No
existe debilidad, tampoco sometimiento, mucho menos un gobierno -con respaldo
popular- tiene por qué vivir bajo presión y vil chantaje de cualquier grupo
armado, por disputas entre las mismas mafias.
La
razón le asiste al gobernador Héctor Astudillo Flores, cuando hace un llamado a
la Federación para que atienda las disputas entre civiles armados que operan en
la sierra de Guerrero.
El
conflicto entre grupos que se dedican a cultivar y traficar productos alucinantes no es de ahora, tiene
muchos años; se recrudeció en los últimos meses por enfrentamientos entre
ellos, por el trasiego y control de territorios con saldos funestos.
En
las últimas horas, el portavoz de un grupo que se hace llamar Frente Unido de
Policías Comunitarios del Estado de Guerrero (FUPCEG) amenazó con “tomar
Chilpancingo y Chichihualco, con su fuerza de nueve mil efectivos armados”.
A
través de las redes sociales, el mismo portavoz del FUPCEG le dio como plazo –al
gobierno estatal y federal, el 24 de marzo-, para que capturen a un jefe
criminal, o de lo contrario,“entrarán a la capital y a Chichihualco”.
Como
es un asunto de seguridad nacional, el gobierno federal tendrá que intervenir
si los policías armados se atreven irrumpir en Chilpancingo y el municipio de
Leonardo Bravo.¿Se echará para atrás AMLO? Los “sierrreños”, no pertenecen a la
CNTE.
El
mandatario estatal Astudillo Flores, advirtió que el asunto no solo debe ser
atendido por su gobierno sino también por la Federación. ¿Le entrará el
delegado federal Pablo Amílcar, o se rajará?
Lo
que NO quiere el presidente AMLO es reprimir, a casi dos meses de haber asumido
el cargo, como ocurrió en Michoacán donde miembros de la CNTE bloquearon vías
del ferrocarril, provocando pérdidas multimillonarias -en dólares-. Los
radicales de la CNTE, no fueron tocados ni con el pétalo de un periódico.
Actualmente
en la Ciudad de México se encuentran en plantón decenas de desplazados de
comunidades de la sierra de Guerrero, debido a la violencia, y exigen regresar a sus hogares. Fueron expulsados por
el FUPCEG.
El
gobierno estatal que encabeza Astudillo Flores, desde que empezó su sexenio ha
tenido que lidiar con grupos que se denominan “autodefensas” o “policías
comunitarios”, que en la mayoría de las veces están vinculados a otros
intereses y poderes fácticos.
Desde
hace poco más de tres años el gobierno de Astudillo Flores, ha tenido que
desplegar a policías estatales para disuadir alos grupos armados, con la
intención de defender a la ciudadanía que, en la mayoría de ocasiones, se queda
en medio del fuego cruzado.
Astudillo
Flores, siempre ha estado atento para que los conflictos no le estallen, sobre
todo los relacionados con autodefensas, que se han visto involucradas en hechos
de sangre, por el control de territorios y lo que se derive.
No
ha sido omiso el gobernador, tampoco irresponsable, mucho menos su régimen es
débil. Se impone la prudencia, el diálogo y los acuerdos. Es el sello de su
administración.
Astudillo,
NO es sátrapa. Un bueno gobierno, no es aquel que reprime, persigue, encarcela
o asesina, como lo hace una dictadura bananera, al estilo del presidente
venezolano Nicolás Maduro.
El
régimen de Héctor Astudillo Flores, cuenta con amplio respaldo popular, tiene
calificación aprobatoria. Sin espiral de violencia, sin presencia de grupos del
crimen y de autodefensas, el gobierno astudillista sería de excelencia.
ADELA,
ATACADA; “ASESOR”, DESPOJADOR.
Se
desató una feroz guerra sucia, -emprendida desde la penumbra de Morena-, en
contra de la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo.
Pretenden
destruirla antes de la sucesión del 2021, pero antes desgastarla lo más
posible. Les estorba a quienes pretenden ser candidatos a gobernador.
Morena
es un partido dividido en Guerrero, por las grandes ambiciones de sus
dirigentes, quienes se enfilan hacia el 2021 en beligerantes grupúsculos, donde
cada uno ya tomó su trinchera.
“Loca”,
“vieja inútil”, “buena para nada”, “nepotista”, son los descalificativos que
ahora se le endilgan a la alcaldesa Román Ocampo, a través de las redes
sociales, con “memes” y fotografías donde ella aparece “burlándose” de la
población que gobierna, por la falta de seguridad, agua potable, alumbrado y
gas.
Para
desprestigiar más a la administración municipal de Acapulco, el “súper asesor”
Ricardo Castillo Barrientos, fue exhibido en medios y redes sociales de
pretender apropiarse por la fuerza de cinco lotes de 300 metros cuadrados cada
uno, en la colonia Fuerza Aérea del puerto.
Personal
de un juzgado, civil mediante un actuario acompañado por la fuerza pública,
procedieron a recuperar los mil 500 metros cuadrados de terrenos de los cuales
se había apropiado Castillo Barrientos, utilizando sus “influencias” como
“súper asesor” de la alcaldesa Román Ocampo. Los terrenos le fueron devueltos a
su legítimo propietario.
Tras
el vergonzoso hecho que inculpa al funcionario municipal de Acapulco -Castillo
Barrientos-, la alcaldesa ha hecho mutis, y no ha procedido a despedir a su
cercano colaborador. Nadie en su sano juicio cree que Ricardo asesore a la
alcaldesa para el despojo de terrenos.
Por
menos de ese ilícito -presunto despojo- perpetrado por Castillo Barrientos-, la
alcaldesa ya hubiese despedido a su “súper asesor”; pero éste, presume contar
con buenas “palancas” y tener como “padrino y protector” al ex gobernador Ángel
Aguirre Rivero… Punto.