lunes, 14 de septiembre de 2020

ZONA CERO Mucho ayuda el que no estorba Roberto Santos



Mucho ayuda el que no estorba.

Ese es el dicho que se puede aplicar a la negativa de los ediles apoyar el trabajo de la presidenta municipal de Acapulco.

Aunque también se puede decir, que “lo que fácil viene, fácil se va”, lo que significa que aquello logrado sin esfuerzo y sin valores es efímero o pasajero.

Habrá que recordar que los regidores de Acapulco fueron resultado de una tómbola política y llegaron a su cargo sin mover un dedo, sin compromiso con nadie.

Tienen el espacio de representación que les da una elección legal, ¿pero tienen acaso legitimidad como para creer que en su persona encarnan la calidad moral y ética, como para hacerle vacío a las labores de la presidenta?

Quién de los que rompieron lanzas hoy en su contra, han apoyado a la presidenta, de quien no se puede negar que ha estado al frente de las acciones del ayuntamiento para tratar de contener la pandemia del coronavirus.

Muchos de ellos, que solo son críticos pero carentes de propuestas, han dejado sola a Román Ocampo durante esta contingencia, en un momento cuando la población más los necesita, pero prefieren pasarse la vida institucional armando guerritas y grillas baratas.

En el cabildo de Acapulco se hacen patentes los tiempos de traiciones y de ataques sistemáticos en contra de la primera autoridad.

Al menos el movimiento de los ediles, deja al descubierto a quienes son sus enemigos. En política los amigos son de mentiras y los enemigos de verdad, y eso Adela Román lo ha comprobado fehacientemente.

Ataques políticos y de violencia de género, como muestra del deterioro existente presente en los grupos de poder que disputan la gubernatura y la alcaldía del puerto de Acapulco.

Sin duda, hay quienes están jugando muy rudo y estirando la liga a su máxima capacidad, durante este proceso electivo interno de Morena.

Por eso, el asalto y ataque al coordinador de asesores de la alcaldía de Acapulco, Eloy Cisneros Guillén, bien se puede inscribir en ese escenario de presión en contra de Adela Román.

En fin, a los ediles les debería dar vergüenza abandonar el evento del segundo informe de la presidenta municipal, cuando no han estado a la altura en tiempos de pandemia.

Adela Román dejó en claro las condiciones del puerto durante esta crisis de salud, a la que dice han reaccionado de manera inmediata ante situaciones inéditas que pusieron a  prueba la resistencia de las instituciones, la madurez de la sociedad y la fortaleza la vida económica y social.

Reconoció que al día de hoy el número de muertes por Coronavirus es cercano ya a los 900, mientras que las personas contagiadas por esta enfermedad rondan la cifra de 7 mil 300.

También se lamentó que el lunes se regrese a semáforo Naranja debido al repunte de contagios en nuestro municipio.

Queda claro que la presidenta de Acapulco fue de las primeras en tomar medidas para detener el avance de la pandemia y a pesar de las críticas y la resistencia de algunos grupos, “quedó claro que esta administración no juega con la seguridad de los ciudadanos ni es irresponsable”, señaló.

Después de enumerar las acciones que su gobierno y su equipo realizan para atender a la población ante la crisis de salud, mencionó que con el Programa de Fertilizante y Semilla Mejorada se apoyó a más de 11 mil campesinos.

Asimismo se realizaron más de 500 obras de infraestructura social, agua y saneamiento, infraestructura educativa y equipamiento urbano, llegando a más de 400 localidades y colonias de la zona suburbana y rural, con lo que bien se puede tirar el discurso de quienes aseguran que no ha hecho nada por Acapulco.

En materia turística, la primera autoridad del municipio mencionó que se impulsó el reordenamiento y limpieza del área turística, el saneamiento del fondo marino, así como el remozamiento de los accesos a playa, y seguridad sanitaria de turistas y habitantes mediante la integración de un equipo de vigilancia sanitaria.

La alcaldesa reiteró que gracias a la acción conjunta de los tres órdenes de gobierno a través de las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz, Acapulco salió de la lista de las cinco ciudades más violentas de México.