Este siete de Junio se
conmemorará el Día de la Libertad de
Expresión en México, fecha que fue instituido durante el régimen del ex
presidente Miguel Alemán Valdés hace 61 años (en 1951) con el propósito de que
las manifestaciones de las ideas no fueran objeto de ninguna inquisición
judicial o administrativa. Sin embargo hacía válida la desde entonces obsoleta Ley de Imprenta carrancista del año de
1917. Esta legislación sobre la prensa contravenía claramente la declaración
Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) en la que el espíritu de la misma protege este derecho fundamental contra
cualquier intento gubernamental de hacerla nugatoria.
Hoy es necesario recordar
esta fecha y pensar en voz alta sobre las consecuencias que ha traído el
ejercicio pleno de esta libertad a la que la Comisión Interamericana de los
Derechos Humanos ha calificado como inalienable
e inherente a todas las personas y es un requisito indispensable para la
existencia misma de una sociedad democrática.
La libertad de Expresión en
México está en crisis y por lo tanto el peligro de su ejercicio se centra en
los que la ejercen en forma cotidiana a través de los medios de comunicación
tradicionales—prensa, radio y televisión--como son los periodistas y
comunicadores sociales. Sin embargo no se puede soslayar que el ejercicio pleno
de la libertad de expresión y difusión de las ideas a través de las nuevas
tecnologías de la información se han visto también amenazados por los amantes
del status quo entre los que se
encuentran algunos gobiernos estatales que han pretendido controlar a quienes
utilizan las redes sociales vía la
Internet para ejercer este derecho fundamental.
Si bien es cierto que en
México el día de la libertad de expresión se utilizó para que el gobierno y los
medios de comunicación tuvieran una relación mas allá de la cordialidad y que
rosaba los intereses particulares de ambas entidades, es también cierto que
esta fecha ha servido para hacer cada año un corte de caja sobre la situación
que guarda este derecho humano en el país y en otras naciones del mundo.
No podemos y no debemos
renunciar a recordar esta fecha simbólica para los periodistas mexicanos y en
particular para los guerrerenses, ya que
en esta entidad todavía se corre el
riesgo de que los detentadores del poder político, económico y de la
delincuencia organizada logren el absoluto control de los medios.
Actualmente el saldo en esta
materia no es favorable para los periodistas. La crisis de seguridad pública
impacta negativamente en los periodistas y en los detentadores de los medios de
comunicación, lo cual desemboca en una grave autocensura misma que provoca que
la sociedad guerrerenses se encuentre inmersa en una cada vez mas amplia
desinformación debido a que no existen protocolos de protección para el
ejercicio pleno de la libertad de expresión y de prensa.
Hay una considerable agenda
de demandas que los periodistas esperan sean atendidas por los tres poderes del
estado para poner fin al estado de hostigamiento en que viven muchos
comunicadores. Hace falta sensibilidad de los gobernantes y sobre todo voluntad
política para crear las instituciones que puedan servir como dique a los
enemigos de las libertades, incluida la de expresión, pues así como se asesinan
y agreden y amenazan y hostigan a los defensores de los derechos humanos,
asimismo ocurre con los comunicadores que lo único que hacen es darle voz al
ciudadano y a quienes representan las instituciones de este país.
Solo para visualizar el
riesgo que es ejercer la libertad de expresión, la libres difusión de las ideas
y la libertad de prensa, habrá que recordar que durante los últimos 15 años, en
Guerrero la impunidad ha permeado en todos los casos de los asesinatos o
desaparición de periodistas en activo, las agresiones contra los reporteros,
las amenazas y hostigamientos y los atentados contra los medios como fue el
caso del periódico El Sur en el año 2010.
Hoy no celebramos pero si
reclamamos de los gobernantes una mayor definición de su responsabilidad hacia
los medios y los periodistas de Guerrero. Es tiempo de poner las cosas en su
lugar y a cada quien con su responsabilidad política y ética.
Cuando menos hoy podemos
decir que el Congreso de la Unión y los congresos locales (incluido el del
estado de Guerrero) han aprobado ya la
federalización de los delitos contra los periodistas y la prensa. Es un paso
decisivo para que la impunidad no siga prevaleciendo en todas las entidades
donde poco o nulo caso le hacen a las demandas de justicia de los
comunicadores.
Continuemos conmemorando
esta fecha que es sin duda símbolo de nuestra constante y diaria lucha por
hacer prevalecer el derecho a la libertad de expresión en México.
Periodista/Analista
Político* observar@gmail.com