El PRI mantiene una recuperación y
credibilidad constante. Es objeto de simpatía natural por el electorado. Tres
gobiernos de oposición fueron más que suficientes para entender que lo nuevo
por conocer es peor que lo viejo por conocido. Entender que la presidencia
municipal no es cuota de tribu ni alacena para los partidos, es primordial en
los candidatos. Lo que el pueblo exige es que se acabe la violencia, que los
sepelios vuelvan a ser el finiquito de una existencia larga y productiva y no
el cumplimiento de una orden de sicarios que aniquila a jóvenes y trunca
existencias por revanchas criminales.
Hay que creer en el hombre. Escuchar sus palabras. Motivarse con la
verdad que ofrece, para cuando el voto lo consagre como favorito del
electorado.
Me
ocupo de Fermín Gerardo porque tiene en la valija de su discurso los elementos
de seriedad y probidad que requiere este momento crucial para Acapulco. La
violencia no registra en la historia marejadas tan temerarias como las que
estamos testificando impávidos día a día.
Hago
un recorrido por los compromisos que a lo largo de su campaña Fermín Gerardo ha
manifestado por todo el territorio municipal. Frases llanas, simples y
directas, de contenido emotivo a la inteligencia del elector:
Asumo esta responsabilidad con plena convicción
para actuar con rectitud y voluntad de servicio.
Mi
trayectoria política personal es de disciplina y obligaciones.
Sé
cumplir lo que ofrezco y no limito mi ánimo de servicio.
Los acapulqueños están seguros de que al
nominar y votar por Fermín Alvarado, van a elegir a un servidor público que
dará el rendimiento que merecen sus demandas, hasta el límite de mi capacidad y
agotamiento físico.
Creo en la voluntad colectiva del pueblo.
Estoy seguro que la familia es el fruto de
la armonía y el entendimiento.
La familia, como célula primaria de la
sociedad, es indispensable para reducir la violencia y la ola criminal que nos
azota.
La familia integrada es generadora de
armonía, salud social y satisfacción colectiva.
Quien es incapaz de vivir en familia no
tiene derecho a gobernar un pueblo.
Veo en los niños y en los jóvenes la
reserva moral de la sociedad.
Las mujeres tienen mi confianza, mi afecto
y mi agradecimiento.
Un gobierno debe procurar el bienestar de
la comunidad, resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades.
Tengo madurez política. Vocación por el
servicio público. Identidad con mi generación y valor social para enfrentar en
la administración municipal los desafíos más riesgosos.
Acapulco no es mi Patria chica. Es la Gran
Patria de todos los acapulqueños.
Alentamos la participación ciudadana para
delegar soluciones en los propios vecinos.
Compartimos toda acción que multiplique los
beneficios al pueblo.
Mantenemos el espíritu de acortar las
distancias que nos separan.
Construyamos puentes que nos comuniquen, no
muros que nos alejen.
Somos la opción mayoritaria que suma y
multiplica. No sabemos restar ni dividir.
Hagamos de Acapulco el destino feliz de la
alegría, el trabajo, la paz, la reconciliación y el progreso.
El proyecto político que encabeza Fermín
Gerardo es humanista, conciliador, integrador, incluyente, universal. Con
capacidad de soluciones y voluntad de gobernar para todos, haciendo del
municipio un hogar colectivo y de los acapulqueños una familia social.
PD: “Todos tenemos derecho a gobernar, pero siempre lo harán mejor, los mejores”: Aristóteles.