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viernes, 17 de diciembre de 2021

EPÍSTOLAS SURIANAS De Julio Ayala Carlos


• La justicia, como instrumento de paz

• La visión de Raymundo Casarrubias

 

 

CIERTO.  LA CONFIANZA DE LA CIUDADANÍA depende mucho de la eficacia en la administración e impartición de la justicia. Y en este sentido, al Poder Judicial que hoy encabeza el magistrado Raymundo Casarrubias Vázquez, como presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado de Guerrero, no sólo le hace falta renovarse, sino también actualizarse, capacitarse, y lo mejor aún, eficientarse.

 

Eso, indudablemente lo sabe y lo entiende el magistrado presidente del TSJ, de ahí que, si bien señala que en Guerrero se tiene una justicia funcional, “a pesar de ello, hay mucho por hacer, mucho por mejorar, mucho por corregir. No hay ni puede haber conformidad ni autocomplacencia”.

 

Raymundo Casarrubias Vázquez tomó protesta del cargo, como magistrado presidente del Tribunal Superior del estado, el pasado 01 de diciembre, precisamente para el periodo comprendido del 01 de diciembre al 30 de noviembre del 2024, es decir, por tres años. Sucedió en el cargo al también magistrado Alberto López Célis, y a la sesión pública y solemne del pleno del TSJ del Poder Judicial del Estado, asistieron, entre otros, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y la presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, Flor Añorve Ocampo.

 

Casarrubias Vázquez, hay que decirlo, no sólo fue elegido democráticamente, sino que es el primer presidente del TSJ que proviene genuinamente de la izquierda, o lo que es más, del pueblo. En consecuencia, no solo conoce su situación, sino también sus exigencias de justicia pronta y expedita.

 

En este sentido, no fue casual que en su mensaje, en su primer mensaje como presidente del TSJ haya reconocido las deficiencias del Poder Judicial, de sus necesidades, pero también lo que le ha quedado a deber a los guerrerenses. No fue, pues casual su convocatoria a un compromiso por la justicia en Guerrero.

 

Dijo: “La función de juzgar es esencial en la preservación y consolidación del Estado de Derecho, y pieza fundamental en la construcción de la gobernabilidad democrática. Los jueces son, en la mayoría de los casos, la última oportunidad de la justicia. Su función inicia cuando otros instrumentos de contención social formal han fracasado. Si fallan los jueces, falla la justicia. Sin justicia no hay paz social, ni libertad, ni desarrollo.

 

“De manera recurrente la sociedad cuestiona, algunas veces con razón y otras sin ella, las acciones en materia de justicia, concretamente resultados que a la vista se presentan; desde las decisiones equivocadas hasta las francas y deliberadamente parciales, pasando por la lentitud con que se resuelven los asuntos, y hasta por el mal trato que se recibe de algún sector del personal jurisdiccional y administrativo”.

 

Por ello, agregó ése 01 de diciembre pasado, debe modernizarse la justicia en Guerrero. Obvio, tras un diagnóstico en el que se especifiquen, pero también se reconozcan las omisiones, desaciertos y resistencias que impidan mejorar la justicia. Aunado a ello, también deben reconocerse los aciertos y fortalezas, lo que permitirá diseñar programas, estrategias y acciones a favor de la justicia, toda vez que, como bien dijo en su toma de protesta Raymundo Casarrubias, la confianza de la ciudadanía depende mucho de la eficacia en la administración e impartición de la justicia.

 

Dijo también que la calidad de la justicia pasa necesariamente por su profesionalización integral y especializada, además de que la calidad de ésta está estrechamente vinculada con la carrera judicial, de ahí que hizo el compromiso de que quienes integren el Poder Judicial serán los mejores, en un marco de transparencia, rendición de cuentas, prevención y el combate a la corrupción.

 

Y fue también enfático al señalar que se fortalecerá la igualdad de género, así como juzgar con perspectiva de género, atendiendo además, de manera prioritaria a las personas indígenas, afromexicanos y demás grupos vulnerables, sin dejar de lado la consolidación del sistema de justicia penal acusatorio, y la justicia en materia familiar, para lo cual se proyecta la creación de la segunda sala Familiar con residencia en Acapulco, pero siempre, en todo el Poder Judicial, atendiendo a los principios de austeridad, racionalidad y disciplina en el gasto público.

 

En fin, dijo el magistrado presidente del TSJ, bajo su dirección, se aspira a una justicia efectiva, al alcance de todos, pues en el fondo, la justicia es un instrumento de transformación de escenarios de conflicto, en escenarios de paz.  “Ésta es la razón de ser de la ley”.

 

Concluyo. Es posible que lo logre, aunque sin duda no será nada fácil. Raymundo Casarrubias Vázquez tiene el compromiso, la experiencia y la fuerza de la convicción. Sin embargo, es una tarea de todos. Y ojalá y ahí, en el Poder Judicial, lo entiendan todos.

 

Comentarios: epistolassurianas@hotmail.com