jueves, 14 de junio de 2012

OTRO PERIODISTA ASESINADO, AUTOCENSURA OBLIGADA Por Rodrigo Huerta Pegueros*





Una vez más tenemos que hablar sobre lo que pasa en el estado de Veracruz con el trabajo que despliegan los periodistas y que se ha convertido en una tarea peligrosa para la propia vida de los comunicadores, quienes durante la actual administración estatal, han tenido que sufrir la pérdida de 9 compañeros y todos sin excepción en forma violenta, a manos de sicarios que bien pudieron ser enviados por ex funcionarios del gobierno anterior, de algunos funcionarios del actual gabinete o por los capos del narcotráfico que han hecho de este territorio veracruzano su lugar preferido para realizar sus actos ilícitos y criminales de tráfico y trasiego de drogas.
El gremio periodístico de aquel estado ha decidido cerrar filas y continuar trabajando por la defensa de la libertad de expresión y continuará demandando no solo de las autoridades locales y federales su participación activa para dar con los culpables de estos proditorios crímenes en contra de los periodistas sino que ocurrirán también a las instancias internacionales para alzar la voz y denunciar que en México no existe la mas mínima voluntad política para dar seguridad y protección a los periodistas en el ejercicio de su labor informativa.
Una y otra vez se ha dicho y aquí lo repetimos que cuando se calla la voz de un periodista se calla la voz de toda la sociedad y por lo mismo se acrecientan los obstáculos para tener abiertas las vías de acceso a la información pública con lo que se impide a la comunidad en general tener una información completa de lo que acontece en dicha entidad.
Pero lo mas triste de todo esto es que la señal que sale del estado de Veracruz al resto del país impacta de manera negativa en los comunicadores quienes no solo se oponen a realizar trabajos que pongan en peligro su vida sino que--y es lo mas lamentable—deciden imponerse la autocensura.
Muchos ejemplos de lo que aquí decimos lo tenemos en los medios de comunicación de entidades como Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua y ahora Veracruz, Sonora y Coahuila.
En Guerrero esta autocensura se viene ejerciendo desde hace ya varios años y por lo tanto la sociedad carece de información sobre quiénes son los que están atentando contra la imagen y el prestigio del estado y de Acapulco en particular y lo que ha acontecido con el último periodista hasta ahora desaparecido, Marco Antonio López Ortiz.
La respuesta del gobierno estatal ante este suceso ha puesto nuevamente en la mesa de discusión la impunidad galopante que existe y predomina lo cual afecta sensiblemente el ejercicio periodístico ya que no se informa con puntualidad y amplitud de los sucesos de violencia que se registran a diario en toda la entidad y solo se circunscriben a dar cuenta del parte oficial. No van mas allá de esta información escueta y no tan transparente como hubiésemos deseado tener los ciudadanos.
Sin embargo, creemos que es mejor perder una buena nota o reportaje a perder a un comunicador más, aunque esto es a todas luces anormal y no beneficia a nadie mas que a los propios criminales que desean seguir caminando sin mayores obstáculos y hacer de las suyas sin que nadie los delate ni los señale como debería ser la función de una prensa libre, independiente, con seguridad y protección de parte de la autoridad, lo cual está muy lejos de suceder.
No podemos mas que condolernos de que la muerte de los periodistas en México sirva solo para llevar una estadística pero no para poner en alto la demanda de libertad de expresión, de prensa, de opinión y de difusión de las ideas.
Una vez mas el gremio periodístico se viste de luto. La demanda sigue siendo la misma JUSTICIA MAS JUSTICIA Y AUTORIDAD Y MAS AUTORIDAD.       .

Periodista/Analista político*  observar@gmail.com