Las
elecciones de 2021 serán una prueba de fuego para el priismo local,
ya que no solamente se elegirán (o reelegirán) presidentes municipales y
diputados locales y federales. También se elegirá al sucesor de Héctor Astudillo Flores en la
Gubernatura.
Algunos dirigentes y
militantes de Morena ya están cantando victoria antes de tiempo. Y se entiende.
Creen que lo que ocurrió el pasado 1 de julio se repetirá en las próximas
elecciones, olvidando que el efecto AMLO ya no será el mismo en 2021, ya que el
ejercicio del poder desgasta.
No
entienden que Andrés Manuel López Obrador ya no es el líder opositor al
gobierno, sino el presidente de la República.
Mientras el gobierno de la
“Cuarta Transformación” comete errores en la designación de personajes sin
perfil en la administración pública federal y en perjudicar a las trabajadoras
de estancias infantiles y a miles de padres de familia, el PRI alza la voz desde
el Congreso de la Unión y los Congresos estatales.
En Guerrero, por ejemplo, Estaban Albarrán Mendoza, dirigente
estatal del PRI, se ha pronunciado en contra de la anulación de los beneficios
del Programa de Estancias Infantiles, calificándola de “irrazonable”, ya que el
cierre de 315 estancias en el estado vendría a perjudicar a cerca de 11 mil
niños y dejaría sin empleo a más de 2 mil 500 guerrerenses.
“No podemos permitir que
sean los niños quienes paguen las consecuencias de estas medidas irrazonables,
sobre todo, porque los pequeños no pertenecen a ningún partido, y aunque así
fuera, el gobierno federal está obligado a brindar atención a todos los
mexicanos, independientemente de colores e ideologías”, señaló a través de un
comunicado.
Si el PRI realmente quiere
ganar las elecciones de 2021, la
estrategia de estar cerca del pueblo, es la correcta.
Además, Esteban Albarrán es un político sensible y
que conoce los problemas sociales, pues ha sido regidor, presidente
municipal de Iguala, diputado local y federal, senador de la República y
funcionario estatal.
El PRI no se equivocó en
designarlo como su dirigente en Guerrero. Y los resultados se están viendo poco
a poco.
Esteban
Albarrán privilegia la unidad, el trabajo en equipo, el diálogo con los actores
de su partido y con los dirigentes de otros partidos políticos. No es un
dirigente de pleitos. Cuestiona cuando tiene que hacerlo.
El dirigente priista está
consciente que las elecciones de 2021 no
serán fáciles. Por eso no se cruza de brazos. Trabaja arduamente en la
reestructuración y reorganización de su partido.
Tampoco descarta una
alianza entre el PRI y el PRD, como lo sugirió a principios de este mes el ex
gobernador Ángel Aguirre Rivero, ya
que el tricolor es un partido de
centro-izquierda. Pero antes de una alianza con el Sol Azteca, Albarrán
Mendoza ha señalado que primeramente tendrá que pedir la opinión de la
militancia priista.
Actualmente,
las alianzas que establecen los partidos políticos ya no son de carácter
ideológico. Eso quedó en el pasado. Hoy por hoy, las alianzas son pragmáticas.
Y el que mejores alianzas amarre,
gana una elección.
Las urnas se llenan con
votos, no con utopías.
En
las pasadas elecciones fuimos testigos que López Obrador llevó como aliados en
su proyecto presidencial a ex priistas, chaqueteros del PRD y al derechista
Partido Encuentro Social (PES). También unió a su favor a católicos,
evangélicos, resentidos sociales y uno que otro ingenuo que hoy está
arrepentido.
Asimismo, el PRD
(izquierda) fue en alianza con el PAN (derecha) y con los convenencieros
dirigentes de Movimiento Ciudadano (MC) para apoyar el proyecto presidencial de
Ricardo Anaya Cortés.
Luego entonces, en las elecciones de 2018 se revolvió el
agua y el aceite. Y se unieron ateos y creyentes en torno a un dirigente
mesiánico. ¡Zas!
Que
nadie se espante entonces si el PRI y el PRD se unen en 2021. La
propia ley electoral permite alianzas, siempre y cuando se hagan en tiempo y
forma. Además, el PRI y el PRD son primos
hermanos. Y Morena también tiene raíces priistas.
El Partido del Trabajo
(PT), que dirige el “comunista” Alberto
Anaya Gutiérrez, tampoco canta mal las rancheras si de incongruencia
hablamos, ya que antes era el mejor aliado del PRD y en ocasiones lo hacía con
el PRI, y últimamente con Morena.
En
2021, insisto, ganarán los partidos que sepan cuidar su unidad interna y que establezcan
alianzas estratégicas; pero, sobre todo, que generen confianza en el
electorado.
Bien vale recalcar que
Morena no tiene asegurada la Gubernatura, porque el PRI sigue vivo.
El
PRD tendrá que decidir qué camino tomar y para ello tiene tres opciones: unirse
con los intolerantes de Morena que los despreciaron en la pasada elección, un
frente con el PRI o ir solos y a la extinción.
ENTRE
OTRAS COSAS…Sugiero que los más de 20 mil usuarios que
no pagan el servicio de agua a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de
Chilpancingo (Capach) sean exhibidos públicamente. A ver si así les da un poco
de vergüenza y van a pagar.
No es justo que los que pagan
tengan que cargar con la irresponsabilidad de los morosos. ¡Y ya dije!
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