martes, 1 de octubre de 2019

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


LAS TAREAS DE PREVENCIÓN, HAY QUE DECIRLO, tienen como fin el salvar vidas, e incluso el patrimonio de las familias, y en este sentido, los datos arrojan que las acciones de prevención funcionaron excelentemente, aunque por desgracia se habla de dos personas fallecidas: una en Tixtla, y la otra en Tlapa, como consecuencia de la tormenta Narda, cuyas lluvias aún se sienten en Guerrero.

En efecto, salvo la pérdida de éstas dos vidas, que ciertamente es un hecho lamentable, hay que decir que los guerrerenses la libraron con Narda, dado sus torrenciales lluvias y la fuerza de sus vientos, con todo y la crecida y los desbordamientos de los ríos, de los arroyos y las barrancas.

Sin embargo, hay que decirlo, la furia de la lluvia provocó la inundación de viviendas, de sembradíos y muerte de ganado, y además, daños en carreteras y caminos, así como el desgajamiento de cerros, dejando incomunicadas a comunidades enteras, principalmente en la Montaña del estado.

Cierto. La muerte de dos personas es algo que se lamenta y se valora en su justa dimensión, y por supuesto, también se valoran los destrozos y las pérdidas materiales. Muchas familias perdieron gran parte de su patrimonio al inundarse sus casas, sus parcelas y sus siembras, y la muerte de su ganado, lo cual también es lamentable. Sin duda, los damnificados tendrán el apoyo inmediato del gobierno del estado.

Pero la fuerza de Narda también destruyó carreteras y caminos y las redes de energía eléctrica, y desgajó cerros que también bloquearon otras carreteras y caminos, dejando incomunicadas a decenas de comunidades y a su población, y en Acapulco, además, las torrenciales lluvias afectaron el sistema de agua potable.

Por fortuna, hay que decirlo, así como funcionaron las acciones de prevención, también están funcionando las acciones de auxilio, ayuda y reconstrucción, pues lo mismo se evacuaron a familias cuyas viviendas resultaron inundadas, que se reubicaron a otros ante el peligro por las lluvias, además de iniciar la distribución de apoyos en favor de los damnificados, sin dejar de lado la reconstrucción de carreteras y caminos por parte de las autoridades.

Así es, diría el maestro Columnista. Y precisamente por la gravedad de los daños, este lunes el gobernador Héctor Astudillo Flores firmó la solicitud de declaratoria de emergencia para 30 municipios de la entidad, durante la sesión del Consejo de Protección Civil estatal que se llevó a cabo en  la Octava Región Naval, es decir, en el puerto de Acapulco.

Los municipios listados son Zihuatanejo, Acapulco, Coyuca de Benítez, Petatlán, Tecpan, La Unión, Coahuayutla, Atoyac, Benito Juárez, Igualapa, Florencio Villarreal, Cuautepec, Cuajinicuilapa, Tixtla, Chilpancingo, Chilapa, Juan R. Escudero, José Joaquín de Herrera, Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo, Eduardo Neri, Alcozauca, Metlatónoc, Acatepec, Tlacoapa, Malinaltepec, Tlapa, Cochoapa El Grande, Copanatoyac y Tetipac.

Además, se registraron derrumbes carreteros por el reblandecimiento de la tierra en Acapulco, Juan R. Escudero, Eduardo Neri, Tixtla, Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca, por lo que se realizaron trabajos con maquinaria pesada. Además se informó que hay tres cortes carreteros en los municipios de Cuajinicuilapa, Acapulco y Petatlán.

De acuerdo a Protección Civil del Estado, en Acapulco también se registraron  dos socavones y el arrastre de tres vehículos, así como el incendio de una palmera a causa de la caída de un rayo, sin que se registraran lesionados o decesos, mientras que en Atoyac hubo daños en los techos de dos casas, así como en Benito Juárez (San Jerónimo), además de dos espectaculares en Tecpan y Acapulco.

En Zihuatanejo, Atoyac y Benito Juárez hubo deslaves de cerros, poniendo en peligro a la población, mientras que por la creciente del arroyo El Coacoyul, también en Zihuatanejo, decenas de familias se quedaron sin nada la inundarse sus viviendas, mientras que en Petatlán se cortó la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo.

Por las mismas causas, se mantienen abiertos 15 refugios temporales que ocupan 583 personas; hay 796 viviendas con alguna afectación, 50 más con desprendimiento de techo y 230 árboles caídos.

Por su parte, la Secretaría de Marina, a través de la Octava Región Naval, implementó el Plan Marina en su fase de auxilio en diferentes municipios.

En tanto, y a fin de salvaguardar la integridad de los estudiantes en todos los niveles educativos,  incluida la Universidad Autónoma de Guerrero, se decretó la suspensión de clases desde ayer lunes, para reiniciar el miércoles próximo, si es que las condiciones climáticas mejoran.

Así las cosas en Guerrero. Las autoridades del estado, encabezadas por el gobernador Héctor Astudillo Flores haciendo su chamba, incluidos los presidentes municipales, entre los que destacan la de Acapulco, Adela Román Ocampo; el de Chilpancingo, Antonio Gaspar Beltrán, y el de Chilapa, Jesús Parra García.

Toca pues, ahora, al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, firmar la declaratoria de emergencia, y en consecuencia, aportar los recursos para la reconstrucción. Ojalá lo haga, aunque hasta anoche no había dicho “esta boca es mía”.

Comentarios: julio651220@hotmail.com