• La pandemia, y la sinrazón del presidente
• Regreso a las aulas, un peligro para el país
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EN MEDIO DE LA PANDEMIA DEL
COVID 19, cuando los contagios parecen imparables y los muertos se multiplican,
a pesar de que en muchos casos las personas ya estaban vacunadas, el presidente
señala tajantemente que llueva, truene o relampaguee, los estudiantes,
incluidos los de preescolar, tendrán que asistir a las escuelas para tomar
clases presenciales, a partir del próximo ciclo escolar que inicia en agosto,
es decir, dentro de un mes.
Así es. Este miércoles 28 el
propio gobierno federal a través de la Secretaría de Salud dio a conocer que se
han contabilizado, hasta hoy, 2 millones 771 mil 846 personas con Covid en lo
que va de la pandemia, y por éste mismo han muerto 251 mil 38 (incluidas las
consideradas como sospechosas), además de que se tienen registrados 462 mil 724
casos sospechosos.
Cierto es que hasta hace
tres semanas el país se encontraba en “semáforo verde”, es decir, en
condiciones óptimas para volver a la normalidad, sin dejar de lado las medidas
de prevención para evitar el contagio; sin embargo, desde hace 15 días la mayor
parte del país volvió al amarillo, y en muchos estados, como el de Guerrero,
retrocedió al naranja, o lo que es lo mismo, a un paso de regresar al rojo, lo
que significa lo peor en términos de salud como consecuencia de la pandemia.
Pese a ello, el presidente
Andrés Manuel López Obrador, quien durante toda la pandemia ha minimizado los
casos de contagio y las muertes por el Covid --más de 250 mil personas--, algo
así como la población total de la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo,
se mantiene en su postura de que los estudiantes y maestros deben regresar a
las aulas, llueva, truene o relampaguee.
Es decir, pese a la gravedad
del asunto, que pone en riesgo la salud de los estudiantes: niños, adolescentes
y jóvenes, a quienes ataca con mayor severidad la nueva cepa o variante del
Covid 19, y que hasta ahora no han sido vacunados, llueva, truene o relampaguee
tienen que ir a la escuela, porque así lo ha decidido el presidente de la
República.
Hay que decirlo. La nueva
cepa o variante del Covid afecta mayormente a los jóvenes, que junto con los
adolescentes y los niños, es el mayor sector de la población, y que, de acuerdo
al presidente deben ir a la escuela, pese a la ola de contagios existente, lo
cual parece no importarle lo que ocurra ni ahora ni después, pues el número de
casos se multiplicaría, lo que sería catastrófico para el país.
Indudablemente el presidente
de la República es el jefe de las instituciones existentes y representante de
los mexicanos; sin embargo, sus decisiones no son infalibles, y en
consecuencia, lo que haga o diga no es la última palabra y mucho menos es la
verdad absoluta; tampoco lo que decide siempre ha sido lo mejor para el país,
de ahí que aunque diga que llueva, truene o relampaguee los estudiantes tienen
que ir a clases a las escuelas, no tiene por qué se le debe hacer caso, en
razón de que la salud pública está por encima de lo que diga el mandatario
federal.
No es la primera vez que
López Obrador toma decisiones erróneas y fuera de lugar, afectando con ello al
país, y en específico a la población, y si bien en el pasado reciente ha
logrado concretar lo que ha querido, parece complicado que esta vez se cumpla
lo que quiere, pues volver a clases como él quiere, a partir de la última
semana de agosto próximo, se pone en peligro la salud del futuro del país.
Por cierto, y hablando de
consultas, ¿por qué no se le pregunta a la población si está de acuerdo o no
que el gobierno federal, el del presidente López Obrador, compre vacunas Covid
para los niños y adolescentes? Y es que, como lo ha comunicado, no lo hará, a
pesar de que los quiere de regreso a las escuelas. Y ya entrado en gastos, ¿por
qué no se le pregunta a la población, si el gobierno del mismo López Obrador,
debe comprar o no medicamentos para los enfermos con cáncer, incluidos los
niños?
Por último, un llamado a la
población a cuidarse, a protegerse del Covid, pues como ha ocurrido desde que
inició la pandemia, no hay medicamentos suficientes y ahora se saturan las
unidades de salud por el número de contagios. Y bueno, no hay ni vacunas
suficientes en el país, aunque eso sí, sin que nadie se lo pidiera, el
presidente ya envió al gobierno cubano, que no a los cubanos, un cargamento de
vacunas, medicamentos y hasta combustible, cuando aquí, en México, hacen falta.
Ni duda cabe: candil de la
calle…, y más aún, hace caravana con sombrero ajeno.
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