*Las contradicciones en Morena
Roberto Santos
Mañana el gobernador Héctor
Astudillo Flores ofrecerá su quinto informe de labores. Con ello se encaminará
hacia la ruta final de su gobierno.
Su gobierno se caracteriza
por no evadir las diversas problemáticas existentes, y gracias a ello, ha
construido un estado con estabilidad política y social. Muy distinto a lo que
encontró cuando asumió la gubernatura.
Aunque es un tema que le ha
generado muchas críticas por sus opositores, su lema de Orden y Paz, finalmente
lo puede mencionar como algo que va haciendo realidad.
Los datos que ofrece el
sistema de seguridad nacional le dan la razón al gobernador.
En Guerrero disminuyó 59 por
ciento el delito de homicidio en comparación con los últimos 5 años.
Esto es por las estrategias
que se realizan en materia de seguridad por la Mesa de Coordinación para la
Construcción de la Paz, presidida por el Gobernador Héctor Astudillo Flores.
Derivado de esto, la
Fiscalía General del Estado, a cargo de Jorge Zuriel de los Santos, informa que
en 2020 en Guerrero, el delito de homicidio disminuyó en un 59 por ciento en
comparación con los últimos 5 años.
Con estos datos, se extrae
que la estrategia de seguridad seguida por los tres órdenes de gobierno dan
cuenta que el máximo en homicidios se obtuvo en 2017 con 63.91 por ciento y el
nivel más bajo es en este año, 2020, con 22.56 por ciento, incidencia
registrada por cada cien mil habitantes.
Está claro que como nunca,
ahora existe una coordinación conjunta entre la Secretaría de Marina,
Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Seguridad Pública Estatal, la
Fiscalía General del Estado y las policías municipales, en el combate a los
delitos del fuero común de alto impacto.
Es cierto, siguen existiendo
muertos en Guerrero, y esto parece que nadie lo va a poder evitar, debido a la
naturaleza del estado, con zonas productoras de drogas y con presencia de
grupos narcotraficantes peleando territorios y zonas de influencia.
EN OTROS TEMAS, DE NO SER
POR UN GRUPO de feministas que tomaron la sede de Morena, en ese partido ya
habría nuevo autonombrado dirigente nacional en la persona de Porfirio Muñoz
Ledo.
Espurio, le llamó Mario
Delgado.
Acosador, le llamaron las
mujeres que protestaron y clausuraron simbólicamente la sede de Morena.
Lo que sucede en este
partido es una muestra de las divisiones internas existentes, y por la
naturaleza de este movimiento que aspira a ser partido.
Parece que Muñoz Ledo
entiende que justo por ser un movimiento, las contradicciones entre grupos será
la constante.
Por eso la necesidad de
darle un impulso para darle formalidad de partido, al costo que sea, incluso de
separar a ciertos personajes que ahora figuran en el gobierno federal, como es
Ebrard.
Este golpeteo entre el
sector duro y la parte más moderada, origina discursos de confrontación y de
exclusión, y que hace recordar algunas malas experiencias como lo fueron las
purgas soviéticas.
Ajustar su actuar a la ley y
al respeto a la pluralidad política e ideológica con flexibilidad y tolerancia
va a necesitar no solo meses, quizá años, para que Morena se convierta en un
partido moderno.
Veremos a donde llegan y si
verdaderamente consiguen que su naturaleza sea de verdadera izquierda, porque
lamentablemente hasta el momento vemos que hay grupos que asumen
comportamientos autoritarios y persiguen a quienes no piensan como ellos.
Sería lamentable que, como
en el pasado, estas izquierdas se devoren entre sí y Morena termine desfigurado
en un partido sin identidad ideológica y política.