La palabra reconstrucción está de moda entre los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y ocurre luego de la severa derrota que Andrés Manuel López Obrador les propiciara el pasado 1 de julio.
Fue la peor derrota en toda su historia. Ni en el año 2000 perdieron tanto con su candidato Francisco Labastida Ochoa. En esa elección el tricolor obtuvo el 36.11% (13.5 millones de votos) contra 42.52% (15.9 millones de votos) del candidato de la alianza PAN-PVEM, Vicente Fox Quesada.
Con José Antonio Meade Kuribreña, al que tanto presumieron los dirigentes del PRI como “candidato ciudadano”, quedó en un lejano tercer lugar con el 16.42% (9 millones 283 mil votos), mientras que Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés, candidatos de las coaliciones “Juntos Haremos Historia” (Morena-PT-PES) y “Por México al Frente” (PAN-PRD-MC), obtuvieron el 53. 17 por ciento (30 millones 46 mil sufragios) y 22.26 por ciento (12 millones 581 mil sufragios), respectivamente.
La gran preocupación del priismo es entendible. Sus dirigentes y el presidente Enrique Peña Nieto fallaron. Y, lo peor de todo, le fallaron al pueblo de México.
En 2006, recuerdo, los priistas se esforzaron para recuperar la Presidencia de la República con un candidato echado para adelante. Me refiero a Roberto Madrazo Pintado, quien realizó una campaña a ras de piso. No ganó la elección. Fue traicionado por algunos gobernadores de su partido y quedó en tercer lugar, pero logró el 22.03 por ciento de los votos.
La elección del pasado 1 de julio sigue siendo tema de análisis. Y la mayoría coincide que el tsunami AMLO casi borra del mapa político-electoral al PRI, ya que no sólo le ganó la Presidencia de la República, sino también Gubernaturas, Alcaldías, el Congreso de la Unión y Congresos locales.
El PRI tuvo la oportunidad de hacer un buen papel en el sexenio que concluye el próximo 30 de noviembre. Su error fue solapar las corruptelas de algunos ex gobernadores y aprobar reformas que lastimaron la economía de millones de mexicanos.
El 83.58 por ciento de los ciudadanos que acudieron a las urnas (morenistas, petistas, pesistas, panistas, perredistas, emecistas, fans del “Bronco” y anulistas) dijeron: ¡No más PRI en la Presidencia de la República!
Ante los adversos resultados obtenidos el 1 de julio, la agrupación priista “Plataforma 80.20” se pronunció por una reforma profunda al PRI, no solamente en su institucionalidad para ser capaz de procesar las decisiones en forma consensada y de hacer más plurales sus órganos internos, sino también en la forma de organizarse.
Plataforma 80.20 tiene presencia en todos los municipios del estado de Guerrero y está integrado por profesionistas que les preocupa la ruta que seguirá su partido, sobre todo, quiénes deben dirigirla.
En una conferencia de prensa realizada el pasado miércoles 11 en Chilpancingo, José Balbuena Herrera, Gabriela Vielma Camacho, Yassir Valenzo Calvo, César Julián Bernal, Diana de la O Jiménez, Felipe Alvear Adame, Nicolás Parra de la Cruz, entre otros integrantes de la agrupación en comento, señalaron que el PRI no puede aspirar a ocupar un lugar en el sistema de partidos en el México del siglo XXI “con modelos de organización corporativos, obsoletos y anticuados”.
Y agregaron: “Queremos una transformación radical, donde se discuta el presente y futuro de nuestro instituto político, en el marco de los resultados de las pasadas elecciones, pero más que otra cosa, para refundar realmente al partido a partir de la opinión de sus militantes y simpatizantes. Una reforma real y sin matices, sin simulaciones y sin temores, que toque todo lo caduco para volver a presentarnos como opción política viable para el México de nuestro tiempo”.
A nivel nacional hay quienes también han expresado su deseo para que el PRI se reconstruya, pero sin los mismos de siempre y que se haga a un lado al presidente Enrique Peña Nieto y al Grupo Atlacomulco.
El ex gobernador de Oaxaca y líder de la corriente Democracia Interna, Ulises Ruiz Ortiz, advirtió antes del 1 de julio que Meade perdería la elección y se propuso realizar una fuerte movilización en el país para exigir la reconstrucción del PRI.
“Hoy la clase política del PRI, la militancia, tiene una enorme oportunidad de no cometer los mismos errores, como ese de hacer todo lo que desde Los Pinos dictaban y por eso nos tienen en el tercer lugar. Hace tres o cuatro años el PRI ganaba elecciones y hoy tenemos 80% de rechazo, que fundamentalmente es a la política pública del gobierno federal, a las políticas que no funcionaron, a los excesos y señalamientos de casos como la estafa maestra, Odebrecht, el socavón, que tiene que investigarse a fondo”, dijo. (Proceso/24-VI-2018).
Las propuestas de refundar, reorganizar o reconstruir al PRI se escucha muy bien, pero ¿quién es el indicado para hacerlo?
La militancia del PRI siempre ha sido sumisa. Muy pocos se atreven a cuestionar los errores de sus gobernantes por temor a ser relegados de cargos y otros privilegios.
¿A caso se puede reconstruir un partido con los que la han destruido?
De entrada, hay quienes piden la renuncia de René Juárez Cisneros y de todos los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Estaremos atentos de lo que ocurra al interior del tricolor.
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