Tienes derecho a sentir celos del triunfo de los demás, pero no debes desearle mal a las demás personas.
Tienes derecho a caer, pero no debes quedarte tirado en el piso.
Tienes derecho a fracasar, pero no debes sentirte derrotado.
Tienes derecho a equivocarte, pero no debes sentir lástima por ti mismo.
Tienes derecho a regañar a tus hijos, pero no debes romper sus ilusiones de jóvenes emprendedores.
Tienes derecho a tener un mal día, pero no debes permitir jamás que se convierta en costumbre.
Tienes derecho a tomar una mala decisión, pero no debes quedarte estacionado en ese momento pasado.
Tienes derecho a ser feliz, pero no debes olvidar ser agradecido.
Tienes derecho a pensar en el futuro, pero no debes olvidar jamás el presente.
Tienes derecho a buscar tu superación personal, pero no debes olvidar tus valores morales.
Tienes derecho a triunfar, pero no debe ser a costa de otros.
Tienes derecho a vivir en paz, pero no debes confundir ese derecho inalienable con ser mediocre o conformista.
Tienes derecho a vivir en la opulencia, pero no debes olvidar nunca compartir con los menos afortunados.
Tienes derecho a desanimarte, pero no debes perder la esperanza.
Tienes derecho a la justicia, pero no debes confundirla con la venganza.
Tienes derecho a enojarte, pero no debes dejar de ser cortés.
Tienes derecho a un mañana mejor, pero nunca debes cimentarlo en un hoy fraudulento.
Tienes derecho a ser positivo, pero no debes ser arrogante con ninguna persona.
Tienes derecho a soñar, y enseñar a otros a soñar con un mundo mejor y solidario.
Siempre recuerda que … Tu libertad termina donde empieza la de los demás. Y de ahí en adelante comienza a forjar tu futuro!