martes, 10 de agosto de 2021

LA NETA DEL PLANETA Karmelynda Valverde ¡Hasta siempre, Carlitos Inoriza!


Fue en los primeros días de diciembre de 1999 cuando mi extinto primo Domingo Díaz Reina, me presentó a don Carlos Ortiz y a Carlitos Inoriza, en ocasión de la inauguración de las oficinas de la revista BAHÍA 2000, cuyo primer número vio la luz el 2 de enero del año 2000.

 

Domingo Díaz como editor y esta chincualuda paloma como directora  de la misma, logramos hacer una buena mancuerna a la que se sumaron como colaboradores los dos Carlos, Inoriza y Ortiz, convirtiéndonos en un muy buen equipo en el que prevaleció la armoniosa y por demás divertida convivencia.

 

Cada día de lunes a sábado, Carlitos Inoriza al igual que don Carlos Ortiz, se apersonaban en las oficinas de Bahía 2000. Me encantaba escuchar a esos dos señorones de la comunicación, porque vaya que sabían comunicar tanto en medios escritos como radiofónicos. Dos personalidades tan diferentes pero con algunas coincidencias. Las anécdotas surgían una tras otra, las bromas…las atufadas porque…¡ah cómo se sabía atufar, Carlitos Inoriza!

 

Por ese tiempo yo fumaba también como chacuaco, por lo que hacíamos tremebunda conexión en la fumadera que funcionaba como excelente aderezo de nuestras interminables conversaciones. Las carcajadas de don Carlos Inoriza resonaban en altos decibeles, sobre todo cuando bromeaban a David Hein, el canadiense que era el editor de diseño de la mencionada revista.

 

En el ejercicio del periodismo, Carlitos Inoriza no se andaba por las ramas, era inteligente, audaz y muy directo. Cuando algo no le gustaba, lo expresaba ‘’ipsofactamente’’ y sin darle vueltas al asunto, amén de que tenía un muy bien definido concepto de lo que debiera ser el desempeño de la función pública y expresaba abiertamente su opinión cuando algún funcionario público chafeaba gachamente en el cargo.

Le gustaba leer ‘’El Rincón del Ángel’’ (De chile, de dulce, de amor y contra ellos) y hacerme comentarios sobre el tema que hubiera yo tocado en cada entrega y disfrutaba la irreverencia y desfachatez con la que yo escribía e incluso me lureaba asegurando que ‘’en Guerrero muchos de los que escriben opiniones son muy solemnes y cuadrados, que bueno que tu escribas de forma tan libre, que seas tan irreverente’’.

 

CARLOS INORIZA POMAR

Comentaba que cuando él había sido funcionario público en Veracruz, a un pariente que le había pedido trabajo prefirió darle una cantidad de dinero, con tal de no emplearlo ‘’no sólo porque estoy en contra del nepotismo sino porque los parientes siempre van a hacer quedar mal al jefe’’.

 

Luego que dejamos de hacer la revista Bahía 2000, nos veíamos mu ocasionalmente. Luego dejamos de vernos cuando me fui a vivir 5 años a los yunaites pero a mi regreso coincidimos en Samborn´s y me invitó a que lo visitara en la Radiodifusora para la que trabajaba ahí muy cerca del zócalo de Acapulco y dejamos de vernos por varios años.

 

Hace justo dos años, nos reencontramos en el VIP’S de la Gran Plaza, me platicó con mucho entusiasmo el éxito de su programa radial ‘’Contacto Ciudadano’’ y entre risas narró el atufamiento radioactivo de las diferentes autoridades, pos las denuncias que recibía y comentaba en su programa radial.

 

Durante ese año y medio que estuve yendo cada semana a Acapulco entrevistando precisamente en el VIP’S de Gran Plaza a diferentes prospectos para la distribución del colágeno Anahera, coincidí varias veces con Carlitos Inoriza y su inseparable portafolios sus anillos y sus colguijes; y aunque lo noté extremadamente delgado su ánimo estaba arriba. Le seguía divirtiendo el espíritu de mosca que tienen algunos politicoides que ‘’sólo entienden o hacen caso a puros periodicazos’’.

 

Lamentablemente llegó la pandemia y yo dejé de ir a Acapulco y ya no tuve oportunidad de volverlo a ver. Sin embargo el recuerdo de su muy peculiar personalidad y sus excelentes oficios como comunicador sin doble discurso, pero sobre todo la deferencia que siempre tuvo hacia mi persona quedan en mi mente y en mi corazón. Un compañero más que se nos adelanta pero desde luego un compañero muy especial, por ello esto no es un adiós sino mi más sentido hasta siempre.