que no participen en
acciones que buscan beneficiar al colectivo, y sí pueden ser de aquellos que
tiran su basura en cualquier lugar, o realizan acciones que pueden ir en contra
del colectivo o de las mismas autoridades.
Esperemos que así como
Abelina en Acapulco, y Norma en Chilpancingo, en el primer día se abocaron a
atender el tema de la recolección de la basura en sus respectivas ciudades
cabeceras de sus municipios, con la misma enjundia atiendan las problemáticas
que tienen en sus manos resolver.
No se duda de que exista
voluntad de hacer bien las cosas, y que para ello busquen el apoyo de la
ciudadanía, solo que deben tener en cuenta que un alto porcentaje de esa
población es de los que nunca participan.
Aquellos que pese a los
mejores proyectos y programas jamás se van a sentir motivados a participar y
que pueden ser los que frenen los mayores entusiasmos que las autoridades traen
consigo, trastornando propuestas y planes, aunque sea los mejores.
Son esos que no participan
en sus colonias, no pagan agua ni servicios, no hacen trabajo comunitario, pero
si pueden encabezar los reclamos más formidables.
Hacer participar a esos
ciudadanos sin duda que será todo un reto para las nuevas autoridades.