Envuelto en ese halo de santidad política y cierto de que ya no contagia porque el Covid lo volvió inmune, Andrés Manuel retornó muy bravo al coliseo político.
¿No está en campaña el canonizado y licenciado
presidente? Bueeeno.
Será, sin duda, que al inquilino de Palacio le
tiene sin cuidado lo que ordene el Consejo General del INE y, por ende, le
importa un pito el ordenamiento legal en materia electoral, porque en sus
homilías desde el púlpito de las mañaneras, entre lunes, martes y miércoles
dejó clarito que el poder es él, que eso de la división de poderes tiene mucho
de fantasía democrática, es decir, demagogia pura.
¿Y los neoliberales? ¡Bah!
Ni Carlos Salinas de Gortari ni Ernesto
Zedillo Ponce de León, mucho menos el desparpajado Vicente Fox Quesada o el
bravucón Felipe Calderón Hinojos y el letrado Enrique Peña Nieto pudieron
presumir en vivo y a todo color, en cadena nacional con apoyo de Sepropie y las
televisoras públicas, lo que el licenciado López Obrador ha hecho en su sacro retorno.
Y es que, tal vez usted haya registrado esa
declaración que hizo en la mañanera del martes, cuando le pusieron en bandeja
de plata la pregunta relacionada con la renuencia y resistencia de empresarios,
expertos y, sobre todo, opositores en el Congreso de la Unión a su iniciativa
de reforma de la Ley de la Industria Eléctrica.
Dijo que no le cambiará ni una coma a esa
iniciativa. Y, el coordinador de los diputados federales de Morena, Moisés
Ignacio Mier Velazco, sostuvo que la mayoría oficialista, Morena y asociados,
apoyará en sus términos, es decir, como fue presentada la iniciativa preferente
de López Obrador. Y puntualizó: “ésta es la iniciativa de iniciativas de esta
Legislatura”.
¿Alguna duda de quién manda en México? Y la
oposición admite que la aplanadora legislativa bajo el mando de San Andrés, no
de Mier Velazco, en la Cámara de Diputados habrá de aprobar dicha iniciativa que
se imagina como la hazaña del niño héroe que, envuelto en el lábaro patrio, se
lanza al vacío en defensa de la Patria, solo que el acto heroico fue una
patraña, anécdota creada e impulsada en aras del patrioterismo requerido por
los próceres revolucionarios.
¡Caray!
Por eso, no tiene desperdicio la declaración de
Juan Carlos Romero Hicks, hace dos días en conferencia de prensa ofrecida en el
Palacio Legislativo de San Lázaro. Lea usted.
--Hoy en la mañana --citó la reportera Cecilia
Hernández Delgadillo-- el presidente Andrés López Obrador dijo que no le van a
cambiar ni una coma a la iniciativa de reforma de la industria eléctrica,
¿cuál va a ser la postura que va a adoptar el partido Acción Nacional
referente a este tema?, preguntó al coordinador de los diputados
federales del PAN, Juan Carlos Romero Hicks,
--Deseo celebrar como mexicano –respondió Romero
Hicks, ex gobernador de Guanajuato-- el regreso del presidente a su función
después de dos semanas de estar en aislamiento. Y con mucho
pesar (…) reconocer que tenemos un presidente enfermo, enfermo de salud física,
de salud mental, salud emocional y salud espiritual.
Y, como es sabido, el pecho del guanajuatense igual
que el de San Andrés, no es bodega, abonó:
“La salud es un asunto comprensivo e
integral, regresa con el virus del odio, la soberbia el intento de
dividirnos y más de lo mismo; está en el espejo retrovisor del Museo de
Arqueología Política del siglo pasado, con modelos económicos y
energéticos que sabemos que ya no funcionan, no ha
entendido él que el pasado es un lugar de referencia no lugar de
residencia.
“(…) La expresión del presidente de la
mañana entristece y duele, por eso afirmamos que está enfermo y está
enfermo también de poder. Lo voy a invitar a que siga reflexionando y
que lea el texto de la Constitución Política del país para que se dé cuenta que
tenemos tres Poderes y que nosotros somos un Poder
Legislativo, no un querer legislativo y también le voy a pedir de
manera muy respetuosa, hoy es 09 de febrero, ayer el año pasado, el
6 de febrero, hace un año y tres días, es la única ocasión que hemos tenido la
oportunidad de dialogar, que es un ejercicio que se debe hacer de
manera cotidiana en un ámbito republicano de colaboración de poderes,
Hoy lo que el país necesita es unidad, altura de miras, conciliación y sobre
todo una mejor aportación.
“Ojalá que de su enfermedad lo recupere pronto”.
--¿No temen que corra la misma suerte este Parlamento
Abierto en materia de la iniciativa de reforma de tema eléctrico con otros
temas el año pasado porque desgraciadamente se habla de que son un poder?—planteó
la colega Cecilia Hernández Delgadillo.
--Estamos absolutamente convencidos –respondió
Romero Hicks-- de que una vez más van a pasarse, no les va a importar el parlamento
abierto, porque esa ha sido su constante, porque su constante incluso de manera
abstracta refleja abstracta otras cosas.
¿Qué le parece? Sin duda entre los fundamentalistas
que idolatran a López Obrador no faltará quien le haya construido altar y toda
la parafernalia del fanatismo que carece de capacidad para distinguir entre la
verdad y la mentira, la manipulación y una convocatoria sin condicionamientos.
Romero Hicks dijo lo que muchos, muchos, mexicanos
piensan pero no se atreven a decir en público, so riesgo de ser llevados a la Plaza
Mayor por la turba encabronada porque se ha osado cuestionar y calificar a su
líder como un tipo al que se le van las cabras con suma facilidad.
¿Y qué responde el licenciado presidente?
Bueno, en la mañanera, antes de
ir a inaugurar la modernización de la base aérea militar de Santa Lucía, en el
Estado de México, un asistente a la conferencia le preguntó: ¿le
quedó alguna secuela del COVID-19 ahora que ya está en su vida diaria?
--Mire
–respondió el licenciado--, yo creo que me sirvió para reafirmar mis
convicciones, reafirmar mis creencias, mi manera de pensar.
Aunque los adversarios
–prosiguió sin pregunta de por medio--… Ayer estaba yo leyendo a un legislador
de los opositores, de uno de los partidos conservadores, diciendo que estaba yo
mal de mis facultades mentales, que no estaba yo cuerdo, que estaba yo enfermo.
Pues no, gozo de cabal salud.
¡Sí! El licenciado goza de cabal
salud; en serio.
Y como muestra, se despachó la
harto conocida perorata contra los fantasmas que lo persiguen por los
corredores del humilde y proletario Palacio Nacional; los mismos pelafustanes,
corruptos, fifís, conservadores, machuchones a quienes acusa de todos los males
que sufre la Patria, pero no los mete al bote, le basta con insultarlos; cree
que las mentadas de madre disfrazadas de adjetivos duelen. Y harto.
¿Será virus de odio? Parece
desahogo aderezado con odio, mezcla de alto riesgo, tal que le puso en la suya
al Covid, ¿a poco no? Van dos años de lo mismo, lo mismo. Conste.
@msanchezlimon
@msanchezlimon1