viernes, 26 de enero de 2018

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias ¿Qué pasa en Guerrero?

Ser una de las entidades con mayor índice de marginación y violencia, le pesa a Guerrero. Y son problemas que no surgieron ahora, sino de tiempo atrás y que parecen no tener solución.

Miles de millones de pesos se han invertido para la prevención del delito, procuración e impartición de justicia. Pero nada de nada.

Las autoridades anuncian constantemente que las cosas mejoran en algunos rubros. Y es válido que cacaraqueen los resultados positivos, porque si no lo hacen, nadie más lo hará.

Con la llegada de Héctor Astudillo Flores a la gubernatura en octubre de 2015, se recuperó la gobernabilidad en el estado y los inversionistas regresaron nuevamente su mirada a Guerrero.

El turismo mejoró y el analfabetismo se redujo. Y no ha sido una tarea sencilla para el gobierno estatal, pero los responsables de esas áreas (Ernesto Rodríguez Escalona y Jorge Salgado Parra) han puesto su mejor empeño para que Guerrero sea mejor.

La Secretaría de Desarrollo Social y el Sistema DIF-Guerrero también han aportado su granito de arena para que las condiciones mejoren en la entidad. Doña Mercedes Calvo de Astudillo, por ejemplo, trabaja diariamente para entregar apoyos y llevar asistencia médica en los municipios.

El campo guerrerense ha sido atendido por el gobernador Astudillo, quien ha manifestado que el campo es prioritario para su administración, por lo que a los campesinos se les seguirá otorgando gratuitamente el fertilizante.

Respecto a los fuertes señalamientos que han hecho algunos dirigentes partidistas en torno a la grave inseguridad que prevalece en Guerrero, es necesario manifestar que muchos de ellos estuvieron muy calladitos cuando les tocó estar en el poder, pues no se atrevieron tocar con el pétalo de una crítica a los gobiernos de Zeferino Torreblanca Galindo, Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez.

Lo cierto es que el tema de la violencia se seguirá politizando en el transcurso de las semanas por la elección que se avecina. Todos quieren llevar agua a su molino.

Es un problema grave, desde luego, pero se debe combatir desde la base de la sociedad: la familia.
El gobierno está obligado a brindar seguridad a los ciudadanos, pero los valores se deben fomentar en los hogares, porque en los centros educativos –recordemos– solamente se imparte academia a los niños y adolescentes.

La mayoría de los guerrerenses –los delincuentes no– anhelamos transitar libremente por las calles y carreteras, así como llegar sanos y salvos a nuestros domicilios. También aspiramos a mejores condiciones de vida y que las autoridades inviertan más en educación y salud.

La violencia provocada por grupos de la delincuencia organizada no acabará de la noche a la mañana, ni tampoco es con armas y más policías como debe enfrentársele, sino con empleos y proyectos productivos para los campesinos (no líderes agrarios).

En fin, el gobierno que encabeza Héctor Astudillo hace todo lo que está a su alcance para que la violencia se reduzca y los apoyos sociales lleguen a quien verdaderamente tengan que llegar.

Y ojalá realice más cambios en su administración, sobre todo, en aquellas áreas que tengan que ver con la prevención del delito y el combate a la delincuencia.

ENTRE OTRAS COSAS… El Congreso local se está quedando con menos diputados. La causa: varios solicitaron licencia para buscar otro cargo de elección popular y no quedarse fuera del presupuesto durante los próximos 3 años.

Lamentablemente no todos tendrán éxito. Habrá quienes sean zarandeados en las urnas por su deficiente desempeño en la LXI Legislatura, y otros que lograrán convencer nuevamente a sus electores.

La confianza ciudadana se gana con trabajo, no con discursos huecos ni calentando curules en cada sesión.

Veremos quiénes logran pasar la prueba de fuego.

Comentarios: E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias; Twitter: @efiglesias