martes, 23 de noviembre de 2021

Entre la verdad y la ficción LA VIDA DE UN CANALLA Por Jorge Luis Falcón Arévalo*


“Quien con monstruos lucha, cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”.

-Federico Nietzsche, filósofo alemán-

 

Andrés Manuel López Obrador, el hamponcete, dejó en claro quién es y cómo ha sido su existencia. Ha decidido con la complicidad de tirios y troyanos de la 4T, Morena e integrantes de diversos partidos de la "oposición"; esconder, ocultar y encubrir la información de sus corruptas obras que de faraónicas tiene el atraco, rapiña y depredación de los dineros de los mexicanos; agregando a esto el robo al presupuesto para medicamentos, investigaciones científicas y estudios académicos.

Me recuerda a los canes, cuando tratan de esconder con tierra o lodo sus defecaciones; pero el olor de esa deyección, los delata.

 

El gandul de siempre, viviendo de los favores de otros. Sujeto rapaz que, por obtener su botín, empeña a su familia por carecer de escrúpulos que, es su estilo de vida.

 

Sus hechos demuestran lo canalla que es sin el menor dejo o rubor de arrepentimiento. Ha mentido. Es falso, es impulsivo sin saber enfrentar las consecuencias, ha engañado hasta la saciedad y manipula a su antojo sin que importen los resultados. Es traidor, por ende, es cobarde. Ya dejó expuesta su radiografía ante los ojos del mundo, no tan solo de los mexicanos. Un presidente convenenciero, que emana de lo más putrefacto, para insultar a un país generoso y bueno.

 

“Señor todo mundo”, como bien lo expresó Lacan. Como canalla es la ley de otro en otro por ello transgrede la ley. Esa es la psicología del canalla.

Él en sí, es un acto perverso.

 

El decretar esconder la información de gastos, inversiones, contratos de las ineficientes obras públicas, como lo es el aeropuerto “Felipe Ángeles”, el Tren Maya y la Refinería de “Dos bocas”, es en si un acto de corrupción, en un hombre que se autoproclama demócrata. Esto de facto lo convierte en un corrupto. Andrés Manuel López Obrador no quiere ningún estorbo para sus obras prioritarias, pues no habrá pretexto para que las autoridades otorguen permisos en un plazo máximo de cinco días. Si, por ejemplo, la obra afecta la naturaleza o la salud pública. Le da el enfoque de “seguridad nacional” a otras turísticas. No somos títeres en la película de este canalla.

 

Critica a la iniciativa privada y se convirtió en privada la vida licenciosa de este servidor público, que ha usado la constitución para fusionar, amalgamar y combinar sus actos de pillería. Apaña y agandalla la obra que deja mejores dividendos económicos; y que, además evita la licitación que es un acto de rapiña de la 4T. ¿Mintieron luchar contra esto y se convirtieron en ladrones? AMLO, el empresario del año.

El Peje renuncia a la transparencia y abraza la opacidad, el clandestinaje, la obscuridad, la tenebra y se convierte en Edward Hyde y Henry Jekyll. Su verdadero ego.

 

AVISO A SUS LACAYOS: Si paga a los corifeos o panegíricos López Obrador denle buenos consejos y si no te paga, pero haces apologías de sus “logros” permanece mejor en silencio.

 

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