Más allá de las posibilidades históricas, el Partido Nueva
Alianza en Guerrero, se prepara para dar un vuelco en el juego de las
posibilidades electorales, del presente año en Guerrero, dado la situación
política, social, económica y sobre todo de la seguridad, el empleo, y la
desconfianza en las autoridades de los tres niveles de gobierno, cuya labor ha
sido nada efectiva en cuanto al crecimiento y desarrollo de la entidad, y en
cuanto a las regiones se refiere y a las ciudades toca, la realidad a sido de
golpeteo permanente, cuando de vivir en zozobra no es, el desempleo es el
vendaval que sacude la economía social, la economía de la familia, ahí donde se
centran los arquetipos y se resumen los paradigmas sociales, que convergen en
el estado como institución reguladora del bien común.
Pero he aquí que en
Guerrero, las condiciones imperantes son
todo, menos el ser favorecidas por el bien común que se supone es garante de
promoción por parte del estado, luego entonces, la ciudadanía lo que ha
encontrado y frente a lo que se ha topado durante los últimos tres años son
aspectos verdaderamente no sólo de inequidad, sino de perdida de los patrones
de conducción de las instituciones, donde el estado ha sido incapaz y se ha
mostrado altamente incompetente, como es el caso de Acapulco, donde prevalece
la inseguridad, el desempleo, alto grado de corrupción y una altísima
incompetencia en la prestación de los servicios públicos, amén de vivir con en
constante zozobra debido a los altos índices de inseguridad, que ha puesto el
nombre de Acapulco, en las listas internacionales de las ciudades más
peligrosas de México. Pese a la permanente negación de las autoridades locales,
ante grotesco estallamiento de la violencia que se ha dado en este destino
turístico a lo largo y ancho del mismo en los últimos años.
El Partido Nueva
Alianza, PANAL, hoy se encuentra ante una circunstancia que le puede permitir
el apoderarse bajo los criterios del convencimiento y la persuasión, que los
espacios que el partido en la administración acapulqueña y la alianza que mal
gobierna el estado, y que dada la gran superestructura política que tiene como
fortísimo ariete al magisterio, sector que continua siendo, el “dédalo” de la
formación de la niñez y la juventud acapulqueña y guerrerense, pilar, columna y
fortaleza de los espíritus inquietos, que Guerrero, dirige como presidente del
Partido Nueva Alanza, Luis Alfonso Sánchez, y desde la Sección 14 del Sindicato
Nacional de los Trabajadores de la Educación, SNTE, Emiliano Díaz Román, y en
el Comité Municipal de Acapulco, Miguel Torres Gutiérrez, quienes se han dado a
la tarea política teniendo como fuerte sector al mismísimo magisterio, a la
sociedad inconforme, a la sociedad vituperada, golpeada, desempleada, y
cobardemente violentada, como punta de lanza en las nuevas y complejas tareas
que implica la función de la praxis política,
aplicada no solo desde las aulas,
sino desde la propia célula social, que es la familia, para con ello detonar la
gran maquinaria partidista que le de nuevos rumbos a esta sociedad cuyo rumbo a
sido desviado por oprobiosos intereses, que es urgente deshacerse de ellos.
Así y con esto la
ciudadanía ha volteado no sólo la cara,
sino retirado la confianza en los partidos políticos tradicionales y
sobre todo al que lo gobierna y
administra actualmente, el Partido Revolucionario Institucional, cuyo militante y alcalde de esta ciudad y
puerto, Manuel Añorve Baños, deja tras de sí, no sólo “praderas quemadas”, sino
un partido político, el suyo, el PRI, no solamente abandonado, sino
desestructurada, y carente de una superestructura política, la cual hecho por
la borda de la demagogia, privilegiando sus
propios y ambiciosos intereses sobre el bien común acapulqueño, y de su
propio partido. Emial:gernestorivera@gmail.com