La foto donde Luis Walton
Aburto y Andrés Manuel López Obrador se encuentra abrazados refrendando su
amistad en Palacio Nacional, ofrece una carga simbólica muy significativa.
Y parece ser el punto de
arranque hacia la gubernatura del estado de Guerrero.
Este tipo de comunicación
gráfica refuerza en la mente del electorado la confianza y amistad que al
empresario le prodiga el presidente de México.
La imagen no necesita ir
acompañada de un discurso para penetrar en la consciencia del electorado, pues
el mensaje tiene una significación clara y fuerte para quien la observa.
El mensaje es empoderar
políticamente al expresidente municipal.
Pero a Luis Walton también
lo empodera su experiencia por muchos años en el quehacer público y partidista.
Esto lo sitúa en un mejor
lugar –pese a las mediciones que se han hecho– frente a otros aspirantes de
Morena que también aspiran al mismo cargo.
Se sabe que durante la
actual crisis sanitaria que vive el país, Walton ha mostrado su lado humano al
brindar apoyo con insumos diversos a los centros de Salud y hospitales del
estado, con costos millonarios.
Esta acción le ha dado
mayor proyección frente a otros que también intentaron lo mismo, pero sus
naturalezas mezquinas o tacañas solo les permitió repartir unas cuantas
despensas y otro unos cuantos cubre bocas, para desaparecerse de las calles del
estado, y de Acapulco, principalmente.
La gravedad del problema
sanitario en el puerto de Acapulco y en otros municipios, demanda la
solidaridad de aquellos que se han beneficiado de la voluntad de la ciudadanía,
que los hizo sus representantes populares en el presente y en el pasado, además
de enriquecerlos económicamente.
Habrá que destacar que los
recursos que utiliza Luis Walton son los propios y no cuenta con señalamientos
de que los insumos y equipo lo sustrajo de alguna dependencia, como llegaron a
culpar a uno de los también aspirantes a candidatos por Morena.
Vale mencionar que la
aspiración de Walton se fortaleció al acudir a Palacio Nacional respondiendo a
una invitación del presidente de México, donde refrendaron su amistad de largos
años.
Y se comenta que es cuando
AMLO le pidió abandonar Movimiento Ciudadano para acercarse a Morena, con la
intención de crear alianzas y fortalecer su liderazgo.
Es cierto que han existido
voces dentro de este partido que rechazan su incorporación a Morena, lo cual es
comprensible dado que algunos ya sentían como suyo ese partido y, por lo tanto,
sus decisiones eran ley.
Sin embargo, a este
personaje se le ve tranquilo y confiado.
No se pelea con nadie a
sabiendas que va a necesitar de alianzas y aliados.
Tampoco recurre a la
guerra sucia como le hacen otros para descarrilar a quienes puedan interponerse
en su camino.
Y por ahora se está
enfrascando en sumar su esfuerzo con las instituciones y los tres niveles de
gobierno para atender la salud de la población de Guerrero, haciendo un llamado
a partidos políticos, sociedad civil y empresarios para que sumen su
solidaridad.
En su opinión, ya se debe
atender la recuperación económica, la educación y la seguridad pública para
poder generar progreso y ser más competitivos.
Por último, hay que
entender que el gobierno federal pretende mantener la estabilidad política y
social que el gobierno de Héctor Astudillo ha mantenido.
Por lo tanto, es lógico
que apoyará a quien le garantice esas condiciones en el estado, porque los ingresos
por turismo necesitan tranquilidad y paz, no crispación social como algunos
años estuvo Acapulco, cuando lo gobernaba otro de los aspirantes de Morena.