viernes, 8 de mayo de 2020

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


QUIENES VIVEN EN GUERRERO, y quienes medianamente lo conocen, saben, perfectamente, que el estado, con todo y sus problemas, tiene gobernabilidad, sus instituciones funcionan, y lo que es más, hay obra pública y social, e incluso, en estos tiempos de contingencia por la pandemia del coronavirus o Covid-19, y de crisis económica como una de sus consecuencias, sus autoridades están al frente para prevenir la proliferación del contagio y su combate.

En consecuencia, el informe de la organización Crisis Group, que señala a Guerrero como un estado fallido, o está desfasado o quienes lo redactaron desconocen la actual situación, o simplemente se equivocaron de lugar, lo cual es muy común de grupos y organizaciones que se erigen en tribunales y jueces, sin conocer la realidad de lo que señalan.

Y es que los guerrerenses, y quienes lo conocen sin ser del estado, saben, les consta que en Guerrero, con todo y el Covid-19, con todo y la crisis económica, con todo y la inseguridad como consecuencia del crimen organizado, saben que hay gobierno, y que la situación no es nada diferente a lo que se vive en otros estados del país.

Hay que decirlo. Decir, señalar, afirmar que Guerrero es el centro del crimen organizado en el país, ciertamente es una ignorancia de la citada organización de la situación actual del estado, que de estar en los primeros lugares del índice delictivo en el país, hoy se encuentra en otra circunstancia, producto del trabajo diario que realizan los tres niveles de gobierno que actúan en coordinación y de manera conjunta.

Por supuesto, las cosas no eran así hace cinco años, cuando a consecuencia de los hechos de Iguala, producto de la delincuencia organizada, Guerrero se vio convulsionado por las protestas de los normalistas, de los maestros de la Ceteg y de organizaciones afines, de tal forma que los saqueos, los bloqueos de calles y de carreteras, toma de edificios públicos e incluso el incendio de éstos, eran algo cotidiano.

Es cierto. No es nuevo que organismos y organizaciones internacionales, de las que incluso nunca se ha sabido de ellas, y menos aún quién las financia y cómo operan, hagan juicios de valor pero no en sus propios países, sino en otros, erigiéndose en tribunales, y con información incompleta, parcial o sesgada, e incluso, sacada de los medios de comunicación, señalando con índice de fuego para castigar o premiar a gobiernos.

Por eso es que, en el caso del informe de referencia, lo menos que se puede decir es que no corresponde a la realidad, que está desfasado o que en su caso es perverso.

Hay que decirlo. Ciertamente Guerrero no es Disneylandia, diría un exgobernador para señalar las adversidades y problemas que enfrenta, pero de ahí a que es un estado fallido hay un gran abismo que solo pueden darle crédito quienes no lo conocen, ni de oídas, al estado, o en su caso están empeñados en dar por hecho que la entidad es todo un caos.

Puntualizo. Nadie puede negar que en Guerrero hay problemas, incluido el de la inseguridad, como consecuencia de la delincuencia organizada, pero de ahí a señalar que es un estado fallido es faltar a la verdad, es querer engañar a quién sabe quién, y claro, quedar bien con otros.

Sí. Guerrero ocupaba uno de los primeros lugares en el índice delictivo nacional, pero eso era antes. Hoy, el propio gobierno federal, el que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, reconoce que el estado ha dejado ese lugar para ubicarse en el décimo lugar. Las cifras son del Sistema Nacional de Seguridad.

Así que, lo que menos puede decirse del informe de la organización Crisis Group, es que está desfasado, con al menos cuatro años. Claro, habrá quién le haga el caldo gordo, pero será por otros intereses.

HAY QUE DECIRLO. DENTRO DE POCO serán tiempos electorales, y en cuyo proceso estará en juego, entre otros cargos de representación popular, el de gobernador del estado. No es pues casual que desde ahora haya quienes, con el apoyo de organizaciones, pretendan poner en entredicho lo que se ha hecho en Guerrero, y más cuando el Ejecutivo local ha estado siendo objeto de reconocimientos por su labor.

Uno de estos reconocimientos es porque en Guerrero ha disminuido el índice delictivo, y recientemente, por el trabajo realizado para prevenir y combatir la pandemia del coronavirus. Sin duda les preocupa el avance que tiene Héctor Astudillo Flores.


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