El producto a largo plazo de
Televisa, llamado Enrique Peña Nieto, ha llegado a su limite de extinción. Con
ello, a muchos candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el
llamado "efecto Peña", les afecta en su promoción e impulso en las simpatías
del electorado, como bola de nieve, se los lleva cuesta abajo.
Otros aspirantes del tricolor,
como en el caso del candidato a la senaduría por el tricolor, el ex mandatario
René Juárez Cisneros, no es motivo de mortificación, menos lacera su campaña.
Pues si algo es un hecho concreto y real tanto el discurso como su trato no tan
solo para con los medios masivos de comunicación, sino, también, para con los grupos sociales en la entidad,
siempre han sido cordiales y de buenas franquezas.
Su tejido político social,
siempre fue de atención y destreza en el lajeño, lo que hoy, el “efecto Peña”,
no preocupa en el camino trazado y firme hacia su objetivo, al ex alcalde de
Acapulco.
A una mayoría de candidatos
endebles, que no logran conjuntar simpatizantes; menos multitudes y que además tienen
la ineludible necesidad de concurrir a reuniones privadas o concertar citas con
personajes de la iniciativa privada cuyos votos son reducidos, deben elevar sus
plegaria s al santo religioso de su más cara devoción.
Las encuestas reales, no dejan
bien librado a ex mandatario del Estado de México; por ello, no hay Plan B, ni
una nueva modalidad para tratar de lograr el famoso “carro completo”. Las
mayorías, principalmente juventudes, han formado frentes duros no tan solo en
las redes sociales, sino en los centros universitarios y de tercer nivel de
educación, acuerdos antipeña, lo que debe ser de preocupación para quienes,
recargaron sus esperanzas, en quien por el momento después de ese 11 de mayo,
no ha podido visualizar, un rayo de esperanza, para lograr ubicarse partidario
de las voluntades entre los votantes.
Tanto los coordinadores del voto
para configurar a Peña Nieto, como candidato fuerte a la presidencia de la
República, no son personajes de calidad moral, ni gente de trato cordial, menos
humano. Y eso en política, tienen un precio.