Parece que la Secretaria General del Suspeg le quedó grande el cargo.
No logra tener el control de
sus secciones ni de su base sindical.
Eso queda demostrado con las
acciones de Socorro Sánchez, quien parece ya inició su campaña para la que
sigue.
Es decir, otra vez al
quedarse con las ganas de ser ungida candidata a la secretaría general que hora
tiene Adelita, Soco desentierra el hacha de guerra y en quijotescas acciones se
lanza a pelear supuestamente por los derechos de sus representados.
Soco ahora pretende cerrar
la FGE y correr a todos los nuevos funcionarios, desde la Fiscal, Sandra Luz
Valdovinos Salmerón, para abajo.
¿Lo conseguirá?
Sin duda esto tiene en
suspenso al gobierno del estado y a la Fiscalía.
¿Será que hasta allá llega
el poder de pertenecer al sindicato oficial?
¿O será que esta
organización está cada vez más desorientada y con la nueva dirigente, peor aún,
como para que cada quien haga lo que quiera?
Socorro Sánchez, pretende
que unos cuantos trabajadores cierren la
Fiscalía alegando supuestos abusos en contra de los mismos, cuando tiene la
opción de acudir a distintas dependencias para presentar sus quejas de manera
legal, no política como pretende hacerlo.
Parece obvio que los ajustes
que ha venido a realizar la Fiscal para optimizar el funcionamiento de la
dependencia y tratar de erradicar la corrupción, no les ha gustado a algunos
trabajadores y es probable que esperaran más de lo mismo.
Pero lo que se sabe es que
los cambios y rotaciones de trabajadores van a ser permanentes, y la exigencia
de evitar acciones de corrupción, también.
A decir verdad, la lideresa
debería presentar pruebas de sus dichos; de esas supuestas violaciones de los
derechos laborales de quienes los han padecido, de tal manera que pase del
nivel de chisme a cosa seria, para ser tomada en cuenta.
De no presentar pruebas, sus
acciones solo pueden ser consideradas como una especie de intento para apanicar
a la Fiscal y alinearla a sus objetivos, y parece que será difícil que lo
consiga.
Lo que sí debe hacer la
sección sindical es aportar sus pruebas de que hay violación de los derechos
laborales, de que hay malos tratos, de que hay humillaciones y de que hay
despidos injustificados.
Si no es así, la intención
de cerrar la FGE solo será una acción injustificada y producto de una acción de
marketing político para posicionarse en la mente del sindicalismo oficial como
la lideresa luchona por sus agremiados, para ver si en la siguiente elección,
ahora sí le toca.