miércoles, 10 de julio de 2013

Entresemana Pégame pero no me dejes… Moisés Sánchez Limón

Moisés Sánchez Limón
¡Vaya contrastes! Después de la elección dominical Gustavo Enrique Madero se compara con Greta Garbo; Silvano Aureoles se asume como la novia abandonada y utilizada, en tanto César Camacho se monta en la necia postura de no abandonar la casa hasta que le muestren los papeles del desahucio.

¿Y cuál es la lección de civilidad democrática para el ciudadano? Juegos del poder. El PRI le apostó medianamente a recuperar Baja California Sur, mientras el PAN superó discusiones domésticas para pelear la plaza y mantenerse en el gobierno bajacaliforniano.

El PRD, en tanto, se trepó a las alianzas que Beatriz Paredes bautizó de nivel contranatura, y ahora se queja de haber sido utilizado y servido de comparsa en estos meses del nuevo gobierno federal, es decir, utilizado por el presidente Enrique Peña Nieto. Posturas discordantes, empero, las de Silvano Aureoles Conejo y Jesús Zambrano, porque el primero tañe la campana del adiós de novia despechada y ultrajada, pero el segundo asegura que el PRD avanzó y avanzó bien al amparo del voto ciudadano en los comicios del domingo último.
 ¿El Pacto por México? Cuestión de visión de futuro y presente, de evaluar lo que se perdió y ganó, en el histrionismo político, el dirigente nacional del PAN, Gustavo Enrique Madero presume de haber logrado la unidad eventual de los prohombres del PAN para pelear plazas importantes, mas de pronto olvida que es el presidente en turno del Consejo Rector del Pacto por México.

Y el olvido es de tal naturaleza, sin duda azuzado por la importancia que tiene esperar al cómputo final de los votos emitidos en Baja California, para consolidar el anuncio del triunfo hecho antes de la medianoche del domingo pasado, de no recordar que como presidente en turno del Pacto, puede y debe convocar.

Mas lo interesante de esas posturas de Madero y su contraparte del PRI, César Camacho Quiroz, es que precisamente dejan en paz al Pacto, lo marginan de la disputa del voto por voto e incluso el chihuahuense recuerda que uno de los factores de dicho Pacto, antes de las reformas financiera, energética y fiscal, está el de la reforma política, y esta entraña la reforma electoral.

Luego entonces, lo primero es lo primero. Porque si de preparar el terreno se trata para librar la verdadera batalla comicial intermedia de 2015, entonces el PAN y el PRI proceden acordes con la postura de golpearse pero no hacerse daño, valga la paradoja, porque los consensos requeridos en la negociación de la reforma política son sustanciales, fundamentales para la sucesión presidencial.

¿Mapaches y acarreos? ¿Compra de votos? ¿El cochinero? Sí, señoras y señores, todo eso y lo inimaginable ocurrió antes y durante del proceso electoral que el pasado domingo tuvo su clímax cuando Francisco Kiko Vega de Lamadrid y Fernando Castro Trenti, cada quien con su cada cual, salió a decir públicamente que habían ganado la elección de gobernador.
Que si el PREP tuvo problemas técnicos, que si fue amañada la situación y prohijada desde Acción Nacional para evitar el triunfo del pupilo de Manlio Fabio Beltrones, será el sereno pero las horas que restan para el fallo final del árbitro de la contienda, se consumen con la insistencia de no llegar a la ruptura entre estos partidos que, quiérase que no, como dijo el filósofo Usabiagra, son con los que tenemos que andar.

¿Y qué del PRD? El coordinador de los diputados federales perredistas, Silvano Aureoles Conejo, se niega a seguir siendo comparsa del PRI e invoca a sus compañeros de partido a dejar el Pacto. César Camacho lo ignora.

Pero, bueno, a la declaración de Aureoles Conejo, coordinador de los diputados federales del PRD, hay que entenderla en su justa dimensión, porque el michoacano está lejos de ser un militante perredista más.

Se queja de que no hay reciprocidad del gobierno ni del PRI hacia los acuerdos asumidos en el Pacto por México y, por ende, la dirigencia nacional perredista “debe evaluar inmediatamente su retiro de esta mesa de negociaciones”.

Lo grave, es que Silvano asegura que “ha sido grosera la forma en cómo han tratado a la oposición (es decir, al PRD) que ha sido generosa con el gobierno y con el PRI (…) creo que ante los hechos evidentes, no tenemos por qué seguir siendo comparsas ni del gobierno ni del PRI, ni podemos seguir solapando o soportando, aguantando los tratos que recibe la oposición”.

De acuerdo con Silvano, por lo menos el PRD ha sido comparsa del PRI en el Pacto por México. ¿Y por qué hasta hoy lo denuncia o admite? Incluso, se queja de que el tricolor ha regresado a las mismas prácticas del pasado. ¡Vaya descubrimiento! Pégame, pero no me dejes… Conste.