martes, 12 de junio de 2012

TERCERA VÍA Alicia García & Margarito Genchi: La muerte pide permiso Ernesto Rivera Rodríguez



La  antítesis del nombre del cuento de Fernando Benítez, “La muerte pide permiso”, es la brutal y tajante  realidad de la vida cotidiana en Guerrero, donde la procuradora en cuestión Martha Elba Garzón Bernal, no sabe, “no le  atina” a conocer que “tipo de delincuencia” acabo con la vida de la fiscal regional Alicia “Licha” García,  como si existiera delincuencia de tipo uno, de tipo dos o de tipo tres, cual vil “diabetes”, o será que eso es lo   que padece la funcionaria estatal, pues no da una, y pese a sus  poses para revistas color de rosa, la delincuencia inunda todo lo que toca, y sin pedir permiso alguno, mofándose de sus arrebatos frente a la prensa, en tanto la muerte violenta se erige como la metáfora de la vida en Guerrero.
El homicidio de  Margarito Genchi Casiano, líder sindical y candidato a diputado local perredista por el Distrito 14 Local Electoral, es otro más de la brutal realidad, de lo que la violencia y la  muerte ya cosificada se ha instalado en Guerrero, pese a los ostentosos e inútiles programas de seguridad pomposamente instalados en las mesas repletas de oficiosos discursos plenos de oquedad, como el facturado Programa Guerrero Seguro, cuando la delincuencia de nuevo –o es que no se ha ido y permanece incólume- ha abierto a raudales su hegemonía de violencia, odio, coraje y sangre, en tanto el oficioso vocero Arturo Martínez Núñez, no acaba de dar sus declaraciones semanales cuando la realidad le abofetea su rostro infantil, y su voz aterciopelada.
Así el blindaje del Programa Guerrero Seguro, sólo existe en el papel, que como en la novela de Bradbury, ardera,  y son,  con patente de políticos los funcionarios firmantes los que se han convertido en los “bomberos” de la metáfora bradburyana, al rociar gasolina a la realidad de la inseguridad que les pega en la cara, como el sol del mediodía en el rostro seco, absorto, con la piel  rellena de demagogia, mentiras estériles, como las vidas  tiradas en el suelo, acribilladas por los discursos, apuñaladas por la soberbia cortesana  y abyecta al  tratar  de inventar una realidad que no existe, como el mismísimo gobierno de Ángel Aguirre Rivero, que ya rosa los límites de la certidumbre sino, es que ya ha rebasado las instancias de la cordura política  y social habiendo perdido ya la credibilidad de los guerrerenses, sometidos hoy  a la barbarie de unas campañas políticas sin ton ni son, sin propuestas, plenas de baratijas cual piñatas de feria de pueblo, no importa quién sea el candidato o candidata, quienes siguen empujando lanza en ristre su fuerza contra los molinos de viento.
Si la violencia somos todos, luego entonces por qué los candidatos presidenciales tocan el tema como si fuera, y si lo es, una “misión imposible”  de cumplir en lo que su incansable verborrea nos bombardea, cuando la inutilidad del movimiento #yo soy 132, como la generación perdida de los setentas “nació para morir” o el nuevo “Movimiento MX, con toda la simbología de extrema derecha, aparece más como un “afiche” de tienda de ropa, más que un mensaje alternativo que tanta falta hace, pero lejos se está de  encontrar a un ideólogo de la talla de José Revueltas, cuando lo aparece es la figura de José Ingenieros, con su libro “El hombre mediocre”, y como los vemos sean o no 132, procuradores, funcionarios, estudiantes de la ibero, Itam, candidatos en campaña, o arcabuceros no deseados, “andan como cucarachas sin saber a dónde ir”, en tanto…la muerte pide permiso. Email:gernestorivera@gmail.com