En
los últimos veinte años, antes del 2000, el votar para determinar la voluntad popular
constituyó una importante, sino es la que más importante fuente de
realimentación para las élites gobernantes priístas, para luego romper el ciclo
priísta con el triunfo del panismo foxista, gracias al sufragio de las grandes
minorías, y es ahí en donde el paradigma político emergido de la Revolución
Mexicana, el Partido Revolucionario Institucional, deja de ser el partido de
las mayorías.
El
2012, va a reafirmar este fenómeno político, y hoy que las condiciones
políticas, económicas están en crisis y las sociales al punto del colapso, léase seguridad, se va a fraguar que
sean las grandes minorías las que decidan el triunfo del primer domingo de
julio. No va hacer el 51 por ciento de las mayorías, sino y de acuerdo a los estudiosos y expertos, más
allá de ese 51 por ciento, de los cerca
de 74 millones de empadronados a nivel nacional, de acuerdo al IFE, que se
alinearan pese a las grandes élites
políticas y corporativas del priísmo
tradicional y del PRD corporativo de las grandes masas, y que sobredeterminara,
lo que antes, el 51 por ciento era un instrumento decididamente tosco, y
puramente cuantitativo, cuando en este proceso electoral ya en marcha, las
grandes minorías se han visto amenazadas y están dispuestas a cambiar y que ardientemente lo desean, sin
que los encuestadores logren ni siquiera oler, otear, o concederle vital
importancia a estas cuestiones, cuando sus opiniones deben de ser sujeto de una
firme y seria valoración más intensa que la habitual.
En
una sociedad de masas como la nuestra, los conocidos defectos de los gobiernos,
han sido tolerados: los despilfarros y la gran mitomanía y perversión de
MAB, la ceguera y el nepotismo
aguirrista, porque entre otras cosas, la
generalidad de las minorías carecían de poder estratégico para romper el
sistema, pero hoy, y ahí está el caso de los normalistas de Ayotzinapa, o la
CETEG, o los ecologistas de la Sierra de
Petatlán, esto ya no ocurre en la sociedad finamente reticulada de hoy, en la
que todos somos miembros de grupos minoritarios.
De
ahí que las percepciones de las casas de apuestas, léase, de encuestas, deberían de romper sus propios paradigmas
pseudo teóricos, y darle una vuelta de timón a la ciencia de las estadísticas,
que ineficazmente maquilla el Inegi, y ellos mismos para entender que pasa en
el bajo mundo de las grandes minorías, que le van a dar sin lugar a dudas, al
traste a sus pomposos y millonarios resultados (por aquello de lo que cobran
por hacer el traje a la medida).
Por
ello en lugar de buscar sencillos votos afirmativos o negativos, se requiere y
se necesitará identificar potenciales variaciones con preguntas como: “Si
abandono mi postura sobre el aborto, abandonará usted, la suya sobre la
negación de abrir PEMEX, a la iniciativa privada?, o “Si admito el aumento del
impuesto sobre la renta, -ISR- ¿qué ofrecería Ud. usted a cambio?.
Cómo
interpretar las necesidades de las grandes minorías, que no tienen hoy la
oportunidad de ir al cine una vez al año, y salir un fin de semana de
vacaciones una vez en el sexenio, entonces de que nos sirve tanta tecnología si
no conocemos ni un milímetro de la piel de las inmensas minorías, que habrán de
darle la vuela de tuerca al proceso electoral del primer domingo de julio
del presente año, sin que el IFE o el
Instituto Electoral del Estado de Guerrero, sienta agitación o se le enchine la
piel
Hasta
donde se ve, en ningún equipo de los
aspirantes presidenciales se observa categóricamente, ni por equivocación
semejante presunción, la de atender a las grandes minorías, en una sociedad
como la mexicana, altamente desmasificada, pese a lo que las grandes
televisoras tan sólo por vender tiempo y espacio, por que no tienen otra cosa
que ofrecer, pretenden arrinconar a la inmensa diversidad de la ciudadanía en
acartonadas opiniones, fuera de la realidad y muy fuera, lejanamente de los
intereses mediatos y pegados a la piel, de ese elector que decididamente no
está solo, que es parte del gran conglomerado de las minorías hasta ayer
desesperadamente excluidas, y que de esa exclusión oficial, han realizado su
inclusión social y política sin partido, determinante en las decisiones políticas más importantes en
la que nos toca participar: sufragar. Email:gernestorivera@gmail.com