jueves, 30 de abril de 2020

ZONA CERO *Los mercados, para quienes gustan de emociones fuertes Roberto Santos

ROBERTO SANTOS SALVADOR


Aunque hay muchas personas que niegan la existencia del Covid-19 y lo consideran como un mito, las cifras que han dado el gobernador y el secretario de Salud no tienen nada de optimismo.
A este día miércoles, Guerrero tiene 265 casos positivos de coronavirus, 39 defunciones y 87 recuperados.

Lo grave es el porcentaje de crecimiento de contagios, que ha alcanzado el 440 por ciento, porque en los últimos 25 días hubo 49 nuevos casos, y en las últimas 24 horas fallecieron 7 personas, algo sin duda grave por la cantidad de defunciones.

De acuerdo al porcentaje de crecimiento, la proyección al 15 de mayo es de 236 fallecidos y 1279 contagiados.

En Iguala ya existen 17 reportados como positivos y 14 en Taxco.
Y son 28 municipios los alcanzados por contagios.

Hay 1314 camas covid, de las cuales están ocupadas el 25 por ciento en el estado.

El llamado es extremar precauciones para no contagiarse y pasar a ser huésped distinguido para ocupar una de esas camas aun desocupadas.

Los guerrerenses poseen un impulso vital, en unos, inconsciente y, otros de manera consciente, para desdeñar los mensajes que desde salud federal, estatal y municipal les envían para cuidarse y evitar contagiarse.

Y para corroborar esa motivación basta salir a la calle para mirar docenas de personas que no portan cubrebocas y pasean con sus pequeños hijos por las avenidas de la capital, sin cuidado alguno.

Para quienes gustan de emociones fuertes y su pulsión tiende más a la autodestrucción o autoagresión, pueden asistir al mercado Leyva Mancilla, al área de hortalizas y fruterías, cuya entrada es por la escuela primaria José Martí, donde los vendedores no portan ningún tipo de protección ni gel antibacterial, y donde la gente se arremolina sin aquello de la sana distancia ni cubrebocas.

Tiene mucha razón el gobernador Héctor Astudillo acerca de que los lugares más riesgosos son los mercados, y es fácil entenderlo cuando se acude a esa zona del Leyva Mancilla en busca de frutas y verduras, porque con cierta mala suerte pueden regresar a casa acompañado de partículas de saliva con el famoso Covid-19.

Hoy jueves inicia en Acapulco el programa Hoy No Circula impulsado por el gobierno de Adela Román, con la clara intención de bajar la movilidad de las personas, pero ha generado rechazos.

Lo mismo pasa en Chilpancingo con el Programa Rastrillo, cuyo propósito es evitar que los jóvenes salgan a ingerir bebidas embriagantes y puedan contagiarse del coronavirus.

Es decir, acciones que buscan beneficiar a la población les genera rechazo a quienes no aceptan las indicaciones de la autoridad.

La discusión de los reticentes de da en torno a qué tanto se viola la ley con esas medidas, sin pensar cuántas personas no serán contagiadas y cuántas muertes se evitarán con esas medidas.

En un caso excepcional de la pandemia se realizan acciones extraordinarias para romper la línea de contagio, mediante medidas que no todos siguen, porque les cuesta obedecer a las autoridades.

La psicología define que quienes son rebeldes, les cuesta seguir órdenes y cumplir normas, como personas con mucha “reactancia”.

Es gente que reacciona contrario a lo establecido por la autoridad, sobre todo cuando se trata de perder cierta libertad o le afecta en sus costumbres y conductas.

Estas personas pueden rechazar lavarse las manos recurrentemente o negarse a ponerse un simple cubrebocas, solo porque lo manda la autoridad.
Y más grave resulta cuando le piden que no asista a fiestas, o que no use su auto, porque buscará la manera de violar esa disposición después de haberla rechazado, como algunos regidores de Acapulco ya lo hacen con la disposición del Hoy No Circula, simplemente porque en su esquema mental no entra perder esa libertad de hacer lo que siempre han querido.

Lo más grave de este tipo de conductas resultan en agresiones a quienes no actúan como ellos o contra los policías cuando les piden que hagan caso a lo dictado por la autoridad, como al guardia de seguridad que balearon cuando impidió a una persona entrar a una tienda de autoservicio al no llevar cubrebocas.