*En un vergonzoso doble lenguaje, Adolfo Pontigo denuesta actos de colectivos feministas contra inmuebles por la muerte de la joven doctora Bety, pero tolera y encubre en la máxima casa de estudios del estado, los acosos contra alumnas en una clara violación a las leyes de equidad de género
El cuerpo directivo de la
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), desde hace unos 30 años
controlado por la "Sosa Nostra", tiene todos los rasgos
característicos de los corporativos del sindicalismo mafioso y, por ende, los
"usos y costumbres" de los palurdos encumbrados, con una
"subcultura" del trato a la mujer como ser inferior, destinado desde
la cuna al servicio del hombre.
Eso se refleja crudamente en
el desprecio mostrado ante las quejas, denuncias y exigencias en cuanto al
respeto a muchachas estudiantes y maestras que son víctimas de acoso,
hostigamiento y abuso sexual. Denuncias de hace diez años y más tienen como
destino el cesto de la basura, en aras de solapar y proteger a maestros que
utilizan el puesto para abusar, lo mismo estudiantes adolescentes que maestras,
generalmente dependientes de su salario y, por lo mismo, imposibilitadas para
denunciar.
A todo eso se suma la
hipocresía al extremo grotesco, al emitir un comunicado en respuesta a las
protestas recientes de grupos estudiantiles y feministas, con expresiones que
pretenden tapar una larga historia de no solo indolencia ante la violencia
sexual, sino de descarada protección hacia los acosadores y abusivos:
"La casa de estudios-
señala el rector Pontigo, sin que le gane la risa- manifiesta su preocupación y
lamenta los daños el viernes 18 de junio en diversas instalaciones públicas, de
culto religioso y universitarias, entre las que se encuentran las preparatorias
1 y 3 de Pachuca.
"La violencia como
respuesta a la violencia no hace justicia a las víctimas. El reclamo
difícilmente puede escucharse si se acompaña del perjuicio a quienes también
queremos un México justo, seguro y próspero".
Y es que diferentes
organizaciones por los derechos de la mujer en la Universidad Autónoma del
Estado de Hidalgo (UAEH) tomaron las calles el pasado viernes 18 con el grito
multitudinario: "¡Basta con el hostigamiento y acoso en la
universidad!" y la exigencia de que se investiguen más de 20 casos
denunciados "y ninguno ha sido atendido".
América, una estudiante y
activista del "Colectivo Estudiantil Feminista", declaró a los
medios: "Es evidente el incesante acoso y hostigamiento sexual por parte
de los profesores hacia las alumnas y personal femenino de administración; pero
por desgracia, hemos recibido denuncias por parte de profesoras las que nos han
pedido anonimato por miedo a perder el empleo.".
Afirma tajante: "Creo
que estamos en una posición vulnerable ante personas que justamente aprovechan
su posición de poder para seguir violentándonos; entonces, creo que quien
calla, encubre".
"Si no somos nosotras
-agrega América- quienes tomemos las riendas en esta situación, para poder
obtener el mínimo respeto y un ambiente sano en un lugar donde se supone
deberíamos tan solo venir a estudiar, nadie lo hará por lo que nos toca
exigir".
UAEH: LÁGRIMAS DE COCODRILO
El rector de la UAEH, Adolfo
Pontigo Loyola, el sábado 19, contestó a las protestas y demandas de justicia
de las estudiantes agraviadas, la muerte de la doctora Bety y el deceso de
Leobardo, con un texto que es un modelo de caradura, hipocresía y doble
lenguaje:
"La UAEH comparte las
demandas de justicia y toma de conciencia sobre los casos que vulneran a la
sociedad.
"Es indudable que
existe un clima de violencia e injusticia que sufren con impunidad las mujeres.
El miedo se está apoderando de los espacios públicos en los que las personas no
se sienten protegidas".
Con gigantesca desfachatez,
el rector omite -una vez más- dar respuesta a las denuncias presentadas, por lo
menos desde 2016, de los abusos, acosos y violencia contra estudiantes y
profesoras, siguiendo la línea de rectores anteriores.
Unos ejemplos: Con fecha
seis de junio de 2016, una estudiante de 17 años de la Preparatoria 1, denunció
abuso sexual por un profesor de geometría. A esto, el entonces rector Gustavo
Veras Godoy dijo que "no tengo conocimiento de la denuncia, solo son
rumores".
En el colmo de la cara dura,
Veras Godoy se alcanzó la puntada de sugerir que la agraviada deberá acudir con
el defensor universitario, Rafael Randell Badillo "para buscar a la
alumna". (¿No sería mejor "buscar al responsable"?)
Veras Godoy todavía tuvo
arrestos para expectorar lo siguiente: "Independientemente de lo legal, no
existen casos documentados de abuso y acoso sexual. Sólo son rumores".
Con esas barbaridades
discursivas, el entonces rector pretendía ignorar la denuncia 12-2016- 05239,
iniciada por la víctima y su madre ante la Coordinadora General de Atención a
la Familia y la Víctima de Atención Temprana (CAVIT).
La madre de la víctima
declaró que su hija fue objeto de tocamientos por parte del profesor, por lo
que se dictó una medida de protección a favor de la menor y una orden de
restricción para la menor.
En su denuncia, la estudiante
declaró: "Que el profesor la citó el tres de junio..." Que el maestro
Ariel la citó para entregarle una calificación, a las seis de la tarde. Había
reprobado la materia, pero tenía dos puntos extra "y que necesitaba
proyectar mi calificación, por lo que me indicó que fuéramos al último salón,
llegamos y cerró las cortinas, me tocó, lo empujé y me citó a las diez de la mañana".
La víctima dijo que contó
todo eso a una compañera, que lo notificó a otro maestro y éste la ayudó a
entrevistarse con el director.
La madre señaló que en
ningún momento la dirección de la preparatoria le envió notificación del
asunto, sino que se enteró por el novio de su hija.
Con fecha 11 de mayo de este
año, un profesor del Instituto de Ciencias de la Salud presentó su renuncia al
ser acusado de hostigamiento hacia una estudiante, pero la comunidad
estudiantil consideró que las autoridades no atendieron el problema de fondo y
anunciaron una marcha de protesta "porque la renuncia no resuelve el
problema de acoso en la UAEH y faltan protocolos para erradicar estas
conductas".
Así las cosas, acusaron a la
autoridad académica de encubrir estas prácticas y así, "normalizan la
situación y, por lo mismo, no hay sanciones ni seguimiento en los casos de ese
tipo".
ALGUNOS NOMBRES
El 14 de mayo de este año,
estudiantes de Mineral de Reforma denunciaron acoso y hostigamiento y
proporcionaron algunos nombres de maestros y estudiantes de la UAEH acusados
por alumnas de la casa de estudios y decidieron manifestarse con el grito:
"¡Basta al hostigamiento y acoso en la universidad!"
Los nombres: Rigo Nacid,
Julio Moisés, Armando Trejo, Jorge Sáenz, Julio César...
Los manifestantes se
quejaron de las autoridades porque "han hecho caso omiso a su llamado y
que no pararán de que sea investigado cada uno de los casos presentados de por
lo menos 20 denuncias.
LA PANDEMIA NO HA SIDO
IMPEDIMENTO
Un aspecto interesante en
este ambiente pesado de acoso en el ámbito estudiantil, es que "la
pandemia no fue impedimento para que las violencias siguieran en la misma
frecuencia... (los acosadores) han adoptado otras fotos, como mandar por redes
fotos de sus miembros a las alumnas, a las maestras, por lo que,
desgraciadamente, el sistema de clases en línea no permitió que las cosas
mejoraran...", señalaron.
Ante todo esto, el rector
Pontigo Loyola, junto con la diputada Lidia García Anaya, presidenta (sustituta)
del Patronato Universitario, no tiene empacho alguno en incluir este párrafo en
su carta a las feministas:
"Entendemos y
reconocemos el valor de las acciones de la sociedad civil que contribuyen a
visibilizar prácticas inaceptables como la desigualdad y la violencia de
género".
¡Vaya cachaza! Eso dice
Pontigo en tanto que la institución a su cargo dedica grandes esfuerzos para,
precisamente, "invisibilizar” los crímenes que se cometen contra
estudiantes y profesoras.
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