En un vuelo de México a Chicago, por una línea aérea mexicana que ya no despega, un gringo que venía de regreso con su familia de vacaciones, al escuchar el aviso de aterrizaje comentó: “ya regresamos de donde todo es negociable”, en alusión a que en México todo tiene arreglo por trueque o “mordida”.
Rogelio Martínez Faz |
En seguida y como si hubiera sido la orden a San Lázaro, el avión se dio un levantón como cohete, quizás por falta de pista, no dieron explicación. Pero como el “amigou” de la legalidad había ‘quebrado’ las instrucciones de seguridad al ponerse de pie antes de tiempo, se dio un sentón que le hizo perder el ‘suvenir’; un sombrero mexicano que llevaba puesto. Me consta, el sombrero acabó en mi cara. Pensé en mis adentros “¡andile ca…!, para que se le quite”.
La verdad es que su comentario está muy apegado a la realidad, independientemente que el güerito turista se pasó de “tueste”. En México tenemos muchas leyes que no funcionan o no las respetamos. Tendemos a resolver los asuntos con un arreglito, una palanca o a la mala. Si esto sucede entre los de “abajo” se llama sobrevivir. Si es con los de “arriba” acaba en chiste popular.
En el caso del petróleo que se dice “es de todos los mexicanos”, es un chiste de mal gusto; aunque la ley y políticos lo sostengan. Se sabe de sobra que por corrupción hay mal uso de sus recursos y administración. En eso López Obrador no anda tan errado. Pero por ser tan obcecado aparece como tonto y se descalifica por sí solo, lo que se necesita es ecuanimidad, lucidez de ideas y no arrebatos callejeros (como los “maestros” que pararon el tráfico aéreo en el D.F. bloqueando calles, o los destrozos en el Palacio Legislativo de San Lázaro).
Modificar la Constitución Mexicana con la reforma energética para el progreso nacional, implicaría hacer lo mismo con hacienda y educación, como mínimo. Para luego sí “administrar la abundancia”, según López Portillo. Pero ahora y sin haber resuelto lo anterior, le llegó otro reto a Pemex que es llegar a aguas más profundas para extraer el crudo, lo que requiere capital y capacidad que no se tiene. En el intento a lo mejor nos ahogamos en deudas.
Y es que el petróleo de México no es de los mexicanos, bueno sí, de unos cuantos, de quienes lo regentean y saquean; compañías nacionales y extranjeras, sindicato y políticos. Sumado al despilfarro en el gasto público y en supuestos programas sociales. Las utilidades, si así se le pueden llamar, no llegan a los más necesitados ni tan siquiera en chapopote (asfalto líquido) para pintar los caminos rurales.
Todos tenemos una opinión sobre lo que se debería hacer con el petróleo, cuando ni siquiera los que lo maman lo saben a ciencia cierta, ni patriótica, ni política, ni económica y menos moralmente.
Hay tantas opiniones a favor y en contra que si no se tiene un análisis consensado se enreda en pasión política. Analistas y especialistas del tema, serios, son opiniones secundarias. Como las reglas secundarias de las que tanto hablan los políticos y no especifican en qué consisten, que es por donde dicen se perdería el patrimonio nacional al privatizar servicios.
Cuauhtémoc Cárdenas hijo de Lázaro Cárdenas quien nacionalizo el petróleo, descalificó la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto y lo acusó de utilizar falazmente la memoria de su padre. ¿Y su padre quien es, el dios azteca? ¿Qué la constitución mexicana es una biblia escrita en piedra por “San Lázaro”? ¿El mismo Cuauhtémoc quién es?, ¿líder moral del PRD? Bueno, aun así para alguno parece ser el más sensato para la resurrección de México en este asunto.
Lo que sí sabemos es que el petróleo mexicano a través de Pemex casi desde siempre ha sido un robo a la nación con todas las de la ley. Donde el poder político y económico se llena de dólares y los de abajo ni los residuos de los hornos. Una prueba de ellos es la emigración masiva hacia Estados Unidos.
De que se necesitan cambios se necesitan, sea modificando los artículos 27 y 28 o el 1000. La pregunta sería ¿modificar la Constitución servirá si todo lo vamos a seguir resolviendo a la mexicana? O sea: con mordidas, trueques, despilfarros, saqueos, sindicalistas corruptos, ordeña de ductos. Presidentes que intervienen para que no despeguen compañías. Hijos de gurús dueños de la Constitución. De los que se burlan de la devoción religiosa, pero a sus ídolos socialistas los veneran como a santos.
El no aterrizar o despejar ideas así sean del Estado, compañías privadas o el ciudadano común, enriquecen a unos pocos para que muchos otros se conforman con crear chistes, y otros tantos se mofen. La reforma madre seria la moral, pero no la de renovación moral de De la Madrid Hurtado que resultó en una mexicanada más.
Como el presidente anterior; sotaco en pensamiento, palaba y obra, ¡amén! No le bastó ser presidente, salió igual a los priistas al querer seguir teniendo influencia en la política nacional. Después que en su administración la emblemática Mexicana de Aviación –la que sentó al turista gabacho y dejo varados a muchos paisanos - no despegó como otras corporaciones que fueron privatizadas con el señuelo de mejorar la economía nacional. Desde “arriba y adelante”, “la solución somos todos”, “solidaridad” y “el presidente del empleo” son mofa para los demás.
Así que al güerito sarcástico que iba en el avión le regresé su sombrero muy amablemente, con una sonrisa de “botones” al tiempo que le preguntaba: “míster, are you okay, are you okay?” Y es que pensé en mis adentros: “México también sobrevive del turismo, así que habrá que aguantarle la burlita después de todo es verdad”. Al menos espero le haya dado la venganza de Moctezuma (diarrea).
Lo que parecerá una broma para algunos, para nosotros es transcendental en lo individual y como nación donde estemos.