miércoles, 28 de octubre de 2020

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

   


  Un orgullo ser de Guerrero

•      171 años. Un estado mejor

•      La deuda de la Federación

 

ESTE 27 DE OCTUBRE, ayer martes, el estado de Guerrero como tal cumplió, digámoslo así, años. 171 de ser creado, de ser fundado, de ser erigido. Guerrero, en honor al gran consumador de la Independencia de nuestro país, el gran Vicente Guerrero Saldaña, es un estado de lucha, de pasión, de trabajo, de compromiso con la patria. Incluso desde antes de la erección del estado, los hombres y mujeres de estas tierras del sur, dieron muestras de su amor por nuestro país.

 

No es casual, hay que decirlo, que Chilpancingo fuera declarada por Morelos como la primera capital del país y de la América Septentrional; tampoco lo es que fuera Chilpancingo sede del Primer Congreso de Anáhuac, y en suma, del constitucionalismo mexicano, y menos es casual que el Generalísimo diera a conocer en estas tierras los “Sentimientos de la Nación”.

 

Fue en estas tierras donde se levantaron en armas, por conseguir la independencia del país, los Bravo, los Galeana, Valerio Trujano, y claro, Vicente Guerrero, entre otros. Fue aquí donde los Álvarez levantaron la voz contra la tiranía, y fue aquí también, en estas tierras del sur, donde se promulgó el Plan de Ayutla.

 

El estado de Guerrero también estuvo presente en la Revolución de 1910. Sus hombres y mujeres tomaron las armas ante el llamado de la patria, y en esa lucha contra la tiranía, ofrendaron su sangre. Ciertamente fueron muchos, miles de guerrerenses los que pelearon por un país mejor.

 

Fue también en Guerrero donde en los años 60 y 70 apareció la guerrilla con Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, en exigencia de mejores condiciones de vida. Y fue aquí también, donde la población se volcó en favor de la democracia, en el 88, con Cuauhtémoc Cárdenas al frente, a grado tal que en la Tierra Caliente la gente decidió a armarse.

 

Pero Guerrero, nuestro estado, es mucho más que eso. Es tierra de trabajo. De compromisos. De ideales. Es pasión. Es gente de bien. De palabra. Guerrero es cultura, es arte, es tradición, es música, es gastronomía.  Guerrero es un gran estado, y cuyos hombres y mujeres, aun con diferencias, que son válidas, nos reconocemos como tales.

 

En suma, como bien dice el gobernador Héctor Astudillo Flores, Guerrero es origen de México.

 

A 171 años de su erección, por supuesto que hay problemas en el estado. Muchos de origen. Por supuesto que la pobreza, la marginación y la miseria aún están presentes. Hay muchos más guerrerenses sin nada, con tan poco, y apenas lo indispensable para vivir, y pocos, muy pocos que tienen todo. Por supuesto que falta acortar, o mejor dicho desaparecer esa distancia, entre los que tienen todo y los que no tienen nada. Por supuesto que hace falta mucho por mejorar las cosas.

 

Ni duda cabe que el gobierno federal, que el país, le debe mucho al estado por su lucha en la Independencia, la Reforma, la Revolución Mexicana, y el movimiento político del 88. La sangre derramada por muchos hombres, y muchas mujeres, aún reclaman a la Federación que le cumplan a Guerrero. Hay pues una gran deuda de la nación con el estado.

 

Hay que decirlo. Por supuesto que no todos son problemas en Guerrero. Hoy por hoy, Guerrero está en paz, incluso por sobre la inseguridad existente, la pandemia por el coronavirus, y la crisis económica que se vive. Pese a todo, en Guerrero hay gobernabilidad, y gobierno. Hay obra pública, programas sociales, educación y salud, y apoyos al campo.

 

Guerrero, pese a los problemas que tiene, está tranquilo, lo cual le ayuda mucho al país. Y es que, lo ocurre en el estado, es de trascendencia y seguridad nacional, lo cual parece, hasta ahora, no lo ha tomado en cuenta el gobierno federal que, hay que puntualizarlo, lo tiene en el olvido, como lo demuestra el hecho de que aquí, en estas tierras del sur, no existe ningún proyecto de desarrollo económico y social.

 

Guerrero, hay que puntualizarlo, es más que partidos políticos, más que ideologías; es más que intereses de grupo o personales. Por supuesto que las diferencias, ya lo dijimos, son entendibles y correctas, pero más allá de eso, con todo lo bronco que pudiéramos ser, producto de las circunstancias, los guerrerenses son gente de bien, tranquilos y solidarios. Así que, como diría el gran poeta J. Félix Cruz: ¿Cuál derecha, cuál izquierda? Si todos somos los mismos. Ojalá que un día se entienda.

 

Por último, este 27 de octubre, el gobernador Héctor Astudillo Flores también cumplió cinco años de haber asumido el gobierno del estado. Hace poco rindió también, por ese motivo, su quinto año de gobierno, pero de eso hablaremos en otra ocasión.

 

Mientras tanto, buen día. ¡Un orgullo ser guerrerense!

 

Comentarios: julio651220@hotmail.com