*El silencio de Manuel Añorve
Han pasado varios días desde
que Mario Moreno fue designado candidato del PRI a la gubernatura, y el
silencio de Manuel Añorve sigue contando la historia de que aún no logra
procesar emocionalmente esa complicada decisión de su partido.
Ya lo han dicho los
teóricos, que cada silencio refleja una historia, cada silencio logra provocar
un efecto en quien lo recibe.
En este caso es la
militancia del tricolor la que recibe la indefinición de Manuel Añorve y sigue
generando incertidumbre.
Quienes saben, entienden que
el silencio de Manuel Añorve expresa emociones e intenciones.
Y justamente lo último queda
perfectamente claro, cuando escuchamos la declaración de Julieta Fernández en
el sentido de que desea participar por la alcaldía de Acapulco.
Está claro también que la
política implica negociación y acuerdos, y eso es lo que seguramente va a
suceder: la suma del grupo Añorvista a la candidatura de Mario Moreno Arcos a
cambio de la candidatura priista al municipio de Acapulco.
Julieta fue presidenta del
DIF de Acapulco y diputada local, quien también señaló que va a esperar los
tiempos que establezca su partido para participar según las reglas de la
coalición con el PRD.
Serán los próceres priistas
los que determinarán si le dejan jugar ese importante rol político en el
puerto, que ahora tiene en sus manos Morena, en la persona de Adela Román,
quien puede ser que busque reelegirse, ya que el nivel de aceptación ha ido
ascendiendo en la población porteña.
Incluso, Adela puede ser la
candidata a la gubernatura de Morena si es que se abre la coyuntura de buscar
quien concilie a los tres personajes que se disputan la candidatura a la
gubernatura, quienes han recurrido a métodos poco ortodoxos, tirando piedras y
lodo para despejarse el camino.
Sobre todo que la alcaldesa
porteña en ningún momento ha recurrido al golpeteo en contra de sus compañeros
y se ha mantenido en una ruta de respeto para todos los aspirantes a la
gubernatura.
En fin, volviendo al caso
Añorve, veremos si finalmente terminan de negociar para que se sume de lleno a
la candidatura a la gubernatura de su partido.
FINALMENTE SE FUE TRUMP, y el discurso del
nuevo presidente Joe Biden llama a la esperanza de hacer un gobierno
diametralmente distinto a quien mantuvo dividida la población inculcando mensajes
de odio y confrontando a los grupos de población.
Biden ofrece esperanza,
renovación y respeto a la democracia.
Su postura es de rechazo a
la violencia y plantea la unidad de su país, con respeto a las leyes.
En su primer discurso, el
presidente entrante convocó a la unidad y a la participación de todos para
fortalecer su país, pasando por la restauración y sanación del alma americana,
lastimada por el racismo, el supremacismo blanco y la pandemia del coronavirus.
También solicitó se unan en
torno suyo para luchar por los enemigos que encaran, como ira, extremismo,
falta de empleo y la falta de esperanza.
Señaló que juntos pueden
hacer de Estados Unidos “una fuerza que dirija el bien en todo el mundo, para
verse con los vecinos como amigos y tratarse con respeto.”
“Sin unidad –dijo– no hay
paz, sólo furia y amargura. No hay progreso, sólo caos. Este es el momento
histórico de enfrentar estos desafíos. Tenemos que enfrentarlos como los
Estados Unidos de América.”
Planteo el inicio de
“escucharnos de nuevo, a vernos uno al otro, a mostrar respeto el uno por el
otro.”
“La política no tiene que
ser fuego que destruye todo a su paso. Creo que Estados Unidos es mejor que
eso”, señaló con gran certeza.
Será presidente de todos, y
luchará por aquellos que lo respaldaron y los que no, es otra de sus
propuestas, que muestran a Biden como un político con valores cívicos.
Prometió “terminar con la
guerra civil que pone el rojo contra el azul, republicanos contra demócratas,
conservadores contra liberales”.
“Podemos lograrlo –dice– si
mostramos un poco de tolerancia y de libertad, podemos darnos una mano,
ayudarnos unos a otro. Si lo hacemos, tendremos un país más fuerte y aún
podemos estar en desacuerdo, pero necesitamos toda nuestra fuerza para
prevalecer a este invierno oscuro.”
De cumplirse esos objetivos,
la presidencia de Joe Biden será paradigmática y será ejemplo a seguir de
algunos gobiernos que aún, a semejanza de Trump, mantienen dividida a la
población, azuzándola para que se confronte, sabiendo que de eso sacarán
beneficio político.