viernes, 15 de junio de 2012

10 cosas que no sabías del #yosoy132 ENVIADO POR DANA CORRES



Veo mucha gente criticando al #yosoy132, veo gente apoyando al #yosoy132 pero no veo a ningún #132 hablando de lo que nadie habla.
Yo soy 132, así, sin hashtag. Por completo. Desde el principio. Me tocó ver a amigas mías ser tachadas de porras acarreadas aquel 11 de mayo en la Ibero y después me tocó ser llamada porra a mí también. Soy estudiante de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y amo mucho mi país aunque a veces me lleve terribles decepciones.
Soy 132 porque me asqueó el trato que se le dio en medios a ese 11 de mayo. Porque mintieron y fue descaradamente. Una cosa es ser empresas que sirven a sus intereses económicos y otra muy distinta es mentir. Mentir está mal. Soy 132 porque las exigencias no me parecieron descabelladas: si bien la verdad es algo que puede ser adaptado al pensamiento propio y no hay verdades absolutas, en cuestión de información basta con presentar las cosas tal y como pasaron.
Muchas cosas se han dicho desde aquel 11 de mayo sobre el Movimiento.
Están los que abiertamente nos apoyan, los que abiertamente se declaran 132 y se unen sin importar su edad o que hace mucho dejaron la escuela o que quizá nunca tuvieron oportunidad de estudiar una carrera. Yo misma lo vi en la marcha del 23 de mayo. Marchaban con nosotros, paso a paso, codo a codo, consigna tras consigna, señoras, señores, padres de familia con sus hijos, gente de la tercera edad, automovilistas que nos gritaban eufóricos y sonreían. Nadie me lo contó, yo lo vi. En la marcha del domingo 10 de junio, esa sociedad que se nos unía se diversificó aún más.
Por otra parte tenemos a los que de lejitos miran y dicen "qué bueno que están haciendo algo", "los apoyamos, chavos". Son los que no ayudan, pero tampoco estorban.
Están, también, los que desconfían, los que nos miran sigilosos porque quizá en cierto punto del camino perdieron la fe en que esto cambiará un día, pero que en algún rinconcito conservan un atisbo de esperanza y no dicen nada, sólo esperan.
Están los que no saben lo que somos, ni lo que proponemos. Esos que nunca se han sentado a investigar más allá de lo que se les dice en la Televisión y que nos tachan de porros y acarreados y recurren a la "son gente de AMLO" o el famosísimo "detrás de ellos están las FARC", "¿No qué eran apartidistas? Ya se declararon Anti-Peña" sin revisar siquiera la definición de "partidismo" en el diccionario.
Están los que definitivamente reprueban. "Que se pongan a trabajar los huevones", "Son ninis", "No tienen propuestas", "#yonosoy132 porque ¿Y tú qué reclamas si eras un niño cuando eso pasaba?" y un millón de descalificaciones más. No tengo ni ganas ni energías de escribir aquí todo lo que he leído y escuchado en estos días de sus detractores más acérrimos.
Pero hay muchas cosas que nadie sabe de los que somos 132, quizá porque no hemos tenido las herramientas para expresarlo:
1. Sí, estamos enojados, estamos tan enojados como muchos que son más viejos o más jóvenes que nosotros. Estamos cansados de ver a nuestro país así (donde el "así" implica miles de cosas de un sistema dañado desde sus entrañas). Tenemos razones para estar enojados. El argumento de "qué feo que estén enojados, habrá violencia" es simplista. ¿Por qué no en vez de ver forma se ve el fondo? ¿Por qué estamos enojados? ¿Por qué está enojada la gente? ¿Es una tontería estar enojados y exigir que las cosas cambien?
2. El movimiento es apartidista, los miembros no. Los miembros podemos tener la filiación partidista que queramos. Hay panistas, perredistas, gente sin partido, gente que no sabe por quién va a votar, gente que va a anular.
3. Somos Anti Peña no por Peña sino por lo que éste representa. ¿No me cree? La historia del México reciente habla por sí sola. Y el movimiento no es sólo Anti Peña. Hay docenas de propuestas más y TODAS son de fácil acceso por internet.
4. Es muy fácil hablar desde el lugar cómodo del "mejor hagan esto", "mejor marchen por aquello", "mejor propongan esto", "sus propuestas son malas". El que emite dichas opiniones no sabe de todo lo que implica entrarle a un movimiento de este calibre: implica compromiso, implica tiempo, implica estrés, implica desgaste. Implica sacudirte la hueva e invertirle a algo que quizá ayude a tu país o quizá no, durante 20 horas al día. Implica sobre todo quitarte el miedo que nos vienen inculcando desde que somos unos niños: el miedo a que nos amenacen, nos golpeen o le hagan algo a nuestras familias... Porque el miedo es lo que nos ha tenido pasmados por años. Implica organización, una organización que quizá hacia afuera no se vea, pero que implica toda una serie de preparación y de vertir nuestros conocimientos, de trabajar en equipo, de vencer nuestros propios defectos y carencias. Porque queremos ser más, porque queremos ser más fuertes, porque queremos llegar más allá del primero de julio. Implica invertir nuestros propios recursos o los de nuestros padres. Implica dejar nuestros propios vicios, hacer las cosas no por el bien propio, sino por el bien común. Implica el trabajo comunitario, ése que en este país nunca ha sido prioridad, lo que significa que tenemos que aprender algo que nunca nos fue inculcado.
5. Por primera vez se nos escucha. Y ahora hay más gente que quiere que se le abanderen sus causas. Gracias a nuestros conocimientos y a nuestro internet hemos llegado a donde pocos movimientos han llegado. No podemos abanderar todas esas causas, pero sí podemos escucharlos: sólo quieren manifestarse porque muchas veces ya nadie los escucha. Ni el gobierno, ni sus conciudadanos.
6. El #yosoy132 ha mutado en mil cosas. Parece caótico y lo es. ¿Cómo encasillar a un movimiento que quiere manifestarse contra un sistema que es caótico en sí mismo y que está tan dañado? ¿Cómo se le puede dar forma a un movimiento que ha ido creciendo como la espuma en cuestión de días y que cada vez es más incluyente? El movimiento mismo que nació como manifestación a un sistema caótico es caótico en sí mismo.
7. Las marchas han sido siempre movimientos de resistencia pacífica. Las marchas no existirían si la gente tuviéramos cubiertas nuestras necesidades económicas y de justicia. Las marchas nos ponen en un nivel de diálogo y atención que como ciudadanos comunes y corrientes no tenemos. Las marchas son simbólicas y nos hacen notar, hacen saber a los demás que no están solos, nos hacen darnos cuenta de que no estamos solos. Nuestras marchas son música, poesía, memoria, información, indignación, amor por el país. Sin embargo, las marchas son infructuosas si no hay acción y propuestas detrás y el #yosoy132 las tiene.
8. Podemos parecer desorganizados (mucho). Durante Asamblea luchamos contra nuestra propia cultura y educación, esa tontería de ser alumnos de escuelas públicas contra las privadas, una lucha disfrazada de ideología que más bien se trata de una diferencia socioeconómica. Hay roces, el debate parece estéril y a veces violento... La sorpresa es que se llega a consenso, a resoluciones, a aprender del otro. Y aquí, me permitiré citar al señor Attolini, vocero del ITAM: "Quien crea que la democracia es in consenso, se equivoca. Es diseno institucionalizado, con reglas claras y distintas". ¡Y viera qué bonita democracia! Una que pocas veces hemos visto en este país.
9. Quizás logremos mucho, quizás logremos muy poco. No me atrevería a afirmar nada aún. Pero hay algo que sí estamos logrando: ser vistos. Nos ven los que se quedaron con ganas de luchar y no pueden hacerlo. Somos una generación que vivió el nacimiento de las Redes Sociales al salir de la pubertad: el momento perfecto para despertar. Nos organizamos en las Redes Sociales y por alguna razón decidimos salir a las calles, salir del monitor. La generación que viene detrás de nosotros está viviendo el despertar de los que son un poco más grande que ellos, nos mira y dice "a huevo que no estamos solos". Entonces, si no logramos nada, mínimo estamos logrando inspirar a aquellos que votarán por primera vez en 2018 y esa pequeñísima razón me parece suficiente para hacer lo que hacemos hoy los #yosoy132.
10. ¿Es tan difícil creer que hay un grupo de gente joven plagado de buenas intenciones? ¿Qué pasó en la historia de este país para que ya no crean nada?
Acá abajito en los comentarios, anticipo a un montón de gente denostando e incluso insultando. Bienvenidos. En su legítimo derecho a la Libertad de Expresión que tanto defendemos el #yosoy132, los instamos a hacerlo.
Yo, a todos mis compañeros del 132 sólo puedo darles las gracias. Ya no me siento tan sola. Se logre poquito o mucho, pero dejamos ese lugar cómodo y pasamos de la queja y la frustración a la acción. Gracias
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